Provinciales

Beto Campagnoli no cuelga los botines: aunque cerró El Paso retomó La Impronta (almacén y servicios de parrillada)

(Por Marilina Brussino)

Los Campagnoli siguen apostando a los servicios gastronómicos, aunque -pandemia de por medio- cerraron El Paso, lugar que les dio fama por el exquisito bife de chorizo que los caracteriza. 


 

Ahora llevan toda esa experiencia a La Impronta, el restaurante que abrieron en el centro de Córdoba, donde siguen sirviendo sus populares cortes y al que le sumarán un “almacén” con productos propios  y -cuando los tiempos lo permitan- lanzarán el servicio de parrillada en eventos.

El Beto Campagnoli, un personaje del mundo gastronómico de Córdoba, dio sus primeros pasos en este ambiente en Molino Rojo, donde era “tarjetero” (hoy sería un RRPP), ahí comenzó a incursionar en negocios de entretenimientos y la noche. Luego del Rodrigazo, su padre compra un negocio en Jesús María que explota de gente cuando él era muy joven; más tarde se van a vivir a Camilo Aldao y ahí conoce a su mujer y ponen el bar y restaurante “Carmelo”, lo que fue un ícono camilense para varias generaciones.

“Siempre estuve relacionado a la gastronomía. Mientras tanto iba practicando el bife de chorizo en mi casa, Paco (su hijo mayor) y Mechi (su mujer) eran los comensales, los que degustaban y cuando lo perfeccioné bien me vine a Córdoba y ese plato fue lo más vendido”, explica. 

“Todos mis negocios fueron en torno a ese corte, hay gente que no sabe mi nombre pero sabe que hago el bife de chorizo más rico. Tengo un bife colgado en la oreja (se ríe). A mis parientes les doy la técnica pero no lo sacan todavía”, resume Beto.

Eso fue lo que lo llevó a tener una fuerte clientela siempre, el bife de chorizo y su carisma, ese es su know how: “Yo siempre estuve en la atención, nunca me puse la corbata” sostiene Campagnoli al hablarnos de su trayectoria, que lo llevó a cocinar platos hasta para Fito PáezMoria Casán, entre otras personalidades en aquella temporada que pusieron El Paso en Punta del Este.

La crisis sanitaria hizo que adelanten su decisión de cerrar El Paso.  “Queríamos darle un corte a la atención diaria de noche en el restaurante, tenemos pensado hacer servicio de noche pero solo para eventos, es lo que habíamos armado y se frenó con la pandemia, pero la decisión de que a fin de año cerrábamos El Paso estaba casi tomada, lo dejábamos para incursionar en el show de fuegos en los eventos, nuestro nuevo negocio”.

Ahora apuestan a La Impronta en el centro, los futuros eventos y un tercer negocio que es “El Almacén de Beto”, donde van a traer productos artesanales de Camilo Aldao, salames, bondiola, buenos quesos, productos envasados al vacío, panes caseros, humita, locro, salsas. 

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