Competitividad, moderación y reclamos de la clase media, los problemas fundamentales que enfrentan los gobiernos en la región

“La única ventaja de ser un país en vías de desarrollo es que hay países desarrollados que ya resolvieron varios de los temas que tenemos que resolver”, sentenció el senador radical Martín Lousteau como parte de la exposición que realizó junto al ex presidente del Uruguay, Julio María Sanguinetti.
En un encuentro organizado por el Partido Colorado de Uruguay que tenía como título “Los desafíos de la democracia en América Latina” los dos políticos giraron sobre las “insatisfacciones” de la sociedad en un mundo cada vez más complejo y el fantasma de los populismo y la competitividad de los estados.
Para el senador radical la vulnerabilidad y los desafíos de la democracia está “en el mundo pero en nuestra región se le suman las demandas insatisfechas de antaño y eso genera el tránsito de determinados tipos de populismo y no sólo en nuestra región, observen lo que sucedió en los Estados Unidos”.

Lousteau señaló que en lo que se refiere a los desafíos lo que observa es que entiende que en la región el estado de ánimo de la democracia “vemos que pasa más por un retiro del militarismo que por un afianzamiento de la idea de la democracia en nuestros líderes y en la población. La democracia no significa un buen gobierno en sí mismo, pero sin democracia no podemos protestar -eso es lo que transmitía Raúl Alfonsín cuando decía que con la democracia se vive, se come y se educa- pero eso solo no alcanza para construir un buen Estado, eso es difícil si no tenés una sucesión de buenos gobiernos”
El senador radical señaló que hoy los gobiernos y las democracia enfrentan “un mundo distinto. Hay crisis de distintos tipos que afectaron hasta a los países centrales y eso ahora se le sumo la pandemia. Esto con una desigualdad creciente agrava la molestia y el enojo de la población. Hubo crisis y reclamos sociales en Chile, en Colombia, en Ecuador, en Brasil, en muchos países de la región”.
Uno de los puntos que fue repitiendo el economista radical es que, a diferencia de lo que sucede en los países centrales, en los de la región “aparecen nuevas demandas mientras otras continúan insatisfechas. Y son demandas que piden los sectores que están en una mejor posición y eso a veces se traduce como que los Estados en busca de garantizar derechos se desentiende de un tema que se va agravando”.
En este punto, el ex presidente de Uruguay acompañó la reflexión señalando que esa insatisfacción que nace “de los que no son los sectores vulnerables es lo que sucedió en Chile”, en referencia a los levantamientos sociales que se vivieron en el país trasandino.

“Los ciudadanos globales demandan nuevos derechos y nuevas conversaciones que no involucran las demandas insatisfechas de los sectores más postergados. Son dos agendas que no se tocan y es muy difícil para los gobiernos abordarlos en la escasez”, agregó el dirigente radical.
Ambos se mostraron de acuerdo en esto de que los Estados representados en los gobierno no tienen músculo para atender las demandas insatisfecha de los sectores medios de la sociedad en donde la discusión deja de ser el acceso a los alimentos y pasa a ser el reclamo de más y mejores derechos. Ya no se discute sobre el acceso a la educación sino sobre el tipo de educación que se recibe
A partir de esto el senador argentino que “este contexto de demandas insatisfechas junto con un contexto de comunicación que es más abierto pero que apela a la emoción y a los gritos es más simple instalar populismo sea de derecha, de centro o de izquierda”.
“Tenemos que ver cómo podemos ser fanáticos del no fanatismo para poder enamorar a otro en esta idea”, subrayó.
Por su parte, el ex presidente uruguayo dijo que “los nuevos ciudadanos se muestran como un consumidor insatisfecho, un contribuyente que está enojado de a ratos y, quizás el mayor desafío que tengamos hoy es que ese ciudadano es un trabajador inseguro respecto de su futuro laboral. Mira la democracia y al gobierno, y confunde gobierno con sistema y le reclama al sistema lo que no le da el gobierno”.
En ese razonamiento es donde establece que la democracia hoy se presentan como un campo fértil para los movimientos populistas “que pueden terminar en autoritarismo, como es el caso de Venezuela. este es el nuevo fenómeno. Hugo Chavez, el expresidente de Venezuela, fue tan populista como Donald Trump -el ex presidente de los Estados Unidos-. Trump sin dudas es un gobernante populista, la escenificación grotesca de la ocupación del Congreso es la visión de lo que es el populismo, pero a diferencia de Chávez, Trump no pudo con las instituciones y eso es lo que hay que preservar”
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