Tras el renunciamiento de Alberto Fernández, en la oposición hacen cálculos sobre los posibles candidatos del Gobierno: el factor Milei
La oposición no estuvo ajena a la decisión del presidente de la Nación, Alberto Fernández, de no ser candidato a la reelección. No tanto por la sorpresa del renunciamiento, sino más bien en cuanto al tiempo. En Juntos por el Cambio (JxC) hay cierto consenso en torno a que el jefe de Estado no competiría, pero que lo haría público más adelante.
El renunciamiento de Fernández acelerará las definiciones políticas en el frente opositor. Es que la intriga política que sostenía el Presidente impedía que avance un proceso de ordenamiento interno en el oficialismo. Ahora, el Frente de Todos buscará concertarse detrás de una estrategia electoral unificado. JxC conoce eso y no pretende descuidar ningún vestigio.
“Pensar que el peronismo, que gobierna mal pero sabe ganar elecciones, ya perdió es, de mínima, prematuro”, aseguró en diálogo con Infobae un dirigente nacional de JxC. Si bien no ignoran que la situación económica puede agravarse, prefieren ser cautos. En ese sentido, analizan distintos escenarios según quién sea el candidato o los candidatos que salgan a la cancha en el Frente de Todos.
Sucede que la interna presidencial entre Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal produce tensiones en JxC y bloquea cualquier intento de estrategia unificada en lo electoral. Al contrario. Luego del cruce entre el jefe de Gobierno porteño y Mauricio Macri, por la convocatoria a elecciones concurrentes en la Ciudad, la oposición irá a una PASO que promete ser ardua.
Los estrategas políticos de los candidatos opositores releen estudios sobre los efectos en la traslación del voto de las PASO hacia las generales. JxC corrobora que en su experiencia sí se produce un traslado mayoritario. No obstante, la pelea actual (entre el macrismo y el larretismo) -y la diferencia de perfiles entre los candidatos opositores- les abre un interrogante: habrá un traslado de los votos del candidato perdedor al ganador. Los niveles de virulencia internos y los análisis electorales no permiten hacer una lectura lineal de esa inquietud. La incertidumbre preocupa a la oposición.
A su vez, en JxC observan que en el oficialismo deliberan el mismo dilema por estas horas. El peronismo recuerda una buena experiencia de elecciones internas, como fue el histórico cruce entre Carlos Menem y Antonio Cafiero, en 1988. Inmediatamente, surge en la memoria las PASO a gobernador bonaerense de 2015, entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez. Fue un enfrentamiento intenso, con heridos políticos, y que terminó en la derrota del peronismo en la provincia de Buenos Aires ante María Eugeni Vidal. En el primer caso, el PJ se encolumnó detrás del riojano luego de la interna. Mientras que la PASO bonaerense no corroboró eso: parte de los votos de Domínguez se dispersaron y Fernández cayó ante Vidal.
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Ese dilema es qué buscará resolver el Frente de Todos en las próximas semanas: PASO sí o PASO no. Develado ese interrogante, emergerán con mayor claridad los candidatos. JxC aguarda expectante. La mesa política de Larreta considera que sin Fernández, la candidatura de Daniel Scioli gana fuerza. El jefe de Gobierno sostendrá su estrategia “antigrieta” y de consensos amplios. En ese sentido, para el larretismo es más cómodo confrontar con un candidato del kirchnerismo duro.
En el bullrichismo evalúan que si tomara forma una postulación de Sergio Massa, la ex ministra de Seguridad puede ser favorecida. “Una candidatura de Massa nos ayuda un poco porque puede sacarle votos a Larreta”, analizó un operador bullrichista en diálogo con Infobae y remató: “Larreta y Massa son lo mismo”. Por el contrario, en el entorno del Bullrich admiten que “cuanto más kirchnerista sea el candidato del Gobierno, eso le puede acercar un voto a Horacio (Rodríguez Larreta)”.
En los sondeos de opinión que coteja la oposición, observan que el larretismo puede recoger más votos frentetodistas desencantados con el kirchnerismo. Es un votante, analizan, que no se inclinaría por Bullrich en ningún escenario. ¿Si Wado De Pedro es candidato puede fortalecerse Rodríguez Larreta? “No necesariamente”, respondió ante este medio un referente nacional del PRO. “Porque Wado responde a Cristina pero no deja de ser dialoguista. Además, es una cuestión de perfil”, explica la misma fuente y amplía: “Un estilo muy K, por su perfil, es Axel Kicillof; es más combativo”.
El factor Milei
Otro punto medular en el escenario electoral es la figura del libertario Javier Milei. El crecimiento del economista en las encuestas preocupa tanto al FdT como a JxC. En la coalición opositora deliberan estrategias para evitar una fuga de votos por derecha hacia La Libertad Avanza. En ese sentido, no niegan los altos niveles de intención de voto que tienen los libertarios, aunque detallan que el oficialismo también es víctima de la sangría: “Milei le está comiendo más a los K que a nosotros. Eso ya se reflejó en las elecciones de 2021 y se ahondó ahora”, señaló en diálogo con Infobae un reconocido consultor político que asesora a uno de los candidatos del PRO.
En relación con la posibilidad de que Milei llegue al ballotage, como deslizó Macri en una comida con empresarios del Cicyp, en JxC vislumbran dos escenarios posibles: por un lado, la crisis económica. Las posibilidades del libertario de llegar a una segunda vuelta son directamente proporcionales a la suba del dólar, la inflación y el deterioro de las variables macroeconómicas. Por el otro, el candidato que seleccione el oficialismo también podrá incidir en el crecimiento o no del libertario.
Otro factor que alerta a la oposición en esa línea es su confrontación interna: “Cuando nos peleamos en público, bajamos en las encuestas. Es algo que tenemos medido”, reconoce un dirigente cambiemista. Al respecto, JxC se apresta a iniciar una etapa de aceleración electoral, que apurará la definición de candidaturas. Tienen como desafío que esas negociaciones políticas no reaviven la interna a cielo abierto que afrontaron en casi todo el 2022 y lo que transcurre de 2023. “Cada merma de nosotros es un voto más para Milei”, coincide un operador larretista y enfatiza: “Depende de nosotros aplacar los líos internos”.
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