Gianluca Prestianni, la joya de Vélez que siguen desde Italia: el detrás de escena de su debut, el llanto tras su primer gol y sus duelos con el Diablito Echeverri
Vélez Sarsfield es una de las instituciones de la Argentina que mejor trabajan en sus Divisiones Inferiores. Basta con observar el rendimiento de las categorías juveniles en los torneos de AFA o repasar los planteles de Primera División en las últimas décadas, en los cuales habitaron gran mayoría de futbolistas surgidos de La Fábrica. En uno de los campos de juego de la Villa Olímpica que el club posee en Parque Leloir se pulió una de las nuevas joyas del Fortín y del fútbol argentino, Gianluca Prestianni.
El habilidoso extremo de 17 años que puede moverse con facilidad por todo el frente de ataque, encarar rivales, asistir a sus compañeros o meterse en el área para definir no se achica a pesar de sus 1.66 metros que le valieron el apodo de La Pulga -sí, como un tal Lionel Messi-. Hombre sereno, de pocas palabras, recibió a Infobae luego del entrenamiento que comandó Ricardo Gareca. En la práctica, el nacido en Ciudadela mostró sus conexiones con Lucas Pratto, uno de sus tutores dentro del campo y uno de los protagonistas de su debut en Primera, ya que reemplazó al Oso en el duelo de Copa Libertadores 2022 ante Estudiantes de La Plata. “Tenés 15 minutos para hacer lo que quieras. Disfrutá”, le dijo Julio Vaccari, por ese entonces el DT velezano. Y en su primera jugada casi marca su primer gol. Ese que llegó el 21 de marzo en el José Amalfitani ante Central Córdoba de Santiago del Estero por la Liga Profesional. “No lo esperé. Se me acercaron todos a felicitarme y, por la emoción, me largué a llorar por todo lo que pasé de chico y se me vinieron todos los recuerdos a la cabeza”, explicó.
Esos recuerdos que mencionó Gianluca remontan a sus inicios en el baby fútbol, en Juventud Unida de Ciudadela, donde comenzó con sus primeras gambetas con 3 años. Luego, en el Club Social y Deportivo Villa Real deslumbró a Pino Hernández, uno de los ojeadores de Vélez. No fue fácil al comienzo saltar a una cancha más grande y sobreponerse a jugadores de mayor talla física. Pero se las arregló para convencer a los entrenadores y fichar en el club de Liniers para desarrollarse. Su familia también fue clave en la transición y no se perdía ningún partido. Hoy, lo alienta desde la platea Norte y sufre ante las patadas de los rivales. “Por suerte tengo una familia muy futbolera que me apoyó siempre desde chiquito, cuando no tenía nada y me llevaban a todos lados. Hay algunos que no pueden tenerlos y yo por suerte tuve esa posibilidad”, agradece y se emociona al mencionar a su padre Juan Carlos, su madre Natalia y sus hermanos Benjamín y Giovanni.
Los consejos de los más experimentados del plantel velezano también son parte del proceso de aprendizaje de Prestianni, quien absorbe como una esponja el conocimiento que le traspasan dentro y fuera del campo. Diego Godín, hombre que jugó cuatro Mundiales con la selección uruguaya y Pratto son los que más le hablan, incluso se sientan juntos en el micro antes de cada partido. Esas charlas son clave para el joven diamante que se ganó un lugar en el equipo titular. Gareca confía tanto en él que pidió que se quedara en el plantel, razón por la cual no viajó al Sudamericano Sub 17 de Ecuador con la selección argentina que conduce Diego Placente.
“Seguí a los chicos en el Sudamericano, que hicieron un torneo terrible y les quería mandar un saludo porque trabajaron muy bien”, remarcó sobre sus compañeros, con quien participó del proceso. La pregunta recae sobre una de las figuras y capitán del seleccionado, Claudio Echeverri, más conocido como el Diablito. “Es un jugador muy bueno, nos llevamos muy bien tanto dentro como fuera de la cancha, nos entendemos y me gusta jugar con él. Ya lo he enfrentado como rival (en los Vélez-River de inferiores) y le gané en todas”, aporta Gianluca con una pícara sonrisa.
Su salto a la Reserva y luego a la Primera le impidieron continuar con su cursada en la escuela secundaria, una cuenta pendiente del joven que tiene entre sus objetivos terminar con sus estudios. “Este sería mi último año, por los horarios no llegaba y me había quedado libre. Pero ya preguntaron en el grupo quién lo quería terminar de manera online y se lo dije a mi mamá, que se puso muy contenta. Quizás hay algunos que no lo entienden y te dicen que el fútbol son 22 jugadores corriendo atrás de la pelota. Y a veces me molesta porque dejás muchas cosas de lado. Perdés cumpleaños, estar con amigos, el colegio… Te levantás a las seis de la mañana, te matás entrenando y la verdad es que es un trabajo muy grande”, agrega La Pulga sobre su nueva vida de profesional.
Su ídolo no es otro que Lionel Messi y su sueño es, además de ser campeón con Vélez, jugar con la Selección algún Mundial. Está cerca, ya que en noviembre se jugará la Copa del Mundo Sub 17 y tiene chances de ser convocado. Pero su meta es representar a la Albiceleste en la categoría absoluta y para eso trabaja día a día. Su nombre está en el radar de Roberto Mancini, entrenador de la selección de Italia, quien ya reclutó a Mateo Retegui y Bruno Zapelli para los equipos de la Azzurra. También sonó en algunos gigantes europeos como Barcelona y Real Madrid y forma parte del listado de los mejores 50 futbolistas jóvenes de todo el mundo. Cómo no tentarse.
Sin embargo, tanto Prestianni como su representante, Rolando Zárate, se mantienen con los pies sobre la tierra y se enfocan en el presente para continuar con los minutos de vuelo, esos que a la larga servirán para mirar otros destinos. “Por ahora lo vengo llevando muy bien y de a poco porque me pasaron cosas buenas muy rápido siendo tan joven, así que estoy tranquilo”, ratifica el jugador nacido en los mismos pagos de Thiago Almada y que entusiasma a todo Vélez.
* Fotos y videos: Gastón Taylor
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