Albert Riera, de sufrir a los ultras a ganar Liga y Copa y estar libre: “Sentía que el ciclo había terminado”
El dragón que luce en el escudo del Olmpija Liubliana se ha quedado sin su fuego. Se encendió y apagó con Albert Riera (Manacor, 1982) exjugador español y actual entrenador que ha vivido una intensa temporada en el club esloveno. En el país balcánico colgó las botas y allí ha iniciado su carrera como primer entrenador. Antes, fue segundo entrenador de Fatih Terim en el Galatasaray turco, otro campeonato en el que compitió durante su etapa como jugador.
Su primera temporada como primer entrenador ha sido una montaña rusa de emociones. Comenzó con los ultras del equipo esloveno irrumpiendo en sala de prensa durante su presentación y terminó con el segundo doblete de la historia del club y una salida polémica envuelta en desavenencias con la directiva. Pese a ello, Albert Riera asegurahaber sido “feliz” durante su estancia en Liubliana. “Era mi pbjetivo, y lo he cumplido. Si yo no disfruto con la idea que tengo de trabajar y ver el fútbol, los jugadores lo notarían y no creerían en ello. Los entrenadores no somos nadie sin los jugadores ”, afirma Riera que además asegura dar “la misma importancia al cómo ganar que al hecho de ganar”.
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La tardía propuesta de renovación, el detonante de su salida
Resulta complicado entender como un club deja marchar al entrenador que les ha hecho doble campeones en una misma temporada, pero eso sucedió en Liubliana. Riera heredó un equipo que sólo había conseguido un título en los últimos cuatro años y en apenas nueves meses ha conquistado dos. Pese a ello, las renovación no llegó a buen puerto. “Se ha juntado un poco todo. Las conversaciones se iniciaron tarde, a finales de abril, y en ese momento ya tenía claro que habirndo ganado Liga y estando en ese momento muy cerca de ganar la Copa, el ciclo debía terminar. Cuando uno supera un ciclo, hay que ir a por el siguiente y considero que estoy preparado para una liga mejor. Estoy agradecido al club, pero entiendo que no estén contentos. Querían renovarme y no se ha producido, al final entendieron mi postura”, explica Riera a Infobae España.
La demora de la directiva en el ofrecimiento de la relación, unido a la forma de trabajar, fueron los detonantes que hicieron tomar a Riera la decisión de dar por terminada la vinculación. “Si la renovación hubiese llegado en diciembre, seguramente ya estuviera firmada porque en ese momento estaba muy feliz y sentía que debía seguir. Pero no llegó. Pasaron los meses y hasta finales de abril no comenzaron las conversaciones. Consideré que ya era tarde, pero no hemos acabado mal la relación”.
Riera, preparado para nuevos retos
La mayor diferencia entre Riera el club residía en la gestión de la plantilla. “El fútbol balcánico no explota porque los clubes venden demasiado jóvenes a sus mejores jugadores. Lo llevo diciendo todo el año. Son futbolistas que apuntan alto, pero aún deben madurar para dar el salto a las grandes ligas. Los venden porque con lo que sacan salvan económicamente el año siguiente. Esas ventas impiden que mejores. Yo entiendo el fútbol de otra manera, me gusta mejorar a los futbolistas, tener un proyecto y trabajar con ellos. El club tiene una mentalidad diferente. En diciembre me prometieron que no vendrían a nadie y lo respetaron, pero en verano iba a ser diferente”, confiesa Riera.
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Una vez tocado el cielo en Eslovenia tras conquistar Liga y Copa en su primera temporada, Riera se siente preparado para un reto mayor, pero aboga por seguir creciendo poco a poco. “Todo debe ser un progeso, nadie nace sabiendo. Me siento preparado para una liga mejor, pero por otro lado, creo que tengo que ir quemando etapas. Aunque me encantaría, tal vez sea un poco pronto para ir a España, por eso creo que el siguiente proyecto debe ser intermedio”.
Del asalto de los ultras durante la presentación… a ganarse su respeto
La temporada acabó con los aficionados del Olimpija desbordados de felicidad por los resultados obtenidos, pero el curso comenzó tenso. Durante la presentación de Riera como técnico, los ultras entraron a la sala de prensa e interrumpieron el acto en señal de protesta por la destituación de Prosinecki, anterior entrenador. Un gesto que provocó la marcha del español de la sala. “Seguramente al siguiente que se siente en esa silla le ocurra lo mismo que a mí… y sin tener culpa de nada, como tampoco la tenía yo cuando llegué. Los entrenadores somos trabajadores y queremos lo mejor para el club. Fue un momento poco agradable, pero siempre puse la palabra fútbol por delante. Fui a trabajar siendo honesto, profesional y dando lo mejor de mí”, asegura Riera.
Riera sólo se centró en lo que estaba en su mano dentro del terreno de juego. Su forma de trabajar le permitieron ir cosechando los resultados que le dieron la razón. “A lo largo de la temporada, cuando vieron que con mi manera de gestionar el grupo el equipo obtenía buenos resultados, la relación cambió. Forjamos una buena relación. El año fue fantástico. Cuando te quieren en un sitio es difícil despedir, pero entienden que en esta profesión hay que seguir progresando”. Precisamente en ese camino se encuentra Riera. Tras conquistar Eslovenisa busca un reto mayor que le permita seguir creciendo en los banquillos hasta LaLiga española, su destino ideal.
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