PASO 2023: la disputa política en las siete coaliciones que irán a internas para elegir presidente
Siete frentes políticos, sobre un total de 15 agrupaciones que inscribieron aspirantes a la Presidencia, tendrán internas en estas Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias del 13 de agosto para definir la fórmula que competirá en las elecciones de octubre por el premio mayor.
Este año suman 27 precandidatos a presidente, un récord desde que se instauraron las PASO. En 2019, compitieron 10 binomios para presidente y vice en las Primarias de ese año, pero solo seis pasaron a las generales. Cuatro años antes, habían sido también seis las fórmulas que accedieron a las generales de octubre, pero se habían presentado en las PASO un total de 14. Y en 2011, se presentaron 10 binomios en las primarias y terminaron compitiendo en la general, siete.
Son 15 las alianzas y partidos políticos que tienen ya la aprobación de la Justicia para que sus boletas estén en el cuarto oscuro el 13 de agosto. Los siete frentes que van a internas son Juntos por el Cambio, Unión por la Patria, Frente LiberAr, Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT) Unidad, Proyecto Joven, Alianza Principios y Valores-Por Tierra Techo y Trabajo, y el Movimiento Izquierda Juventud Dignidad (MIJD). Solo pasarán a las generales del 22 de octubre, las listas que se impongan y obtengan el 1,5% de los votos válidos.
Las restantes fuerzas van con una sola lista para presidente: La Libertad Avanza, Hacemos por nuestro país, la UCEDE, el Movimiento al Socialismo, Libres del Sur, Política Obrera, Movimiento de Acción Vecinal y el Frente Patriota Federal. Solo pasarán a las generales del 22 de octubre, las fórmulas que obtengan el 1,5% de los votos.
Juntos por el Cambio
Sin lugar a dudas, la que atraerá toda la atención será la de Horacio Rodríguez Larreta vs. Patricia Bullrich. No solo porque será la interna más competitiva, con un resultado hoy incierto, pese que una mayoría de encuestas ubican arriba a la titular del PRO de licencia y marcan un estancamiento del jefe de Gobierno porteño, sino porque hay muchas chances de que el ganador de esta disputa sea quien termine ocupando el sillón de Rivadavia. Ambos candidatos dejaron expuestas en esta campaña sus diferencias de formas, pero también en cuestiones de fondo, y quien termine ganando en agosto, reconfigurará la identidad de Juntos. Bullrich moverá al espacio hacia la derecha, y Larreta buscará dejarlo en un centro que se amplíe a otros sectores.
La candidatura de Sergio Massa a presidente por Unión por la Patria repercutió sobre la interna de la coalición opositora, y generó lecturas distintas en cada uno de los dos sectores. La decisión del ministro de Economía esta semana de dirigir sus dardos contra Bullrich -recordándole su pasado montonero y su álbum de filiaciones partidarias- no pasó desapercibida dentro de la coalición, y los estrategas de uno y otro lado están analizando su impacto y reevaluando sus estrategias.
En el espacio de Larreta sostienen que “las PASO se juegan en una cancha abierta”, que no se trata de una interna partidaria pura, sino que además vota un electorado más amplio, no solo el voto duro del PRO o Juntos. “Al candidato de Juntos en estas primarias, también lo eligen los filo peronistas desencantados y los que no confían en Massa. Y ahí Horacio puede pescar votos por su perfil más dialoguista, menos gorila, abierto al diálogo con un sector del peronismo no k”, analiza un dirigente del Conurbano que apoya su lista, bautizada “El Cambio por nuestras vidas”. La elección del nombre no es casual, ya que el jefe de Gobierno se diferencia de su rival proponiendo la búsqueda de consensos más amplios para “lograr un cambio que sea duradero”.
“En los segmentos populares que tradicionalmente fueron afines al kirchnerismo, y que hoy están entre los que más sufren la crisis económica, el halconismo de Bullrich no entra”, afirma este referente del PRO bonaerense. En línea con ese razonamiento, dirigentes del larretismo creen que esos sectores pueden verlo como “el menos malo de la derecha”, y que por eso Larreta “juega una campaña más presidencial”, mientras que la ex ministra lleva adelante “una campaña más de interna”.
En las nuevas oficinas de campaña de Bullrich ubicadas a 100 metros en diagonal a la Casa Rosada, tienen una lectura política opuesta. “Horacio pensaba recoger el voto desencantado del peronismo y Massa le secó la pecera”, sostienen. Y para diferenciarse, reafirman: “Nunca fue nuestra estrategia buscar el voto de Massa. Siempre pensamos la interna para ir por el voto duro del PRO, trabajando los valores de cercanía con los votantes, y recuperar los votos que se habían ido hace un tiempo a (Javier) Milei”.,
También, analizan un “mapa de calor” de toda la Argentina que les permite identificar dónde están los votantes de Juntos para definir adónde irá Bullrich a reforzar las adhesiones. Su lista fue bautizada con el nombre “La fuerza del Cambio”, en alusión al atributo que buscan destacar de Bullrich. En su apuesta a recuperar el voto de derecha que venía apoyando a Milei, creen que a partir de las denuncias de presunta venta de candidaturas en sus listas, el líder libertario ya no tiene ese tercio que le asignaban las encuestas, y ahí ven la oportunidad de recuperarlos. Su crecimiento se frenó y parece haberse desinflado como fenómeno. Hoy recogería entre un 18 y un 20% de los votos.
Respecto de la decisión de Massa de elegir a Bullrich como blanco de sus dardos políticos, en el entorno de la candidata aseguran no haberlo buscado. “No teníamos en la hoja de ruta de campaña ser el punching ball de Massa, pero lo vamos a aprovechar. Creemos que la beneficia”, admiten. La ex ministra no lo dejó pasar y salió a responderle. Incluso dirigió contra él las acusaciones de “persecución política” por la intervención dispuesta por el Ministerio de Justicia, a pedido de la Inspección General de Justicia (IGJ), a su Instituto de Estudios de Seguridad.
Los colaboradores de Bullrich se muestran exultantes porque según las encuestas que ellos manejan, le lleva una cómoda ventaja a Larreta -que superaría incluso los 10 puntos- tanto a nivel nacional, como en Provincia e, incluso, en la Ciudad. Desde el campamento larretista aseguran que esa supuesta superioridad -que ubican entre uno y cuatro puntos- se basa en que muchos de estos sondeos no son presenciales. Un dirigente de este sector, analiza que los simpatizantes de Bullrich hacen explícito su apoyo por ser “un voto más emocional”, mientras que no sucede lo mismo con los que votarían al actual jefe de Gobierno porteño, cuya adhesión sería más difusa.
Entre los responsabñes de la campaña del jefe de Gobierno destacan que “tiene un mayor volumen político” y está “muy asertivo sobre lo que cree que hay que hacer”. Su estrategia hoy busca mostrar su perfil como opuesto al de Bullrich -“no quiere ser lo que no es”, dicen en su entorno- , y ampliar su base de sustentación por fuera del voto del PRO, sabiendo que cuenta con el apoyo de parte del radicalismo, la Coalición Cívica y sectores peronistas no k.
Enumeran los apoyos de dirigentes de distintos sectores “para hacer transformaciones duraderas”, a diferencia del armado de Bullrich que “es ella sola y siempre buscó no perder su perfil”. Esta estrategia de la ex ministra la confirman sus interlocutores, quienes coinciden en que es el motivo por el que designó como candidato a vicepresidente al ex diputado mendocino Luis Petri, quien salió segundo en la PASO mendocina para gobernador, que ganó Alfredo Cornejo, y una ascendencia acotada dentro de la UCR a nivel nacional. Lo que habría terminado de definir la elección en favor de Petri, como experto en seguridad y un perfil de duro en esta materia, fueron los violentos incidentes en Jujuy por el rechazo a la reforma constitucional de la provincia.
“Horacio, en cambio, apostó por ampliarse y complementarse al sumar a (al presidente de la UCR) Gerardo Morales de vice, a (Miguel) Pichetto y (José Luis) Espert”, afirman en el sector de Larreta, al mencionar a su candidato a vice, y las cabezas de listas a diputados y senadores por la provincia de Buenos Aires. Consideran que el jefe de Gobierno porteño pudo capitalizar los triunfos en San Luis de Claudio Poggi y en San Juan, de Marcelo Orrego, las dos provincias donde Juntos le arrebató el poder al peronismo.
Entre los apoyos “representativos” también mencionan a María Eugenia Vidal – aunque aún no lo hizo explícito – y a Facundo Manes, quien tras bajar su candidatura acordó con el binomio Larreta-Morales ubicar a Pablo Juliano en el tercer lugar de la nómina de diputados encabezada por Pichetto y Silvia Lospennatto en la Provincia. También cuentan como “propio” al mandatario correntino Gustavo Valdés, pese a que viene haciendo equilibrio para no manifestarse públicamente por ninguno de los dos candidatos, y apuestan al aporte del dirigente radical bonaerense e intendente de San Isidro, Gustavo Posse, como compañero de fórmula de Diego Santilli en la provincia de Buenos Aires.
Desde el lado de Bullrich, capitalizan haber sumado a Maximiliano Abad, titular de la UCR bonaerense y presidente del bloque de Juntos en la Cámara de Diputados provincial. Abad tiene una estructura territorial clave para la ex ministra, que incluye a una treintena de intendentes radicales. Como parte de ese acuerdo, el compañero de fórmula de Néstor Grindetti para la gobernación es el jefe comunal de Trenque Lauquen, Miguel Fernández.
La disputa interna entre Bullrich y Larreta tendrá hoy un nuevo episodio en las PASO santafesinas para gobernador, donde la ex ministra apoya a la senadora radical Carolina Losada, referenciada en el llamado “Grupo Malbec”, y Larreta, a Maximiliano Pullaro, ex ministro de Seguridad provincial durante la gestión de Miguel Lifschitz. Sobre el tramo final de la campaña, Losada acusó a Pullaro de encubrir a policías ligados al narcotráfico y lo vinculó con operaciones de “campaña sucia” para perjudicarla. No solo eso, sino que adelantó que no trabajaría con él si gana las PASO. Por eso Santa Fe se convirtió en una caja de resonancia de la pregunta que se hacen todos: ¿Qué pasará el 14 de agosto?
En este punto, si bien hay recelos – especialmente en el sector del jefe de Gobierno después del spot de Bullrich “Si no es todo, es nada” -, ambos equipos de campaña coinciden en que deberán trabajar juntos por necesidad, y que se reconfigurará un nuevo escenario. “No les va a quedar otra”, admite un interlocutor de Larreta. “El 14 empieza otra campaña, y a partir de un triunfo en las Primarias, Patricia seguramente tendrá que ablandarse y moderar su discurso”, asegura por su parte un dirigente que habla a diario con Bullrich. Ambos sectores coinciden en que, a nivel de los equipos técnicos, el diálogo es mucho más fluido que entre los dos candidatos.
De cara a la general, más allá de cómo recompongan ese vínculo, el otro interrogante es qué porcentaje el voto del contrincante podrán retener para octubre. Según el consultor Alejandro Catterberg, alrededor del 30 por ciento de los que apoyan a Larreta o Bullrich dicen que no votarán por el otro candidato después de las primarias. El equipo de la ex ministra maneja otros números. Aseguran que ella retiene el 80% del voto de Larreta, mientras que el jefe de gobierno porteño sólo sumaría un 30% de los que eligieron a Bullrich en la primaria. “Son perfiles distintos. El votante nuestro duro es muy ideológico, en cambio, el de Larreta quiere más que nada sacar al kirchnerismo del poder”, analizan. El consultor Facundo Nejamkis recuerda que en política es más factible que un radicalizado vote a un moderado, que un moderado apoye a un radicalizado.
Unión por la Patria
El desgastado Frente de Todos logró llegar unido a las elecciones, no sin grandes dificultades, y remozarse con un nuevo nombre y logo con los colores patrios: Unión por la Patria. La fórmula de “unidad” Massa-Agustín Rossi, nació a último momento después de un fuerte tironeo con Daniel Scioli, que intentó hasta último momento ir a una interna. Ante la posibilidad de tener que competir, Cristina Kirchner había elegido a su candidato, Eduardo “Wado” de Pedro, quien duró menos de un día en esa condición.
“Sacalo a Wado porque no mide en las provincias y nos va a hacer perder a todos en el país”, aseguran que le dijo el gobernador catamarqueño, Raúl Jalil, a la vicepresidenta cuando la fue a ver al Senado el jueves 23 de junio en medio de negociaciones frenéticas, y apenas un día antes del cierre de listas. La crudeza del diagnóstico de los gobernadores llevó a Cristina Kirchner a dar un golpe de timón, y aceptar a Massa en lugar de su hijo dilecto. Su candidatura revivió la expectativa en el peronismo de mantenerse en el poder, pese a la inflación que superará el 115% anual, la falta de reservas en el Banco Central, y la escalada del dólar que superó los 520 pesos.
El ministro de Economía se movió rápido y como compañero de fórmula resultó elegido Rossi, jefe de Gabinete de Alberto Fernández, a quien el propio Presidente había alentado a competir en la interna, pero que siempre mantuvo sus terminales abiertas con Cristina Kirchner y su hijo Máximo, y terminó como candidato a vicepresidente. La lista fue bautizada “Celeste y blanca” y logró cobijar las tres patas políticas que le dieron origen a la coalición gobernante: el kirchnerismo, el Frente Renovador y el cada vez más debilitado Fernández.
El ministro de Economía ya como candidato logró alinear en tiempo récord detrás de su figura a los gobernadores, un número importante de intendentes peronistas bonaerenses, a Máximo Kirchner y al gobernador Axel Kicillof como representantes del kirchnerismo en la Provincia, y a la CGT, con el apoyo tácito de un sector del empresariado. En su primer acto público como candidato por la recuperación de un avión usado en los vuelos de la muerte, Cristina Kirchner le hizo saber que no era su primera opción, pero que lo apoyaría. Solo quedaron mascullando bronca sectores de La Cámpora y el kirchnerismo duro.
Sin embargo, no será la única fórmula. Juan Grabois, en desacuerdo con la postulación de Massa como candidato de “síntesis”, cumplió su promesa de presentarse si el ministro era el “elegido”. Con un guiño de sectores kirchneristas duros, consiguió los avales para presentar su propia precandidatura a presidente. Había adelantado que solo declinaría su candidatura si Cristina Kirchner o De Pedro decidían postularse. De hecho se bajó en esas 24 horas que el ministro del Interior se mostró en fórmula con Juan Manzur.
En su lista “Justa y soberana”, lo acompaña María Paula Abal Medina, hija de Juan Manuel Abal Medina, dirigente peronista encargado de coordinar la vuelta de Juan Domingo Perón a la Argentina en 1972, y de Nilda Garré, diputada en los años 70, y ex ministra de Néstor y Cristina Kirchner. A su vez, su medio hermano, Juan Manuel, fue jefe de Gabinete de la segunda presidencia de CFK y luego senador nacional.
El fundador del Movimiento de Trabajadores Excluidos, de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y del Frente Patria Grande consiguió lo que a Scioli le negaron sistemáticamente La Cámpora y el massismo: llevar boleta corta solo para presidente, y poder ir con las listas de candidatos presentadas en los distritos que van también con la boleta de Massa.
Grabois va a funcionar, en los hechos, como una colectora de votos por izquierda para Unión por la Patria. “Hay kirchneristas y peronistas desorientados, y votantes que no le creen. Si bien Massa tiene un piso superior al de Wado, tiene una imagen negativa alta y está desgastado. No todos los votos de Cristina Kirchner van a ir a él en el Conurbano; una parte se irá Grabois, otra quizás a la izquierda, y otra no va a ir votar”, señala un intendente de la Primera Sección electoral.
Un colega suyo admite que hay jefes comunales peronistas que van por la reelección que alentarán el corte de boleta en sus distritos. Especialmente porque según las encuestas que manejan, Massa hoy estaría alrededor de los 25 puntos en la Provincia de Buenos Aires, y tiene un techo bajo, lo que no le garantizaría un triunfo en suelo bonaerense.
Si bien Grabois mantiene sus críticas al ministro de Economía y afirma que en las PASO buscará ser “un cauce de empoderamiento” de quienes quedaron “decepcionados” con la fórmula principal del oficialismo. “Nosotros queríamos que el candidato sea un hijo político de Cristina”, se lamentó. Y en ese sentido, admitió “haber peleado por eso durante un año”. En su estrategia de diferenciación del titular del Palacio de Hacienda, afirmó: “Nosotros creemos que el movimiento nacional popular y latinoamericanista es una tradición que va evolucionando y cambiando, y que se basa en la lucha contra la desigualdad y la defensa de los humildes. Creemos que nuestro rival en la interna no es parte de esa tradición”.
Esta semana, también lo criticó porque en su discurso durante la inauguración del gasoducto Néstor Kirchner, Massa no dijo “ni una palabra sobre las familias argentinas”. Consciente de la posibilidad de una derrota frente al ministro de Economía, señaló en declaraciones radiales: “Yo voy en una coalición, si no apoyo a Massa sería una estafa: el que gana, gana y el que pierde acompaña”. Sin embargo, advirtió que eso no implicaba un cheque en blanco. “Si Massa quiere que la gente que nos votó a nosotros lo vote a él va a tener que adoptar por lo menos algunos puntos de nuestro programa: ¿Cómo vas a resolver el problema de la vivienda, la urbanización de los barrios, los alimentos? Si él logra hacer eso, seguramente la gente que nos acompañó a nosotros lo va a acompañar”, sostuvo.
Massa decidió no renunciar a su cargo de ministro y aprovechar la gestión para mostrarse en la campaña, con anuncios de distinta envergadura – algunos menores-, pero que lo muestran al mando del timón y con herramientas para seguir en la línea de bajar la inflación. La desaceleración de la suba inflacionaria que mostró el índice de junio – 6%- fue celebrada en clave electoral, aunque la disparada del dólar generó preocupación.
FIT-Unidad
El Frente de Izquierda de los Trabajadores Unidad (FIT-U) no logró la mentada unidad de su nombre y va con dos listas a las PASO. En una de ellas, “Unir y fortalecer la Izquierda”, se postula a la diputada nacional y militante de derechos humanos Myriam Bregman, y al dirigente Nicolás del Caño, como su vice. Ambos pertenecen al Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), de orientación trotskista y una de las fuerzas que integran el FIT, junto con Izquierda Socialista que apoya esta fórmula.
El binomio fue definido como respuesta a lo que consideraron un “planteo unilateral” por parte de los otros dos partidos de la coalición, el Partido Obrero (PO) y el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), que acordaron una fórmula encabezada por el legislador porteño Gabriel Solano (PO) y la dirigente gremial Vilma Ripoll (MST), que lleva el nombre “Unidad de luchadores y la Izquierda”. Hace una semana Solano invitó a Bregman, a través de una carta, a un debate público sobre la interna del Frente de Izquierda “para expresar abiertamente” sus diferencias y dar a conocer “sus propuestas, las caracterizaciones de cada uno y la estrategia de cada lista.”
Principios y Valores
La alianza conformada por el partido Principios y Valores, del ex secretario de comercio Guillermo Moreno, y el movimiento Por Tierra, Techo y Trabajo, que lidera el dirigente social Luis D’Elía, tendrá una amplia oferta electoral en el cuarto oscuro, con cinco fórmulas presidenciales.
La principal es la encabezada por Moreno con Leonardo Fabre, secretario general de la Asociación del Personal de los Organismos de Previsión Social, como precandidato a vicepresidente, bajo el nombre de lista “Tierra, Techo y Trabajo”.
En esta interna partidaria también competirán Jorge Eduardo Oliver y Ezequiel San Martín por la lista “Tres banderas”; Paula Arias y Walter Vera por la lista “Laborista”; Carina Bartolini y Mabel Gómez por la lista “Gente de Trabajo”; y Eliodoro Martínez y Vicente Souto, por la lista “Transformar”.
Frente LiberAR
El ecléctico frente LiberAR lleva tres listas a presidente. Una es la encabezada por Nazareno Etchepare, ex candidato a diputado nacional por el Frente Despertar en 2019 e impulsor de la campaña presidencial de José Luis Espert en ese momento. Luego se peleó con el hoy diputado y precandidato a senador por la provincia de Buenos Aires por el sector de Larreta, dentro de Juntos, y renunció a la candidatura. Ahora busca revancha compitiendo por el premio mayor. Desde su cuenta en Twitter “El Cipayo” fue uno de los impulsores de las marchas y cacerolazos contra Cristina Kirchner. En su lista “Demos”, de orientación liberal, lo acompaña Fernando Lorenzo como candidato a vice.
Otra de las listas está encabezada por el histórico dirigente peronista Julio Bárbaro, ex funcionario de Carlos Menem y del matrimonio Kirchner, quien hoy tiene 81 años, y es el más veterano de los postulantes. Se llama “Anticorrupción” y lleva en la boleta como candidata a vice a Ramona Pucheta, ex diputada nacional por el Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD) fundado por Castells, partido al que renunció en 2013, pero siguió en su banca al frente del bloque unipersonal Frente por la Inclusión Social, aliado al entonces Frente para la Victoria. Bárbaro es uno de los pocos que admite públicamente que sabe que no va a ganar, y que lo suyo es “simbólico”.
La tercera lista es la de Ramiro Vasena, presidente del partido Reconquista, que va con una lista que lleva ese nombre. Fue precandidato a jefe de Gobierno por Bandera Vecinal, el nombre en ese momento del partido del dirigente neonazi Alejandro Biondini, hoy rebautizado Frente Patriota Federal. Va acompañado por Víctor Lagonegro, ex dirigente de Tandil del partido FE del líder de los peones rurales Gerónimo “Momo” Venegas, hoy fallecido.
Movimiento Izquierda Juventud Dignidad
El Movimiento Izquierda Juventud Dignidad, agrupación política que no se enrola en la izquierda tradicional, lleva dos binomios para competir por la presidencia y vice. El dirigente piquetero Raúl Castells, líder del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD, la misma sigla que el espacio por el que hoy compite) se presenta por la lista “Dignidad”. Lo acompaña Adriana Reinoso, de 31 años, referente del movimiento en Tucumán, y la precandidata a presidente más joven que se presenta en estas PASO.
Su contrincante es el empresario y autodenominado periodista Santiago Cúneo, quien se presenta en las PASO de este espacio bajo la lista “Confederal”, con Gustavo Barranco. Cúneo propuso en esta campaña instalar en Argentina el modelo del mandatario de El Salvador, Nayib Bukele, con una ley de excepción que – según explicó en una entrevista que le dio a Infobae- “permita las detenciones y la disposición de los detenidos en la Justicia, sin ningún tipo de represión. La inteligencia criminal no necesita balazos de goma en Argentina”.
Proyecto Joven
Por último, el casi ignoto espacio Proyecto Joven se postula con tres fórmulas presidenciales. El único nombre conocido de los precandidatos es el del escritor Mempo Giardinelli, afín al kirchnerismo, quien paradójicamente tiene 75 años. Lo acompaña Bárbara Solernou, dirigente de la provincia de Buenos Aires del Movimiento Social 21 La Tendencia, para vice.
Otras de las listas para presidente es “Patria Unida”, encabezada por Martín Miguel Ayerbe, presidente del Foro Naval Argentino Hipólito Bouchard, y quien se define en sus redes como “cristiano, justicialista, metalúrgico”, y con un discurso muy crítico del FMI Su candidato a vice es Hugo Rodríguez, licenciado en Economía por la Universidad Nacional de Córdoba, provincia de la que es oriundo.
Por último, la lista “Todex” postula para la primera magistratura de la Nación a la primera candidata transexual, Reina Xiomara Ibáñez. De 30 años y nacida en Rosario, es trabajadora sexual. En 2015 y 2017 ya había sido precandidata a concejal en Rosario, y en 2021 precandidata a diputada nacional por Proyecto Joven, pero no logró superar las PASO. La acompaña como vice Gonzalo Ibarra.
Infografía: Marcelo Regalado
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