Hace caridad en la India y escaló el Himalaya, pero es recordado por expulsar a Messi a los 47 segundos de su debut en la Selección
Hace 18 años el árbitro Markus Merk sacaba del bolsillo izquierdo de su remera negra la tarjeta amarilla, dirigida al húngaro Vilmos Vanczák, y la roja para un joven Lionel Messi que había ingresado, en reemplazo de Lisandro López, 47 segundos antes. Los 27 mil espectadores presentes en el Estadio Ferenc Puskás murmuraban sobre la polémica decisión, Messi era perseguido por las cámaras mientras cubría su rostro con la casaca celeste y blanca -había pegado un manotazo al adversario en la tercer pelota que tocaba-, los jugadores locales se retiraban del foco de atención y Merk quedaba ocultó entre las protestas de Heinze, Ayala, Sorín, Crespo y Scaloni.
Un referi que en ese 2005 se encontraba atendiendo un consultorio odontológico y escribiendo un libro. Ese mismo que en los años posteriores escalaría Los Andes y el Himalaya, reclamaría en el 2000 por el uso de lo que luego sería el VAR, sería sancionado por la FIFA, se convertiría en una de las personas más odiadas por los aficionados del Schalke 04, sería condecorado por trabajos caritativos en India y hasta presenciaría la muerte de un jugador en pleno partido.
Merk admiraba desde su casa en Kaiserslautern (Alemania) a las grandes estrellas del club local en los comienzos de los 60, pero también giraba la mirada para observar el desempeño de los jueces en cada partido: “Me emocionaba la gente que aguantaba la presión de las masas”, recordaba. Mezclaba el ser monaguillo con jugar al fútbol en su juventud, en el colegio recibía burlas por la voz aguda y chillona que tenía, algo que con una larga terapia del habla cambió.
A los 14 tuvo que tomar una decisión: jugador o árbitro. Se decantó por la segunda, soñaba con algún día dirigir en la Bundesliga -terminó siendo el que más lo hizo en 338 ocasiones-. 11 años después cumplió su deseo y se convirtió en el más joven en arbitrar un partido de la competición alemana. Ya no era monaguillo, pero ahora compartía su faceta deportiva con la odontología.
De la cancha a la facultad. Estudió en la Universidad de Colonia, se recibió, hizo un doctorado y trabajó en el rubro hasta el 2005. Fue uno de los dentistas más solicitados de su ciudad. Otto Rehhagel, quien fue entrenador de la Grecia campeona de la Eurocopa en 2004, mantenía su impecable sonrisa blanca con el Dr. Merk. En esa final contra Portugal fue designado como referi, algo que fue cuestionado por la selección anfitriona; sin embargo el alemán mantuvo la imparcialidad y recibió elogios por su labor aquella tarde.
De 1988 a 2008. 20 años en los que trabajó como árbitro profesional. Fue elegido seis veces como juez alemán más destacado, en tres ocasiones como el mejor del mundo y hasta recibió un Premio Ética de la Asociación Deportiva Católica DJK. Dirigió Mundiales, Champions League y Juegos Olímpicos; una carrera exitosa que en más de una ocasión se vio manchada por algún que otro fallo discutible.
El primer traspié -y el más importante- fue en la temporada 2000/01; el Bayern Munich y el Schalke 04 definían al campeón en la recta final, el primer mencionado llevaba tres puntos de ventaja, pero el segundo tenía más goles a favor. Merk ofició en el Hamburgo SV-Bayern Munich, el local se aventaja por un gol, en el otro encuentro el Schalke ya había ganado e incluso los hinchas estaban festejando un supuesto campeonato colmando el terreno de juego. Minutos finales y Merk cobró un inexistente pase al arquero que derivó en tiro libre indirecto a favor del visitante. Gol del Bayern. Desde ahí jamás pudo volver a ingresar al Veltins-Arena (al menos como referi). Fue insultado, golpeado y sufrió amenazas de muerte.
También anuló un gol controversial en las semifinales de la Champions League 2005/06 entre el Barcelona y el Milan. Cobró una falta a Puyol previa a un cabezazo de Shevchenko, que entró en el ángulo e igualaba la serie. Días más tarde se le presentó la oportunidad de dirigir su segundo Mundial. En esa edición perdió más de lo que ganó.
Otra vez estuvo en el foco de las críticas al ser acusado de ser “probrasileño” en el partido que enfrentó a Brasil con Australia y de regalarle un penal a Ghana perjudicando a Estados Unidos en ese cotejo. La FIFA actuó rápido y lo ocultó por el resto de la competencia. Él no se quedó callado: “Me robaron dos semanas de mi vida”.
Merk no describe como el momento más amargo de su carrera la muerte del futbolista Marc-Vivien Foé; ahí estuvo como juez, en el encuentro de Copa Confederaciones frente a Colombia, cuando en el minuto 78 el jugador camerunés se desplomó por una arritmia y falleció en el acto. Para él lo peor de su carrera es otro error arbitral, uno que lo llevó a ser un ferviente defensor del uso de la tecnología en el fútbol.
Fue en uno de los últimos partidos de su trayectoria. Convalidó un gol de Markus Rosenberg a favor del Werder Bremen, segundos después se vio en la repetición en la cancha que el jugador estaba más de un metro adelantado. Los aficionados del Borussia Dortmund empezaron a insultarlo y a lanzar vasos con cerveza. Apenado y furioso declaró: “Las personas que muestran las cámaras lentas carecen de conocimiento sobre las reglas. Hay que poner especialistas allí que revisen esas jugadas”.
Merk siempre fue el más atlético de su camada. Desde los 15 que corre maratones, su mejor marca en esta disciplina es de 2 horas 42 minutos. El año que viene busca participar de la ultramaratón de Valle de Aosta, que cubre 330 kilómetros y tarda 150 horas en completarse.
Escalador aficionado. Llegó a enfrentar desafíos comparables a dirigir una final de Eurocopa fuera del fútbol; el Himalaya y Los Andes fueron sus oponentes a los que logró vencer en cierta medida, aunque no pudo escalarlos completamente.
Mientras creaba una empresa de cerveza artesanal escribía dos libros motivacionales. Además viaja periódicamente a India, donde brindaba servicios odontológicos gratuitos a más de 2500 niño. Ayudó a la construcción de hogares y escuelas en la zona, por lo que recibió la Bundesverdienstkreuz alemana (Cruz Federal al Mérito).
Hasta hace unos meses era comentarista en transmisiones futbolísticas de Sky, a la vez que ejercía como vicepresidente y portavoz del consejo de administración del FC Kaiserslautern, el club de sus amores. Hoy, desde una granja construida por él, brinda charlas para gerentes de distintas empresas: “¿Quién puede ser más competente para tomar una decisión que un árbitro que fue uno de los mejores del mundo?”, comenta.
Markus Merk vivió e hizo de todo, pero siempre será recordado por una tarjeta roja.
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