El método de Alonso para adelantar dos coches de golpe en la primera vuelta: “Lo tenía en la mente todo el tiempo”
Fernando Alonso y la lluvia, la lluvia y Fernando Alonso. Un binomio del que solo salen resultados positivos cuando se juntan. Los ojos de todos los ingenieros y pilotos estaban puestos en el cielo de Zandvoort porque la lluvia, al igual que durante la sesión clasificatoria del sábado, amenazaba el trazado neerlandés y complicaba la decisión sobre el tipo de zapatos que debían ponerse los monoplazas para salir a bailar bajo ella. Todos optaron por los de seco, pero el cielo les llevó la contraria. Comenzó a diluviar en partes del circuito y los pilotos tuvieron que extremar las precauciones. Todos excepto uno, Fernando Alonso, que ya avisó en la previa. “El sueño de aquí a 3 horas es lograr el podio. Soy optimista”.
El asturiano se crece sobre mojado y si a eso se suma el trazado de Zandvoort, donde el talento de los pilotos cobra más importancia, Alonso obtiene la combinación perfecta. Cuando vio caer las gotas sobre su visera, ya sabía lo que debía hacer. Arrancó quinto, por detrás de Russell y Albon que le arrebataron la tercera posición en el último intento de la clasificación. No obstante, Fernando quería venganza y la encontró en la tercera curva, en el óvalo del circuito. Ahí desafió las leyes de la física haciendo trazadas diferentes al resto de monoplazas y consiguió ganar tres posiciones en dos vueltas.
¡HOLA BUENAS TARDES ALONSO ESTÁ COMPLETAMENTE LOCOOOOOOO! 🔥🔥🔥🔥🔥🔥
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Primero logró mantener su coche dentro de los límites de la pista pese a los hachazos que le dio en los primeros metros, aguantó el emparejamiento con Sainz y en cuanto vio el hueco en el óvalo, se lanzó. Sin pensárselo dos veces, decidió arriesgar con la pista en unas condiciones que no invitaban a ello, pero, quien no arriesga, no gana. Se lanzó a la parte interior del óvalo, esa por la que se recorre menos metros y adelantó primero a Albon y posteriormente a Russell. Magistral.
Maestría cocinada a fuego lento
Fernando ya conocía la trazada a realizar antes de que dejara a todo el paddock boquiabierto. Él ya había visualizado antes que el resto el camino a seguir. Todo gracias a algo que le ocurrió en los Libres 2 y que fue capaz de detectar para sacar provecho de ello si se daba el caso. Y se dio. “En los Libres 2 estaba mojado y en una de las vueltas de salida a pista dejé a dos coches atrás pasando fuera de la línea normal de carrera y encontré mucho agarre por dentro. Fue casualidad. Así que lo tenía en la mente durante todo el tiempo (el ir por el interior en el óvalo) durante el fin de semana, que en caso de que lloviese en carrera, lo intentaría de nuevo”, comentó tras la carrera.
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“Para ser honesto, cuando estaba en la parrilla de salida y se encendieron las luces rojas del semáforo para el inicio de la carrera, tenía muchas gotas en la visera del casco. Esa es la peor sensación que puedes tener, porque estás a punto de empezar una carrera con neumáticos de seco y en tu visera ves que está lloviendo. Así que no tienes ni idea del agarre que te encontrarás en la curva 1, en la frenada, y tampoco en la curva 3 (el óvalo). Pensé que todos serían un poco cuidadosos en la curva 3 por el poco nivel de agarre y además en la parte exterior de la curva 3 había pintura de un patrocinador, así que pensé en ir por la trazada interior. Y funcionó. Pudimos pasarles y definitivamente creo que puede ser el adelantamiento del mes”, afirmó entre risas.
Su obra, sin embargo, no acabó ahí. Se pegó al alerón trasero de Norris, le aguantó por el exterior y se tiró en la siguiente vuelta. Dos giros, tres posiciones ganadas y por delante únicamente el sempiterno Max Verstappen que tuvo que mirar los retrovisores en el tramo final de la carrera. Finalmente, no se consumó la 33 de Fernando, pero Alonso y Aston Martin han vuelto. Y, tal y como afirma el propio piloto asturiano. “En el equipo se ha instalado el sentimiento de la 33. Lo intentaremos en cada fin de semana”.
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