El Real Madrid, a un paso de blindar a todo su núcleo duro joven y, de paso, el futuro
En el Clásico del pasado fin de semana, se hizo especial hincapié en que estábamos ante un partido llamado a ser protagonizado por los jóvenes. No sólo en un FC Barcelona en el que canteranos como Gavi, Fermín o Lamine Yamal cuentan cada vez con mayores oportunidades, sino también en un Real Madrid cargado de talento de largo recorrido: el estrellato de Jude Bellingham, nada más aterrizar en el conjunto blanco y con 20 años, lo evidencia mejor que nada. Aunque los ejemplos de juventud portentosa en la actual plantilla madridista son cuantiosos. Una tendencia que está claro que desde el club se quiere potenciar y, sobre todo, mimar. Para muestra, la renovación de la dupla brasileña en la que tantas esperanzas se tienen puestas: Vinicius y Rodrygo.
El gesto del Madrid, unos días después de un partido para olvidar contra el eterno rival en ambos casos, denota una confianza total en ellos. Hasta la fecha, ninguno ha tomado el pulso a la temporada en demasía, pero el pasado es lo suficientemente glorioso como para no creer que volverán. Vinicius, cuyo contrato terminaba en 2024, seguirá jugando de local en el Santiago Bernabéu hasta 2027. Rodrygo, a falta de un anuncio previsto para este jueves, hasta 2028. El primero tendrá una cláusula inalcanzable, de 1.000 millones de euros. Es de esperar que esta se dé igualmente en el caso de su compatriota, un año menor (22, por los 23 de Vini).
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El blindaje es un aviso a navegantes: el núcleo duro joven de este Madrid es la base en la que se va a trabajar tanto en el presente como en el futuro. Si se echa un vistazo a los hombres con los que cuenta Carlo Ancelotti ahora mismo, se comprueba que apenas tiene a su disposición a nueve treintañeros. La veteranía es un grado, cierto, pero la savia nueva cada vez pesa y gusta más en las filas blancas. Tanto es así que apenas queda ya un jugador, entre la guardia pretoriana con proyección del equipo, con su vinculación por prolongar.
El porvenir, más que asegurado
Eder Militao es la excepción a la regla de la protección total para los veinteañeros poco entrados en esa década y con hechuras. El brasileño, de 25 años y lesionado de larga duración por una rotura de ligamentos, quedaría libre en 2025. No obstante, todo parece indicar que él será el próximo en ser renovado hasta 2028.
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La empresa de atar a este perfil de futbolista con todavía mucho que ofrecer al Madrid (curiosamente, el ojo clínico de Juni Calafat hizo posible la llegada de la inmensa mayoría) quedaría, así, completada. Fran García, con 24, llegó este verano y está en nómina hasta 2027. Aurélien Tchouameni, otro de los ocupantes de la enfermería merengue (en su caso, por una fractura por estrés incompleta en el segundo metatarsiano del pie izquierdo), cuenta con 23 y un compromiso, desde que fichó, que finaliza en 2028. Tiene cláusula multimillonaria idéntica a las de Vinicius y Rodrygo.
Lo mismo le sucede a Bellingham, otro recién llegado: su continuidad dejará de estar garantizada en 2029. En 2021, Federico Valverde, de 25 años, fue renovado hasta 2027. Entonces, se acabaría, además, la etapa de Eduardo Camavinga, de 20, y la de Brahim, de 24: es a lo que se comprometieron cuando fueron fichados. Por último, Arda Güler, con 18 años y aún sin debutar (un lesionado más), tiene la camiseta blanca asegurada hasta 2029.
La importancia de la práctica totalidad de estos jugadores es descomunal: según datos de Transfermarkt, hablamos de un valor de mercado acumulado de 800 millones de euros. Casi todos ellos se han abonado a la titularidad y las expectativas son inmejorables. Está visto que el Real Madrid se ha puesto las pilas a la hora de tener una columna vertebral sólida con la que afrontar, en tiempos venideros, su reto imperecedero: vivir en la cima.
