En una solicitada publicada en Israel, Alberto Fernández exigió a Hamas que libere a los rehenes “en especial a nuestros compatriotas”
En una solicitada oficial que se publica en los principales medios gráficos y digitales de Israel, Alberto Fernández “exige la libertad inmediata e incondicional de las personas secuestradas por el Grupo Hamas, en especial de nuestros compatriotas”.
El texto presidencial no describe a Hamas como organización terrorista, no menciona al atentado que ejecutó el 7 de octubre con sus innumerables judíos asesinados, violados y secuestrados, y asegura que coordina esfuerzos con “otros países de la región” para lograr la libertad de los secuestrados en Gaza.
La solicitada fue publicada hoy en los diarios Israel Hayom, Yediot Ahronot, Jerusalén Post y Haaretz. Los textos están en inglés y hebreo, y es muy posible que la solicitada sea reproducida en otros medios internacionales.
La oficina del Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, asegura que Hamas tiene cautivos a 21 argentinos junto a otros cientos de civiles que pertenecen a 27 países distintos. El grupo terrorista se niega a revelar la identidad de los rehenes secuestrados y la comunidad internacional ya se sabe que usa a los cautivos como escudo humano para obtener un inmediato cese del fuego en Gaza.
El texto de la solicitada fue escrito por Alberto Fernández, y los detalles se terminaron de ajustar durante un encuentro que compartió con el canciller Santiago Cafiero en Olivos. El presidente redactó una solicitada que no califica a Hamas como una organización terrorista y que no menciona a la causa objetiva que desató la tragedia: el atentado del 7 de octubre cometido en Israel
“Como presidente de la Argentina me encuentro abocado a la tarea de lograr su pronta liberación. Con la convicción de que estas gestiones son más efectivas cuando se hacen en conjunto, estoy en coordinación con otros países de la región con quienes coincidimos en la necesidad de la liberación inmediata de los rehenes y en terminar con las terribles consecuencias del conflicto sobre las mujeres, niños y civiles palestinos e israelíes”, sostiene la solicitada firmada por Alberto Fernández.
Hamas es una organización terrorista que irrumpió en Israel para asesinar, violar, mutilar y secuestrar a cientos de judíos indefensos. Los dos hechos están probados. Sin embargo, el jefe de Estado en su solicitada no menciona a ninguno de ellos.
Alberto Fernández cree que su omisión puede facilitar la libertad de los rehenes, “en especial de nuestros compatriotas”. Ese cálculo personal no pesa en la lógica política de Hamas. Para la organización terrorista, los rehenes son una mercancía transable que se ofrecerá al mejor postor sin importar su nacionalidad, sexo o edad.
Además de exigir la libertad de los rehenes, el presidente en la solicitada planteó “una tregua humanitaria que permita la llegada de ayuda que mi país, al igual que tantos otros, está enviando a los afectados por el conflicto”.
En este tramo del texto oficial hay un error en la información. La tregua humanitaria es exigida por Hamas para reagrupar sus fuerzas y permitir que sus heridos puedan escapar a Egipto por el paso de Farah. La ayuda -agua, comida y medicinas- ya está ingresando a la Franja, pese a los constantes robos que comete la organización terrorista para asistir a sus células que operan en el norte de Gaza.
“Haré todo lo que esté a mi alcance, no solo para que pronto puedan estar en sus casas junto a sus familias, sino para que se arribe a una solución pacífica y duradera”, promete Alberto Fernández.
Y concluye: “La Argentina, unida, exige la libertad inmediata e incondicional de las personas secuestradas por el Grupo Hamas, en especial de nuestros compatriotas”.
Las gestiones que Alberto Fernández encabeza junto a Cafiero están en un punto muerto. El presidente y su canciller dependen de las negociaciones protagonizadas por Estados Unidos junto a Qatar, que protege a los líderes de Hamas en su propio territorio. La organización terrorista exige un cese del fuego para soltar a ciertos rehenes, una posibilidad diplomática que -por ahora- Israel descarta.