Incertidumbres e intrigas en el epílogo de la campaña y del gobierno nacional
El sistema político argentino tal y como existió los últimos 20 años entró formalmente hoy en su tiempo final. A la campaña de Sergio Massa y Javier Milei le queda desde este viernes la última semana y al gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, apenas un mes de mandato. Son coincidencias caprichosas mientras la política escribe el epílogo de un ciclo histórico y empieza a garabatear los primeros renglones de una etapa nueva.
Las encuestas, más útiles para interpretar la escena que para pronosticar resultados, son coincidentes. Milei y Massa llegaron a esta instancia definitoria parejos, empatados: algunos sondeos le dan una luz de ventaja al líder libertario y otros al ministro-candidato. Y los analistas destacan que la definición estará en manos de un impreciso universo de votantes que eligieron mayoritariamente a Patricia Bullrich y fueron interpelados, en simultáneo, por la súbita rentrée de Mauricio Macri y la campaña del miedo de Unión por la Patria.
Recordemos las únicas certezas antes de avanzar con la información y las especulaciones. En la primera vuelta, según el escrutinio de la Cámara Nacional Electoral, Massa obtuvo 9.853.492 votos (36,78%), Milei cosechó 8.034.990 (29,99%), Bullrich, 6.379.023 (23,81%), Juan Schiaretti, 1.802.068 (6,73%), y Myriam Bregman, 722.061 (2,7%).
Para el balotaje, con 35 millones de electores habilitados, una estimación de participación del 75% y un piso mínimo del 5% de voto blanco o anulado, ganará quien esté más cerca de los 13 millones de votos. Para llegar a esa meta, Massa debería aumentar 30% los votos de la primera vuelta y Milei crecer en torno al 60%. Son grosso modo 3 millones para el ministro de Economía y casi 5 millones para el diputado de La Libertad Avanza, sobre un total de nueve millones de “votos huérfanos”.
Con esa lógica de convocar al electorado ajeno, a Milei se lo vio esta semana asimilando como propia la narrativa de Juntos por el Cambio: desde la palabra “cambio”, la aclaración de que no irá contra la educación pública, la salud pública ni recortará los subsidios y el uso de un viejo grito de guerra del macrismo, el “Sí, se puede”. Por su parte, Massa apeló al peronismo de centro, a hablarles a los radicales y a los sectores que están en duda en votar un candidato con propuestas que aparecen como extremistas.
Mientras el país contiene el aire para atravesar la última semana de la campaña electoral, el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner ingresó a partir de hoy en el último mes de mandato. El próximo 10 de diciembre, ambos estarán entregando los atributos de mando a quienes el 19 de noviembre ganen el balotaje.
Incertidumbres
En las encuestas que circularon hasta este viernes, Milei y Massa están en torno a los 44 y 42 puntos, con indecisos que oscilan entre el 5% y el 10%. ¿Quiénes son?
Facundo Nejamkis, de Opina Argentina, que terminó una encuesta nacional con 2.500 casos que arrojó resultados similares, ensayó una aproximación: “La interpretación sobre ese voto indeciso es de electores más proclives a votar a Milei que a Massa. Pero si todavía no se decidieron, hay una posibilidad de votar en blanco o no votar, no participar del proceso electoral. Por eso es una elección abierta, que todavía no está definida”.
Federico Aurelio, de Aresco, que terminó un trabajo que le dio a Milei una ventaja de entre 3% y 4% por sobre Massa, destacó quenatal, que no quiere la continuidad de este gobierno, pero que las características personales y las propuestas del candidato libertario generan dudas. “El quid de la cuestión es qué pasa con los 24 puntos de Bullrich y cómo puede influir la imagen de Macri detrás de Milei”, afirmó.
En la entrevista que Luis Novaresio le hizo a Alfonso Prat Gay, uno de los dirigentes de mayor predicamento en Juntos por el Cambio, pareció encarnar estas descripciones. En el reportaje que transmitió anoche LN+ ocurrió este diálogo:
– ¿Tenés decidido a quién vas a votar?
– Tengo decidido que no voy a votar a Massa, bajo ningún punto de vista. Pero me costaría muchísimo votar a Milei, esa es la realidad. Me quedan algunos días para decidir y creo que estamos todos en esa línea. Me gustaría ver por lo menos tres propuestas viables y razonables de Milei que no las veo. Hago el esfuerzo y no las encuentro.
– ¿Estás entre Milei, blanco o no voy?
– Exacto, sí. Exactamente (..) Estamos eligiendo entre una película de terror y una de suspenso. Las dos opciones son malísimas. Una ya la conocemos y la otra todo indica que, aunque no la conozcamos en la práctica, lo que hemos visto hasta ahora de cómo se maneja Milei y lo que propone, las ideas inaplicables de Milei y, las idas y vueltas a lo largo de esta campaña, no me dan ninguna tranquilidad. El voto en blanco es una alternativa, por supuesto.
Prat Gay incorporó en este dilema a un actor clave del campo opositor: Mauricio Macri. “La alianza con Milei es inaudita porque le dio un cheque en blanco y eso es un error”, afirmó el ex ministro de Haciendo, y advirtió que la oposición está “sufriendo en gran medida ese falso paso al costado que dio él cuando dijo que no iba a ser candidato”.
“Creo que ese es el origen de que haya desaparecido el centro y estén compitiendo los extremos. El candidato natural para seguir el camino de Mauricio era Horacio Rodríguez Larreta. Todavía no sabemos qué pasó que la ficha natural para la sucesión no te cuajó, pero eso desordenó todo”, afirmó Prat Gay. “Le regalamos al peronismo una oposición dividida. Massa, con el peronismo unido, sacó menos votos que Scioli con el permiso dividido. Le preguntaría a Mauricio por qué la pateamos afuera”, cuestionó.
Pero el titular de la consultora Aresco destacó que más allá de que Macri pueda generar rechazo en algunos sectores sociales, dentro del 24% de los votos que tuvo Juntos por el Cambio en las elecciones él tiene una potencia incomparable y superior a cualquier otro dirigente dentro de las fronteras de la coalición opositora. En esa sintonía entre Macri y Milei se debe inscribir la incorporación en la narrativa de La Libertad Avanza. Pasó con la idea de cambio, con el abandono de propuestas como la dolarización, prender fuego el Banco Central, la liberación del comercio de armas o las críticas a la educación y la salud públicas.
No puede llamar la atención que en el acto de ayer desde el palco y de la muchedumbre que se reunieron en Mendoza, en un acto de campaña, se escuchara el “Sí, se puede” de inconfundible sello macrista.
Intrigas y debate
Tanto Facundo Nejamkis como Federico Aurelio coincidieron en que el debate presidencial del domingo puede influir en torcer la balanza e inclinar a los indecisos a favor o en contra de Massa o de Milei, pero ambos analistas aclararon que dependerá de que se produzca un evento extraordinario en el programa, que luce, en principio, poco probable.
Uno de los factores que también apareció como variable de análisis es que las expectativas generadas en torno al ministro de Economía por sobre el diputado de La Libertad Avanza pueden provocar que un debate parejo termine dejando la sensación de oportunidad desaprovechada o, directamente, una victoria libertaria.
“El debate es importante porque la elección está muy pareja y porque es justo el domingo anterior a la votación, entonces los días posteriores son días clave y mucho puede girar alrededor de lo que pase en el debate. Ahora hay una expectativa de que Massa gane 10 a 0, y si Milei pierde 6 a 4, la sensación que puede quedar es que en realidad ganó”, alertó Nejamkis.
Aurelio también dijo que para que efectivamente produzca impacto que mueva las preferencias, en el debate tiene que ocurrir “algo lo suficientemente esotérico” para que cambie la idea del televidente sobre a quién votar. Con una elección tan reñida y abierta, no sólo la eventual equivocación, sino la interpretación que se haga del debate, puede torcer el resultado.
Es que para el director de Aresco-Julio Aurelio, el balotaje se definirá en los últimos 5 días previos al domingo. ¿Cuál es entonces la intriga? Si efectivamente el electorado plebiscita a Milei, por lo tanto estará más cerca de ganar Massa, o en su defecto que el plebiscito sea el de Massa, y entonces quedará mejor posicionado para triunfar el candidato de La Libertad Avanza.
De errores y traiciones
“Una sola cosa no podemos hacer: equivocarnos”. La frase la pronunció Massa en uno de los viajes que tuvo esta semana, consciente de que la elección está pareja y que la principal tarea que tiene es convencer a un sector de votantes que lo elijan a él o, en su defecto, que no voten a Milei.
Por eso la denominada campaña del miedo tomó estos días un volumen mayor en la propia dialéctica del ministro-candidato. Lo que pasó en la tórrida Santa Fe, una provincia que recorrió el martes junto al gobernador peronista de centro, Omar Perotti, expuso de manera cabal esta estrategia.
“Tenemos que hablar claro con la gente, advertir los peligros. No hay campaña de miedo, dan miedo planteando una Argentina para poquitos, sin mirar que la Argentina es un país en vías de desarrollo. Dan miedo planteando que van a destruir la industria nacional. Dan miedo planteando que van a abandonar a los jubilados. Dan miedo planteando que van a recortar derechos de los trabajadores. Dan miedo planteando que la Argentina se transforme en una economía sin industria y sin universidades. Eso es lo que da miedo”. La misma palabra repetida siete veces en un discurso.
En Unión por la Patria la estrategia de profundizar la campaña del miedo busca convocar al electorado a elegir a Massa o, en su defecto, a no elegir a Milei. Como dijo Federico Aurelio en diálogo con Infobae, “es un voto al menos malo o al mal menor”. En esta narrativa están Santa Fe, pero también Córdoba y la propia ciudad de Buenos Aires, los distritos más poblados, después del inasible territorio bonaerense, donde se concentra el 37% del electorado.
El fenómeno porteño es interesante porque es un electorado donde las previsiones están en que el voto en blanco sea más alto o la participación sea baja que la media nacional. Para los estrategas de UP, el adulto mayor es el más reacio a votar a Javier Milei y podría optar, sino a elegir a Massa, a poner el sobre vacío, anular el voto o directamente faltar.
Es una idea con anclaje “científico”. Según confirmó a Infobae José María Donatti, de la Dirección General de Estadísticos y Censos, que tiene un Sistema de Indicadores Demográficos, la Capital tiene en efecto la población más envejecida de la Argentina. Por eso la apelación a los jubilados, agitar el posible regreso de las AFJP o las menciones a la posible eliminación de los medicamentos gratis, que Milei una y otra vez intenta negar y desmentir.
Y mientras tanto, La Libertad Avanza y Juntos por el Cambio avanzan con la complicada integración de los equipos de fiscalización, en el interior del país y también la provincia de Buenos Aires. “Con una elección tan pareja, si el aparato peronista quiere puede manotear 2 o 3 puntos con las trampitas del robo de boleta o hacer votar a los que saben que nunca van a votar. Eso está estudiado y los fiscales saben dónde cómo y cuándo hacerlo”, explicó a Infobae uno de los que está trabajando en esa tarea.
No es una tarea sencilla. De hecho, hubo discusiones acaloradas, tensiones y una definición que tomó el propio Javier Milei: cederle a JxC, principalmente al PRO, en la provincia la organización y distribución de recursos materiales y económicos para garantizar un control eficaz de todo el proceso electoral. “En las PASO y las generales pasó lo que el peronismo quiso que pasara. En el balotaje tenemos que evitar que nos hagan trampa”, continuó la misma fuente.
En concreto, en lo macro están Guillermo Dietrich y José Torello. En la provincia de Buenos Aires asumió esa tarea el experimentado Cristian Ritondo, que cuenta con Joaquín De la Torre para ocuparse de las tareas en la Primera Sección Electoral; en la Segunda con Manuel Passaglia y Javier Iguacel; la Tercera con Néstor Grindetti, la Quinta con Martín Yeza y Guillermo Montenegro. En el operativo también fueron incorporados Diego Valenzuela y José Luis Acevedo, entre otros.
“Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre. Por eso, quiero que tengan conciencia. Tenemos los votos, podemos ganar. Hay que ir, vayan y fiscalicen, porque los votos están y podemos ganar”. Más allá de la aliteración, Milei confirmó en su discurso desde Mendoza cuál es ahora su prioridad.