Artem Dovbyk, el ‘killer’ ucraniano del Girona que le disputa el pichichi a Bellingham sin entenderse con ‘nadie’
A veces, hay que estar en el lugar adecuado en el momento oportuno. Si el ucraniano Viktor Tsygankov no hubiese llegado al Girona en enero de 2023, probablemente no lo hubiese hecho también, en agosto, su compatriota Artem Dovbyk. El primero ayudó a convencer al segundo, que entró en el radar de los dirigentes del líder de LaLiga cuando no estaba, aparentemente, en ninguno. Es lo que suele pasar cuando vienes de jugar en Ucrania, Moldavia, Dinamarca y otra vez Ucrania. Pero las apariencias engañan: las cifras goleadoras de este delantero de 26 años y 1,89 metros de altura hacían que la liga de su país natal ya se le quedase pequeña.
Tras haber explotado en las filas del Dnipro-1 durante las dos últimas temporadas (14 goles en 18 encuentros en la 21-22 y 29 en 39 en la 22-23), el Girona decidió convertir a Dovbyk en el fichaje más caro de su historia. Por casi 8 millones de euros, se hizo con un jugador que, ahora sí, está en primer plano. En su presentación, aseguró: “No tengo ninguna presión”. Y añadió: “No me gustaría hablar de cifras”. De momento, sus 10 dianas le sitúan segundo en la carrera por el pichichi del campeonato español, empatado con Borja Mayoral y tan sólo superado por Jude Bellingham (13). Otro debutante de sobresaliente como él.
Te puede interesar: El número cuatro del mundo, con Jon Rahm y contra el PGA
Con tan sólo nueve disparos a portería fallados de los 19 que ha intentado en Liga, está claro que Dovbyk es todo un killer del área. Con seis asistencias que añadir a su estadística en 17 partidos (cinco ligueras y una más en Copa), el protagonismo que está atesorando en la campaña por excelencia de los albirrojos resulta innegable. Tanto por lo que convierte como por lo que genera.
El segundo doblete goleador del curso para él, este lunes contra el Alavés, llevó a que su entrenador, Míchel, se rindiese ante la evidencia que arroja un futbolista discreto en cuanto a gestos, pero no en lo que respecta a los números: “Dovbyk es muy bueno y está contento en Girona y en el equipo. Tiene un amigo, que es Viktor (Tsygankov), y que ha hecho que su introducción en el club sea buena. Es un jugador diferencial. Tanto él como Stuani son delanteros de primerísimo nivel”.
Te puede interesar: Alonso, la inspiración de otro campeón del mundo
Tsygankov y un utillero, fundamentales en su adaptación
No es la primera rueda de prensa en la que el técnico madrileño se deshace en elogios para Dovbyk. En noviembre, reconoció que el único contratiempo que ha podido encontrarse su ‘9′ estrella desde que llegó ha sido la barrera del idioma. Y, sin embargo, lo ha solventado con creces. “Con Viktor y el utillero, Julius, va entendiendo todo lo que necesitamos, y como la atmósfera de trabajo del equipo es muy buena, está integrado al 100%”, detalló Míchel.
El propio Dovbyk no ha escondido que ambos han sido sus dos grandes apoyos en Girona desde el primer momento. “Viktor, por motivos obvios, fue quien más estuvo encima de mí por el tema del idioma. Además, el equipo se divide en dos grupos: los hispanohablantes y los que manejan más el inglés. Yo estoy más con el segundo grupo”, se sinceró al ser presentado.
A la hora de la verdad, el dos veces máximo artillero de Ucrania, con la que ha sido internacional absoluto, ha hablado un lenguaje universal: el del fútbol. Así se está haciendo entender a las mil maravillas en el primer gran destino que le ha deparado esa facilidad suya para ver puerta. ¿El único ‘pero’? Revalorizarse así en el campo puede conllevar una salida anterior a lo que estipula su contrato con los de Montilivi, que expira en 2028. Entretanto, carpe diem, que la gesta del Girona y el concurso de Artem Dovbyk bien lo merecen.