Massa redefine su lugar en el peronismo en tiempos de Milei presidente y se reparte entre la política y la actividad privada
Sergio Massa volvió a dormir con el teléfono celular en silencio. Es un detalle baladí que indica el repentino regreso a una vida más “normal”, después de cuatro años turbulentos. Desde 2019, pasó del llano a la presidencia de Diputados, el Ministerio de Economía, candidato del peronismo unificado y de vuelta al llano, tras quedar a 3,22% de ganar las presidenciales en primera vuelta. Ahora son otros tiempos y aprovecha para quedarse hasta entrada la madrugada en largas sobremesas. En estos 15 días, se reparte entre amigos de la vida, de la familia y de la política, mientras se reinventa como asesor de un fondo de Wall Street, autor de un libro con sus memorias y profesor universitario en EE.UU.
Había decidido no responder las críticas y acusaciones del nuevo oficialismo por la disparada de los precios y los síntomas de depresión que acumula la economía. Pero entre jueves y viernes volvió a mostrarse en público para cuestionar las medidas que tomó el presidente Javier Milei y su ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo. El DNU que dispuso profundas desregulaciones y reformas lo decidió a abandonar el perfil bajo. Habló de “impuestazo” y del impacto negativo que van a tener esas medidas entre trabajadores, pymes y jubilados.
Primero se mostró con la Fundación Encuentro -un artificio al estilo think tank que creó en el Frente Renovador- junto a un equipo de diputados y colaboradores. Entre ellos se destaca Guillermo Michel, el ex titular de la Aduana, que brindó un informe crítico del programa de gobierno libertario. Y después, ya en un encuentro más político, fue el viernes hasta La Plata y se juntó con el peronismo bonaerense en la sede del Ejecutivo. Tuvo un trato especial del gobernador Axel Kicillof, que lo puso a su lado y le dio un lugar prominente. Lógico: en las elecciones generales, Massa tuvo en la provincia 4.224.688 votos; mientras que Kicillof cosechó 4.233.092 sufragios, con el agregado de que los extranjeros pueden elegir gobernador pero no presidente.
La política y lo inminente
La presencia en la sede del Gobierno de la provincia de Buenos Aires fue el primer acto de una decisión más profunda que tomó en los últimos días y que pudo confirmar Infobae. Massa y Malena Galmarini decidieron no volver a ocupar cargos en el Frente Renovador. En febrero, el partido que el ex diputado creó en 2013, cuando rompió con el kirchnerismo e inició un camino autónomo, se reunirá en un Congreso con dirigentes de todo el país para elegir autoridades, pero ninguno de los dos estará en la conducción formal.
En cambio, el Frente Renovador incorporará en su conducción a sectores representados por dirigentes del ámbito productivo, económico y social. Hay una intención de reformular el partido para dar lugar a nuevos nombres, liderazgos modernos y la incorporación de diversas inquietudes, temáticas e identidades.
En este marco conceptual es que Massa puso en marcha la Fundación Encuentro para, desde esa plataforma, actuar en distintos sentidos. Primero producir investigaciones y análisis con universidades e instituciones educativas. Y después vincularse con todos los sectores políticos, principales con Unión por la Patria, donde confluyen el PJ, organizaciones identificadas con Cristina Kirchner -que no se agotan en La Cámpora de Máximo Kirchner-, los gremios de la CGT y la CTA y un nuevo actor social, los movimientos sociales, que recuperaron la vieja denominación de “piqueteros”.
Según cuentan en su entorno, Massa quiere romper la frontera del Frente Renovador para vincularse de manera directa con las distintas manifestaciones del peronismo. Es el reconocimiento, al fin y al cabo, de una pertenencia que quedó expuesta durante la campaña. Más allá de la derrota, en Unión por la Patria se reconoce que su candidatura logró unificar una propuesta política, mantener unido el frente interno y sostener una presencia en el Congreso con capacidad de veto.
Pero además, el ex candidato empezará a escribir un libro al estilo de las memorias. Firmó con editorial Planeta días atrás y empezará a grabar el martes con un colaborador para trabajar el contenido. Su idea es que esté listo en marzo y allí volcará su experiencia en el Ministerio de Economía. Dará su versión sobre una gestión que estuvo atravesada por fuertes condicionalidades externalidades -las consecuencias de la pandemia, la guerra de Rusia a Ucrania, el peso asfixiante del endeudamiento y una sequía histórica- pero que dejó una herencia de desequilibrios acumulados graves y potencialmente peligrosos. Inflación y pobreza son sólo dos de una lista extensa.
La actividad privada
Más allá de la política, Massa ya empezó su “vida de civil”, lejos de las responsabilidades de funcionario público. Cuenta entre sus íntimos que recibe la misma cantidad de mensajes de WhatsApp que cuando era ministro y candidato, aunque algunos no le creen. Es proverbial su capacidad para leer y responder los chats de políticos, empresarios, periodistas y referentes del círculo rojo. De acá y de Estados Unidos, un país donde está en los últimos días más conectado que nunca.
Ya empezó a trabajar para el fondo Reinassance, de Greylock Capital, que pertenece a Hans Humes, uno de los tiburones de Wall Street. Firmó contrato por dos años con objetivos diversos en una lista extensa de países de América Latina, como Brasil, Colombia, Perú, Colombia, Ecuador, Guatemala, República Dominicana, Belice y Barbados y otros no convencionales como Madagascar y Zambia.
Tuvo zoom para hablar sobre sus nuevas funciones, que desempeñará desde sus oficinas en Buenos Aires, pero también deberá viajar al exterior. Mitad Montevideo y otra mitad en Nueva York.
Y surgió en las últimas horas una invitación para dar clases en dos universidades de Estados Unidos. Está terminando de pulir los detalles y los últimos interlocutores que hablaron con él lo vieron motivado, pero no pudieron obtener detalles. “Cuando firme, lo diré”, recibieron como respuesta.
Un contexto inestable
Massa recibió en los últimos días informes de sus colaboradores sobre el impacto que tuvieron las últimas medidas. Son investigaciones que mezclan encuestas de opinión pública y análisis económicos y políticos. El foco está puesto no tanto en los votantes de Unión por la Patria, que se da por descontada una opinión negativa del rumbo del gobierno, sino sobre el denominado “voto blando” que recibió Milei, principalmente en la segunda vuelta.
En el massismo creen que hay incipiente cambio de clima en ese universo, que se empezó a gestar por la disparada de los precios previos a la asunción y la aceleración que tuvieron en los últimos días, como así también por la medidas radicales y de shock que anunciaron Milei y Caputo, que aceleraron una escalada inflacionaria que se arrastraba desde el año pasado. Anotan en esa misma secuencia al DNU que anunció cambios que se tradujeron de inmediato en golpes al bolsillo, como ocurrió con las cuotas de la medicina prepaga.
El ex ministro compartió esos estudios tanto en el encuentro que tuvieron el jueves con sus colaboradores en las oficinas de Avenida del Libertador, en el barrio porteño de Retiro, como después en el encuentro con el peronismo bonaerense, donde estaban desde Axel Kicillof y Máximo Kirchner, a los intendentes del Conurbano, senadores y diputados.
Después de esas reuniones, a Massa le preguntaron si veía a algún gobernador o dirigente que se empieza a perfilar para liderar la disputa con el modelo que propone el presidente Milei. Y según pudo saber Infobae respondió que aquellos que están en gestión -tanto en provincias como en municipios- van a tener mucho trabajo para lidiar con las consecuencias de las medidas que están tomando. “El liderazgo de lo viene puede surgir desde el Parlamento”, le dijo a uno de sus últimos interlocutores. ¿Qué cargo tuvo Milei antes de ser Presidente? Diputado.