El día en el que Sabonis le rompió un tablero al Real Madrid en su Torneo de Navidad: “¡Que lo pague, que lo pague!”

26 de diciembre de 1984. Nada se sabía de cuatro torres en el skyline de Madrid. En aquella zona de la Castellana, lo que dominaba la escena por aquel entonces era la Ciudad Deportiva del Real Madrid. Entre las dependencias del club, se encontraba su Pabellón, sede de algunas de las grandes gestas de la historia de la sección de baloncesto de los blancos. La de mayor entidad de Europa, como en el fútbol: en esa época, ya habían caído siete títulos continentales. De tanto caché se gozaba que el Torneo de Navidad merengue era, sin miedo a equivocarnos con la afirmación, el más competitivo que nunca haya existido. Que se lo pregunten a todo un mito cestista como Arvydas Sabonis, que aquel día, jugándose el trofeo festivo liderando a la Unión Soviética contra el que tiempo después sería su equipo, dejó una imagen para los anales. Y todo por culpa de un tablero.

Navidades de 1984, un joven soviético de 20 años rompe el tablero tras un brutal mate en el Torneo de Navidad que celebra cada año el Real Madrid.
Arvydas Sabonis acaba de entrar en la cultura popular de los ochenta. pic.twitter.com/HemFZTcgGc

— Skyhook Magazine (@skyhookmagazine) December 24, 2017

Aquella competición navideña que llegó a organizar la mismísima FIBA, dado el renombre del que gozó, era amistosa, pero sólo en el fondo. En la forma, algunos de los conjuntos más prestigiosos del mundo se pasaban por la capital española en plenas Navidades, y no precisamente de vacaciones. Hablamos de la Universidad de North Carolina, el Ignis Varese, el Partizan de Belgrado, el Simmenthal Milan, la selección de Yugoslavia y, por supuesto, la de la URSS, entre otros. De hecho, el combinado soviético es el segundo más laureado de esta competición, con tres victorias. La última de ellas, en el 84.

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Nunca sabremos qué habría sido de la plata olímpica de la selección española en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles si los soviéticos no hubieran devuelto el boicot estadounidense en Moscú 1980. Tampoco si el primer oro olímpico de Michael Jordan se habría consumado de haber tenido enfrente a la némesis comunista. De lo que sí hay constancia es de que Sabonis, con 20 años recién cumplidos y aún sin el castigo de las lesiones, era una auténtica bestia de la naturaleza.

El gigante lituano, de “2,13 (metros) y 115 kilos” en ese punto de su carrera, según TVE, era diferencial. El caso es que sus compañeros también contaban con un talento que, puesto en común, se ha visto poco a nivel de selecciones: Valdis Valters, Rimas Kurtinaitis, Vladimir Tkachenko, Valdemaras Homicius, Valery Tikhonenko… No obstante, la plantilla con la que contaba el Madrid era de todo menos desdeñable: Juan Antonio Corbalán, Fernando Martín, Chechu Biriukov, Rafa Rullán, Juanma Iturriaga, Brian Jackson, Wayne Robinson… De jugar por jugar, ni hablar. Para muestra, la igualdad con la que terminó la primera parte de la final, con un 43-45 para la URSS en el marcador.

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“¡Ha roto el cristal, señores!”

Aun así, todo cambió tras el descanso. En la segunda mitad, Rusia (es la denominación que refleja el acta del choque: faltaba lo suyo para que la referencia, que excluía a numerosos países en esa fecha, resultase apropiada) se escapó para no volver en el electrónico. Por eso, el encuentro estaba totalmente resuelto a falta de dos minutos y ocho segundos, con la Unión Soviética imponiéndose por 78-92.

Arvydas #Sabonis con 20 años aquel Torneo de Navidad de 1984: pic.twitter.com/wtBiPt4Qna

— Recuerdos Liga ACB (@RecuerdosACB) December 24, 2019

“El partido va a ser ganado (lógicamente, si no surge una debacle) por la Unión Soviética”, proclamaban en la retransmisión, en riguroso directo, de TVE. En ese punto, ante una audiencia desbordante tanto en el recinto como en la televisión española (eran los tiempos de la cadena única), Sabonis lo reventó. Literalmente: recibió el balón desmarcado en la zona, se giró y machacó el aro a una mano, con tal fuerza que el tablero, sin remedio, se fue al traste.

La sorpresa fue mayúscula: “¡Ha roto el cristal, señores!”. Alfonso del Corral fue el jugador madridista que tuvo la osadía de ponerse delante de Sabonis cuando este efectuó el mate. Tuvo suerte de lamentar únicamente algún corte en la cara, por los cristales (pequeños, eso sí) que saltaron debido al golpazo. El público no tardó en pedir represalias, con sorna, por lo ocurrido: “¡Que lo pague, que lo pague!”.

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“La potencia de salto de Sabonis, que ha terminado agarrándose del aro, es la que ha producido la ruptura”, comentaban tras la escena. La acción acababa de concluir, porque ya no había posibilidad alguna de reanudación: la URSS, campeona. El momento adquirió una trascendencia que hace que su impacto sea mayúsculo incluso en nuestros días.

“Sabonis rompe tablero, pero tablero de Real Madrid lo paga Real Madrid”, dijo el protagonista. Seguiría ganando durante el resto de su trayectoria (el oro olímpico y europeo, la Euroliga, la ACB… La duda ofende, acabó en la NBA). Al igual que un Madrid al que le hizo un roto, nunca mejor dicho, a domicilio. La pena es que ese Torneo de Navidad tan recordado por los más veteranos desapareció para siempre, tras 38 ediciones, en 2004.