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Estalló otra guerra en la barra de River y habrá operativo récord para el Superclásico ante Boca del domingo

Barrabrava River
El Pato Ariel con musculosa de River y a la derecha, Taboada con musculosa del Barcelona

Una emboscada, un barra que le pega a otro por atrás con una manopla, cuatro que se suman a “arrebatarlo”, como se dice en la jerga, y el resto que mira sin intervenir demasiado. Una pelea en la cúpula de la barra brava de River entre la mesa chica que define cada paso de acción terminó perjudicando al club y provocando el mayor operativo para un Superclásico de un torneo local en etapa no definitoria: serán 1500 los policías afectados a la seguridad el domingo, con la inédita cifra de casi 200 circulando por fuera del tercer anillo de contención, sobre todo en la zona de Figueroa Alcorta y Pampa, donde se reúne la facción oficial de Los Borrachos del Tablón y donde el domingo se produjo el hecho que desencadenó una nueva fractura que ahora divide a los violentos en tres grupos. Y los tambores de guerra que no dejan de sonar provocaron que el Comité de Seguridad porteño tomara la decisión de ampliar lo que en principio no iban a ser más de 1200 a 1300 policías trabajando en el evento.

Hasta el fin de semana pasado había dos grupos identificados. La barra disidente que maneja Sergio Alejandro Medina, alias Ale de Budge, que cayó preso en la previa al debut de River en la actual Copa de la Liga el 29 de enero, cuando intentó emboscar en el puente Labruna al grupo que hoy manda. Y si bien todos quedaron libres 24 horas después, no volvieron a aparecer por el Monumental aunque siempre está el riesgo latente. Pero tras ese episodio, lo que se fracturó fue la facción oficial que lideraban como una mesa de cuatro patas Hernán el Clon Taboada, Ariel el Pato Calvici, Alejandro el Zapatero Flores y Mauro de Beccar Ferraras. Horas antes del partido contra Banfield, en pleno bosque de Palermo, el Pato y el Zapatero junto a Matías Joel Sacco y Santiago Riveros agredieron y echaron de Los Borrachos del Tablón a Taboada, quien tiene muchos contactos en el mundo barra y la Seguridad aún no sabe si sólo está recibiendo solidaridad de colegas del paravalanchas o si eso es el preámbulo de la formación de otro grupo para ir a la guerra. Por las dudas, 1500 policías y a la bolsa.

¿Por qué se dio la pelea? Estalló el domingo, pero los resquemores vienen de largo aliento. Taboada es el de mejor relación con la dirigencia del fútbol y Flores con las fuerzas policiales. Siempre se pararon en veredas diferentes: cuando el Zapatero fue echado de la tribuna por el bando que lideraban Alan Schlenker y Adrián Rousseau, el Clon Hernán jugó para la dupla. Después no los unió el amor sino el espanto: armaron un grupo con el Pato Ariel y viejos barras para dar la guerra contra la banda que lideraba Caverna Godoy. Y cuando éste quedó out del Monumental tras la fallida final de la Copa Libertadores de 2018 frente a Boca, vieron que era el momento de regresar. Y tras la pandemia, sumaron a grupos que habían estado enfrentados a ellos como el de Beccar y al de Moreno de Martín Núñez Giogiosa, alias Saviolita, para decirle a la dirigencia que querían volver en son de paz.

Barrabrava River
En cuclillas, Ariel Calvici, y justo arriba suyo Taboada

River se mantuvo firme en no sacarle a ninguno el derecho de admisión pero, de a poco, la barra fue trayendo gente nueva sin prontuario al Monumental. Así empezó a ingresar sin hacerse notar un grupo de unos 100 liderados por un barra muy pesado de Platense, Matías Joel Sacco, y por Santiago Riveros, quien heredó el mando del grupo de Moreno tras el crimen de Saviolita Núñez en 2020. Y en menos de un año, ya la nueva barra entraba a todos lados cuando se jugaba Copa Argentina o Copa Libertadores, menos a River. En el último tiempo, Calvici y Flores querían acelerar su regreso al Monumental, mientras Taboada tejía paciente una telaraña que los ayudara a salir del derecho de admisión. Y ahí empezaron los cruces. Que se aceleraron por diferentes motivos, según quien cuente la historia.

Del lado del Pato y el Zapatero, abonaron el rumor de que Taboada estaba gestionando salir él sólo con los Ferraras de la lista negra y que además se quedaba con 50 entradas de protocolo por partido y que no lograba hacer carnets de Tu Lugar en el Monumental para toda la gente porque tenía intereses creados sólo con un sector. Del lado de Taboada dicen que el Zapatero se quedaba con dinero de los partidos de Copa Argentina y que cuando descubrieron esto, le sacaron la potestad de manejar esos tickets. La situación estaba a punto de hervor y hubo dos hechos que desencadenaron el final. En el partido por Copa Argentina entre River y Excursionistas del 7 de febrero en Santa Fe, un hombre del grupo de Taboada, apodado el Corto, se peleó con el Pato Ariel y el Clon Hernán se puso del lado de su “pierna” y, si no lo paraban, la guerra se habría desatado en plena tribuna. Y la semana pasada, el Pato se cruzó con Mariano Mantarro, mano derecha de Rafael Di Zeo en La Doce, y hubo un cruce que no pasó a mayores pero en redes sociales se hizo trascender que Manija, como le dicen a Mantarro, había “arrugado”. Eso llevó a que éste hablara con Taboada, quien le dijo a Calvici que bajara un cambio porque así no iban a entrar nunca más a la tribuna.

Barrabrava River
Taboada con musculosa número 23 y Ariel Calvici con camiseta de River roja, el anteúltimo a la derecha

Parece una razón nimia pero fue la gota que rebalsó todo: el domingo, cuando se encontraron en el lugar de siempre, Calvici, Flores, Riveros y Sacco le pidieron una reunión a Taboada a 30 metros de donde se junta la barra. Fue sólo para sacarlo del sitio y una vez alejados, lo atacaron con una manopla y tras derribarlo lo patearon en el piso. Es más, testigos del hecho le contaron a Infobae que uno de los barras sacó un arma de fuego y que fue uno de los hermanos Ferraras el que intervino al grito de “nosotros no queremos otro Acro” para que la situación no pasara a mayores. Cuando se levantó, Taboada pidió un mano a mano con el Pato Ariel, pero no sucedió: ni siquiera el grupo de Beccar, que era el suyo más cercano se quiso meter, argumentando que no era su problema. La historia terminó con el Clon Hernán yéndose y el grupo que no tiene admisión ingresando sin hacer alarde a la tribuna, mientras el resto de los jefes se quedaban en Pampa y Libertador.

El hecho llegó a oídos judiciales y la fiscal Celsa Ramírez abrió de oficio una causa, ya que no hay denuncia alguna. Los investigadores están analizando los videos de la zona y ya tienen uno en el que se ve quiénes intervienen en el hecho. Pero además, en Tribunales sostienen que la interna recrudeció porque hay algunos dirigentes infieles que tienen relaciones con los violentos y los animan a tratar de ingresar. Apuntan sobre todo a uno de nombre Ramiro, que fue separado en algún momento por la dirigencia pero volvió a tener protagonismo. En el club se ríen de las versiones: dicen que han hecho todo y más para no ceder a la barra, que jamás se les cruzó sacar a nadie del derecho de admisión y se preguntan cómo están jugando algunos miembros de Seguridad a los que identifican como Carlos G. y Maximiliano P. Y en el medio está la Policía, que en el incidente con el grupo de Ale de Budge jugó para la oficial, y a la que el propio Cuerpo de Investigaciones Judiciales la ve muy permisiva con los que ahora quedaron al frente.

En el medio de todo esto hay un Superclásico. Que tendrá 1500 policías, que abrirá las puertas del Monumental al mediodía para que todo fluya rápido y que se hará en un clima de tensión externa muy grande. Porque aunque parecía haber pasado a la historia, la barra de River vuelve a ser noticia. Y de la peor manera.

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