En el PRO esperan el regreso de Macri desde el exterior para recalibrar la brújula política y ordenar el frente interno
Un armador político histórico del PRO observa y analiza una encuesta que recibe mensualmente. Tiene datos de imagen de los principales dirigentes de Argentina. Está sorprendido. O confundido. Tal vez las dos cosas. Victoria Villarruel, vicepresidenta de la Nación, y Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, son las referentes del Gobierno con mejor imagen -junto al propio Javier Milei-. Ambas tienen diferencial positivo. Villarruel, incluso, empata al Presidente, que aún vive en una luna de miel con la opinión pública. Quizás son las mismas encuestas que diagnosticaron las elecciones de los últimos cuatro u ocho años. Pero, más allá de la discusión metodológica, la escena es un indicio que proyecta la situación del PRO: el partido de Mauricio Macri no se recupera todavía del sismo electoral que sufrió en 2023, permanece sin rumbo claro y sus dirigentes ven con inquietud una suerte de desenfoque a partir del auge de La Libertad Avanza.
En esa misma encuesta, un año atrás, aparecían en los primeros lugares un grupo de dirigentes del PRO. Aunque crecía sostenidamente el propio Milei. El desconcierto entre la dirigencia amarilla no es por la percepción pública que existe sobre el Presidente, Villarruel y Bullrich, sino que La Libertad Avanza le arrebató al macrismo su cartera electoral y a su candidata más potente. “Se llevó nuestros votos y sumó al Gabinete, en un acuerdo sin Mauricio, a nuestra dirigente que mejor mide”, se sinceró un diputado nacional del PRO que conoce la vida partidaria desde hace décadas.
Al interior del PRO hay miradas diversas respecto a la relación con La Libertad Avanza. El macrismo apuesta por un apoyo a Milei pero con equidistancia y sin moverse con oficialismo. Bullrich, en cambio, arenga a su partido para plegarlo al armado libertario. Y en el medio, gobernadores e intendentes amarillos que hacen un juego de equilibrios para conservar la cordialidad política con la Casa Rosada.
Es en este marco que en el PRO esperan al regreso de Macri, que hoy llega a Buenos Aires tras 10 días en el exterior. El ex Presidente subirá el perfil público este mes. Esta semana desplegará una agenda intensa de reuniones políticas en sus oficinas de Olivos. Atento a la resolución de la jueza electoral Romilda Servini de Cubría que oficialice su designación, se prepara para asumir la presidencia del partido que fundó.
En el macrismo preparan un evento para finales de mes con el objetivo de formalizar la asunción de Macri. Estarán invitadas todas las figuras del partido, incluyendo a Bullrich, que permanece distanciada del ex Presidente. Nunca antes la vida institucional del PRO había tenido tanta relevancia. Al punto tal de que su creador se vio obligado a ejercer oficialmente la presidencia -algo que nunca había hecho, pese a ser el líder indiscutido-.
Macri iniciará un proceso destinado a fortalecer la identidad del PRO, evitar un desperfilamiento, consolidar una alianza con La Libertad Avanza, pero con la equidistancia justa para conservar autonomía decisional. La tarea no será sencilla. Como símbolo de apoyo a Milei, Macri estará el 25 de mayo en Córdoba para acompañar el Presidente en el Pacto con los gobernadores. En paralelo, acelerará el ordenamiento partidario.
El debate en la Cámara de Diputados de la Ley Bases fue un punto de inflexión que evidenció un reordenamiento en el sistema de partidos y sirvió como escenario para fortalecer la alianza parlamentaria del PRO con La Libertad Avanza. De hecho, el propio Milei agradeció públicamente al partido de Macri por el trabajo y respaldo legislativo para lograr la media sanción.
Pero también abrió aguas y generó inquietudes internas. Como aliados clave para la gobernabilidad de Milei, en el PRO evalúan que salieron “fortalecidos” de esa sesión. Sin embargo, Milei logró que la opinión pública enmarque la aprobación de la Ley Bases como una cucarda propia. Y, en efecto, lo es. ¿Pero qué hay del PRO, partido sin el cual el Presidente no podría imponer su agenda política en el Congreso? Es la pregunta que sobrevuela en los corrillos políticos amarillos.
Macri afronta la principal encrucijada en ese sentido. El ex Presidente instó a los legisladores de su bloque a respaldar el articulado de Milei. Pero a la par, se prepara para iniciar un operativo supervivencia, con el objetivo de que el PRO no pierda autonomía ante La Libertad Avanza.
En el grupo de legisladores del PRO que no responden a Bullrich evalúan que deben dar un respaldo constante a Milei, aunque conservando independencia. “Al haber aprobado Bases y paquete fiscal, nos libera para discutir con el Gobierno ley por ley. Acompañarlos pero con una identidad propias”, matizó un legislador del PRO cercano a Macri.
Uno de los puntos de tensión, que en el PRO observan con atención, es el armado de La Libertad Avanza que conduce Karina Milei y ejecuta Eduardo “Lule” Menem. La germinación del proyecto fue en la Ciudad de Buenos Aires, casa matriz del macrismo. El propio Jorge Macri miró con cautela ese movimiento político.
El Jefe de Gobierno porteño se erige como un referente nacional del PRO y busca darle volumen político a un proyecto de poder propio. Dirigentes como Fernando De Andres, asesor íntimo de Mauricio Macri, y Cesar “Tuta” Torres, secretario de Gobierno y Vínculo Ciudadano, son los arquitectos políticos de ese armado.
Jorge Macri tiene un vínculo “correcto” con Milei, aunque ha dado señales de diferenciación. Tiene motivos para hacerlo. Por un lado, la Nación aún le adeuda el dinero de la coparticipación que un fallo de la Corte Suprema de Justicia ordenó otorgar a Uspallata. Además, el “tironeo” por la transferencia de competencias del Puerto, la terminal de Retiro, la Justicia laboral, entre otras aristas que exige el Gobierno porteño. Son argumentos que tiene Jorge Macri bajo la manga para ejercer presión a la Casa Rosada cuando lo estime necesario.
Y, a la par, el armado político. Los Macri conocen que Bullrich es un nombre fuerte para encabezar la lista de candidatos a senadores nacionales por CABA, que será la vedette electoral de 2025. Esa jugada podría implicar un jaque mate para el PRO. Aunque no lo admitan en público, en la cúspide política los movimientos electorales se piensan de a varias jugadas antes. Se cocinan en silencio, a una velocidad distinta a la de la discusión pública.
En ese sentido, gana fuerza en los pasillos del PRO la posibilidad de que el propio Mauricio Macri se tenga que poner el traje de candidato. Sería una jugada arriesgada, con el objetivo de garantizar la autonomía -supervivencia- del PRO y la hegemonía amarilla en la Ciudad. El riesgo consiste en que si la jugada se frustra en las urnas, la consecuencia para el partido y para el ex Presidente puede ser políticamente letal. Sería apostar un pleno en un juego de suma cero.
Como otro gesto de volumen político, Jorge Macri se convertirá en los próximos días en presidente del PRO en la Ciudad. Será secundado por Clara Muzzio, vicejefa de Gobierno. Sucederá al larretista Claudio Romero.
En la provincia de Buenos Aires el panorama también es complejo para el PRO. Como contó Infobae, José Luis Espert se mueve con la confianza de Milei con la mira puesta en encabezar la boleta de diputados nacionales. Es un dirigente que actúa con lealtad al Jefe de Estado y cosecha buenos números en terreno bonaerense.
Desde el PRO, quien mira con avidez esa posibilidad es Diego Santilli, cuyo mandato como diputado vence en diciembre de 2025. Aunque tiene excelente relación con Espert, por un lado, y conoce que la discusión electoral de la provincia estará sujeta al armado en la Ciudad.
En la provincia, los bullrichistas se mueven en coordinación con el armado que conduce Sebastián Pareja para La Libertad Avanza. El subsecretario de Integración Socio Urbana es un hombre de confianza de Javier y Karina Milei y es uno de sus principales arquitectos políticos.
Sin embargo, hay una variable institucional que se asoma en el horizonte y puede cambiar el tablero electoral. El Gobierno analiza retomar el debate por la Boleta Única, para finalizar con la lista sábana. Al mismo tiempo, no se descarta que también se pueda poner sobre la mesa la discusión para eliminar las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).
En el PRO hay cierto consenso en torno a que hoy, la Boleta Única los puede beneficiar: Cuentan con figuras electorales reconocidas, con nombre propio, para disputar en las provincias y que no necesitan el arrastre nacional. Efecto opuesto sucede en La Libertad Avanza, donde el apellido Milei sigue siendo el principal motor político del espacio.
En cambio, la sustracción de las PASO le agregaría complejidad al PRO -así como a otros espacios de la oposición-, que se quedaría sin herramienta para dirimir la selección de candidaturas. Con las PASO, en caso de hacer una alianza con Milei, el PRO tendrá una herramienta más para ejercer presión en el cierre de listas. Sin el sistema de presión, el Presidente desequilibrará el armado político.
La moneda está en el aire.