Jubilaciones: el Gobierno jugó negociaciones al límite para salvar el veto, pero sigue cerrado en su círculo
Con diferencia de pocas horas, el Gobierno mostró el tejido de negociaciones a la carrera para una batalla política de fondo en Diputados y, a la vez, expuso la cerrazón de su círculo como ejercicio de poder. Hubo tratativas visibles con aliados -en primer lugar, el PRO- y fragmentos de la UCR para sostener el veto a la ley jubilatoria, además de contactos con gobernadores que podrían tener efecto menor aunque sensible en filas peronistas y de espacios provinciales. Junto a ese dato, trascendió el rechazo inicial a la demanda reiterada por algunos de esos interlocutores para que sea revertido el decreto que limita la ley de acceso a la información pública.
El estado de necesidad del oficialismo, frente al previsible panorama de nuevas derrotas legislativas, no repara en gestos que de hecho provocan reproches incluso en sus filas. Un ejemplo: la foto de Javier Milei con cinco diputados radicales -podrían sumarse dos o tres a la hora de votar o ausentarse- fue evaluada de mínima como desproporcionada dentro del PRO, en contraste con su aporte numérico y en alerta por posibles gestos posteriores. No es lo único. Existe malestar de arrastre entre gobernadores de diferente origen -los que siguen presentándose como JxC, peronistas dialoguistas y provinciales, sobre todo del Sur-, que se sienten desatendidos y son requeridos ahora frente a las urgencias del Congreso.
El inestable terreno legislativo aporta a esa mezcla de sobresaltos y respiros que vive el oficialismo cada semana, después de las virtuales vacaciones de invierno. Junto al recuento de votos para este miércoles en Diputados, el foco estaba puesto también en el Senado, convocado para el jueves, pero fuentes de UxP, LLA y provinciales daban anoche por virtualmente caída la sesión.
La Cámara alta ya había postergado el tratamiento de dos temas con posible desenlace de derrota para el oficialismo: el proyecto de financiamiento de universidades nacionales y el rechazo al DNU de los fondos para la SIDE. A cambio, se decía, podría avanzar la iniciativa sobre la Boleta Única de Papel. Las cuentas no asomarían tan claras. Habría alguna fisura en la bancada de la UCR sobre la reforma electoral -empujada junto a la LLA- y el peronismo/kirchnerismo no estaría en condiciones de garantizar número, al menos este jueves, para los otros dos temas.
De ser finalmente así, se postergaría en el ámbito de Victoria Villarruel uno de los puntos de mayor tensión política de esta semana. El otro, se ha dicho, está en Diputados, en el recinto y en la calle, por la movilización que motorizan organizaciones sociales y franjas sindicales más vinculadas al kirchnerismo, con su correlato de fisuras en la CGT.
Pero no sólo se trata de lo que ocurra hoy con la ley de movilidad jubilatoria. También los pasos previos son significativos. El Gobierno mantuvo dos encuentros seguidos con el PRO y otros espacios allegados. Por supuesto, fue una respuesta al extendido malestar por el modo de actuar del Presidente y su entorno, que oscilan entre el espasmo coyuntural en el Congreso, agudizado después de derrotas, y el destrato. Es decir, la carencia de un sistema de acuerdos. Se lo acaban de exponer sus aliados en las dos citas en la Casa Rosada, la última encabezada por Karina Milei, mientras se repone Guillermo Francos. Se verá si finalmente se pone en funcionamiento algo así como un mecanismo político más o menos estable.
Por lo pronto, el otro tema que surgió en las dos reuniones, además del veto presidencial, es el reclamo de una rectificación del decreto que limita la ley de acceso a la información pública. Surgió entonces un compromiso de reuniones más bien reservadas entre legisladores que conocen y participaron de la redacción de la ley -incluidos radicales y de la CC- y funcionarios del área específica. El primer encuentro no anotó avance alguno. “Están cerrados en su posición”, fue el resumen inicial de quienes consideran un retroceso la medida oficial y creen, para completar, que es puro costo para el Ejecutivo.
Como se ve, en sus negociaciones al límite, el Gobierno alimenta mensajes contradictorios. No es nuevo: los jefes provinciales, como quedó a la vista en un documento de compromiso después de renovar autoridades del CFI, demandan concretar o cumplir con lo expuesto en diversas tratativas. El tema repetido es el traspaso de obras públicas. Pero aún así, el oficialismo anota algunos avances y lo hace caminando en el terreno de la fragmentación opositora.
Para el capítulo de las jubilaciones, y fuera de la articulación con aliados, coronó las conversaciones que venía sosteniendo con media docena de diputados radicales. Eso agudiza las internas en el bloque que preside Rodrigo de Loredo, que podrían terminar en fractura y cuya onda expansiva impacta en la conducción partidaria. Menos ruidosos, algunos cambios de posición o ausencias podrían expresarse en otros espacios. Y no se descarta alguna diagonal que reponga el debate sobre el modo de compensar la pérdida de alrededor de 8 puntos porcentuales por el empalme entre el anterior sistema de movilidad jubilatoria y el que rige por decreto, atado a la inflación.
El Gobierno espera este miércoles con la mirada puesta también en la difusión del IPC de agosto. Ese dato, que según consultoras privadas podría estar apenas por debajo del 4%, es central para Milei en términos económicos y también políticos. Va de la mano con otros registros que aparecen cada vez más en la exposición directa o indirecta -sobre todo, redes sociales- del oficialismo.
En estos días, destacan un salto positivo de indicadores de la industria y la construcción, en la comparación entre julio y junio, todavía con fuerte caída en el registro interanual. También, informes de los bancos locales sobre crecimiento del crédito al sector privado y relevamientos propios de cierto freno a la destrucción de empleo. No faltan sobreactuaciones con efecto claramente adverso, como los referidos a la situación de ingresos o el nivel de haberes jubilatorios.
El Congreso, de todos modos, va a seguir amplificando debates. Y en el listado que sigue, un renglón destacado será para el Presupuesto. Milei se apresta a cumplir en fecha con el envío del proyecto: un buen dato, siempre. Y se prepara para una gran puesta en escena: el domingo que viene, a la noche, lo hará personalmente en la Cámara de Diputados. Otra vez entrarán en juego la atención a los socios legislativos, el tendido de puentes en el archipiélago opositor y los contactos con gobernadores. Se reeditará la tensión entre las necesidades y la cerrazón del círculo de Olivos.