En modo campaña, Milei hizo una fuerte defensa de su gestión y confrontó con el kirchnerismo tras una semana complicada
Javier Milei irrumpió con su primer acto político partidario desde que asumió el poder mientras el Gobierno atraviesa uno de los momentos más complicados, y buscó justificar cada una de las dificultades. En una larga y minuciosa defensa de su gestión, se reivindicó a sí mismo y a sus funcionarios. Y le echó la culpa de los problemas del presente a la administración kirchnerista y, sin especificaciones, a otros sectores sociales, desde los sindicatos a las consultoras de opinión pública.
Por primera vez se acaba de registrar una merma en la confianza en el Presidente, y las cifras de pobreza alcanzaron un nivel récord. Las internas no dejan de aflorar (anteayer, Victoria Villarruel volvió a marcar límites a una medida oficial, esta vez de la canciller, Diana Mondino). Y la administración nacional enfrenta dos situaciones de protesta sindical y social graves: con los gremios de transporte, a raíz del conflicto en Aerolíneas Argentinas; y con los universitarios, que preparan una masiva marcha para el miércoles, que Sandra Pettovello no logró desactivar con el ofrecimiento de un aumento salarial superior al índice de inflación.
Ayer, en el anfiteatro del Parque Lezama, frente a miles de seguidores, algunos entusiasmados, otros enardecidos, el jefe de Estado respondió sobre cada uno de los reveses que atraviesa su administación. Aseguró que la pobreza ya empezó a disminuir y prometió que la merma continuará. E intentó poner orden en la tropa propia, una tarea que suele dejar en manos de Karina Milei.
Además de encumbrar largamente a su hermana -“el Jefe”-, el primer mandatario elogió, repetidas veces, a sus ministros preferidos: Guillermo Francos (jefatura de Gabinete), Federico Sturzenegger (Desregulación), Luis “Toto” Caputo (probablemente el más nombrado), Patricia Bullrich (Seguridad: la mencionó unas cuatro veces), Sandra Pettovello (Capital Humano) y a Mariano Cúneo Libarona (Justicia).
También le dedicó un párrafo especial, en el primer tramo de su larga alocución, a su principal asesor, Santiago Caputo, y a su equipo de comunicación por redes sociales. Pero, de la misma forma, omitió mencionar a Victoria Villarruel. Incluso cuando se remontó a 2021 para rememorar su llegada a la Cámara de Diputados. La vicepresidenta, distanciada desde hace meses, no estaba presente en el acto, al igual que Diana Mondino, que también brilló por su ausencia en el gran evento político de la fuerza que integra como funcionaria.
La última presentación en público de Milei con tono proselitista había sido en el Luna Park, hace tres meses, por la presentación de su libro. Aquella vez, le había dado un contenido marcadamente económico a su mensaje. Esta vez, eligió el mismo escenario público donde había cerrado su campaña antes de las primeras elecciones en las que participó, y le imprimió una fuerte carga política.
En la adversidad, eligió presentarse como víctima de un sistema que caracterizó como “corrupto”, con alusiones a todos los sectores de la vida pública del país. “Los que dicen que nos estamos cayendo en las encuestas son los que decían que íbamos a perder por diez puntos. En esa pelea entre David y Goliat terminamos consiguiendo el 56 por ciento de los votos. A este proyecto lo bancan 14 millones y medio de argentinos”, dijo.
Y, en la esfera partidaria, prefirió confrontar y compararse, repetidas veces, con Cristina Kirchner cuando ocupaba su lugar. En particular, por la medición de la pobreza. Milei recordó durante su administación se habían ocultado las verdaderas cifras del INDEC. Y aprovechó para disparar, luego de que lo criticaran, contra la ex ministra de Desarrollo Social de Alberto Fernández, Victoria Tolosa Paz, y contra el amigo del ex mandatario, Pepe Albistur, por cuestionar los registros de esta administración, aunque evitó decir sus nombres.
En sus apariciones a lo largo de los últimos dos meses, Milei se había dedicado a cuestionar a Mauricio Macri, como devolución de gentilezas por los cuestionamientos del ex mandatario a su gobierno. Esta vez, sin embargo, evitó azuzar esa discusión. Y, aunque no lo encumbró como solía en los primeros meses de la administración, sí recordó, con agradecimiento, su apoyo en la carrera hacia el ballotage el año pasado. En la misma línea, sin hacer alusiones a figuras concretas, les reconoció a los diputados de PRO que acompañaron sus medidas en el Congreso. Aunque no está todo dicho si contribuirán a blindar su inminente veto a la ley de financiamiento universitario, que se concretaría en los primeros días de la semana que viene.
Su discurso fue una exhaustiva enumeración de logros de su gobierno en las distintas áreas. Especialmente la económica -el jefe de Estado no se privó de explicar con los habituales detalles técnicos su programa-, pero con especial énfasis, también, en la agenda de seguridad. No casualmente, en la Ciudad, el territorio por excelencia de PRO donde Milei y Karina Milei quieren apelar a Patricia Bullrich para disputarle el poder a Mauricio y Jorge Macri.
Su última referencia de la noche, pasadas las 22, fue dedicada a paliar los efectos de la cifra que complicó sobremanera la última semana de su gobierno. “Para esos empobrecedores seriales que se quejan de los salarios, quiero contarles que van cuatro meses seguidos donde los salarios le vienen ganando claramente a la inflación, recomponiendo el poder real de compra de los asalariados. No tengan dudas que la pobreza va a seguir cayendo”, exclamó.
Habló Karina Milei
La puesta en escena del primer acto partidario de Milei desde el inicio de su gobierno fue un misterio hasta el último momento. Y nadie se atrevía a adelantar quiénes se pararían sobre el escenario junto al Presidente. La dirigente porteña María Pilar Ramírez, de las mejores amigas de Karina Milei, decía, ayer por la noche, en una entrevista que dio excepcionalmente, que no estaba involucrada en la organización del acto, y que por lo tanto no conocía ningún detalle. En el entorno del riojano Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, que visita a diario la Casa Rosada, también esquivaban una respuesta. Lo mismo ocurría en el caso de la diputada por Santa Fe, Romina Diez, muy amiga de Karina Milei.
La misteriosa y cerrada hermana del Presidente había ordenado nuevamente un pacto de silencio entre todos los participantes, y se guardó hasta el límite de la hora cuáles serían las señales de simbolismo del acto de lanzamiento de La Libertad Avanza. Finalmente, sólo estuvo ella junto a Milei frente al público libertario. Y dio la sorpresa al iniciar el acto en primera persona, hablando por primera vez ante una multitud -sólo se había escuchado su voz un par de veces este año- y en tono de arenga partidaria.
“Tenemos que caminar convencer al doble de gente que ellos y llevar las ideas de la libertad a cada rincón del país. Ganar la presidencia fue solo la primera batalla”, dijo.
Este acto había sido convocado inicialmente para agosto, en la provincia de Buenos Aires, con él y Patricia Bullrich como protagonistas, junto a los Milei. Pero Karina Milei la suspendió sin dar explicaciones, y luego la trasladó a la Capital. Dicen en su entorno que fue por diferencias con el titular de la Comisión de Presupuesto, José Luis Espert, que no la convence como candidato para el año que viene. Pero hoy Espert estuvo presente, frente al escenario, recibió un especial reconocimiento del Presidente, que volvió a llamarlo “Profe” como lo hace desde que volvieron a acercarse y fue tomado por las cámaras de la transmisión por streaming, al igual que los ministros que estaban junto a él.