Las revelaciones del DT del Diablito Echeverri en Chaco: el detalle que lo deslumbró la primera vez que lo vio y la prueba de su espíritu competitivo
Desde hace varios años que dentro del mundo del fútbol sobrevuela el nombre de un joven talento que promete dar que hablar. Se trata de Claudio Diablito Echeverri, el joven que saltó a la fama a los 11 años por sus goles a la Juventus y que hoy acapara la atención de los principales clubes de Europa gracias a su actuación con la camiseta de la selección argentina en el Sudamericano Sub 17.
Si bien también sobresale con la banda roja cruzada en el pecho de River Plate en la Reserva (el club busca subirle su cláusula de rescisión de 25 a 50 millones de euros), su camino con la pelota número cinco comenzó en su Chaco natal, en el club de barrio Luján. En diálogo con Infobae, Luis Cuevas, su primer entrenador, rememoró los primeros pasos del talentoso futbolista.
– ¿Cómo conoció a Claudio Echeverri?
– Trabajando en el Club Deportivo Luján, del barrio Río Negro. Siempre van los chicos. A los 8 años empiezan a competir en Resistencia. Y apareció acá y empezó en mi categoría. Después de la escuelita empiezan a competir, y él era una cosa de locos cómo jugaba
– ¿Qué se acuerda de ese primer día?
– Al verlo cómo jugaba, que mareaba a todos con la pelota, pensé que era un jugador diferente. Así se lo vio al entrar, con esa gambetita que tiene.
Él es categoría 2006, y desde los 8 empezó a competir en Luján. Lo tuve dos años. En el primer año en la liga llegamos a semifinales, y el segundo año salimos campeones, de punta a punta.
– ¿Siempre jugó en la misma posición?
– Cuando empezó acá competía en cancha chica, de 9. Lo hacía de 5 o de 10. Ahora estoy viendo que se tira por izquierda o derecha, pero vuelve a su lugar de 10. Tenía sacrificio a la hora de marcar.
– Después de coronarse campeones declaró que Claudio es el nuevo Messi o Maradona
– Se lo dije a un hombre que trabajaba en una radio. Acá, en Resistencia, todo el mundo que lo vio jugar se dio cuenta de que era diferente a los demás, te gambeteaba como si nada. Se sacaba la marca de encima, todo. Era un jugador como Maradona o Messi. Era diferente.
Yo lo disfruté los dos años que lo tuve, y ahora la gente lo ve por televisión. Pero cuando la agarra Claudio siempre hay peligro de gol, al igual que cuando jugaba Maradona o ahora Messi. Se saca las marcas como si nada. Eso fue lo diferente que vimos desde chiquito acá.
– ¿Cuál es la principal virtud de Echeverri?
– La técnica que tiene él es impresionable, pero yo siempre rescaté lo fuerte que es mentalmente. Es muy fuerte de mente. Eso se notaba cuando era chiquito, a los 8 años. Tenía un pensamiento de uno de 20, de uno grande. Era diferente.
En las prácticas era tranquilo, aunque tenía carácter. Siempre portó la cinta de capitán. Los compañeritos ya se le acercaban y hacían lo que él decía. Les hablaba a todos. Es igual que ahora en la Selección. Tiene personalidad, es fuerte de mente.
– ¿Cómo fue la primera prueba que realizó para River Plate?
– Estábamos en Luján, y vinieron clubes de Buenos Aires a Resistencia para hacer pruebas. Le dije al equipo que al otro día iba River, que íbamos a ir a una prueba. Llevé al equipo completo a un predio llamado San Diego. Vinieron los captadores y creo que fuimos a los últimos que nos tomaron la prueba, esperamos toda la mañana. Pero valió la pena. Me acerqué y les dije que tenía un chico para ellos, y después me dijeron que sí, que tenía razón.
Lo vieron jugar primero con un equipo e iban ganando. Después lo pasaron al otro equipo, y todos le daban la pelota a él.
– ¿Cuál cree que es el techo de Claudio Echeverri?
– Yo aún no lo alcancé a ver. Pero para mí aún no tiene techo. Todo pasa por lo psicológico, pero él es fuerte de mente. Todos hablan de él,de la responsabilidad que le dieron. Desde que fue a Europa y le hizo los goles a Juventus. Pero a él le encanta jugar y tiene el carácter y temperamento fuerte.
– ¿Qué cambios notó en Claudio desde ese primer día en Luján a la versión de ahora con la 10 de la Selección Sub 17?
– Lo veo más calmo, más sereno. También más técnico, creció en lo fisico. Está más fuerte. Tiene una gran pegada. Ya la tenía acá, pero la fue perfeccionando. Lo veo bien en ese sentido. Es rápido mentalmente. Lo veo muy bien.
– ¿Siguen en contacto?
– Sí, justamente todos los partidos pongo en el estado una foto con “Vamos, capitán”. Y después me contesta, me dice “Gracias, Pela.”, junto a un corazón. Yo trato de no molestarlo. Tengo buena relación con él, con la familia, con la mamá y el papá.
Siempre fue humilde. No tiene problemas para mandar saludos ni nada. Tiene humildad, lo que siempre lo caracterizó. Él cuando viene al barrio siempre está predispuesto. Saluda a todos y es uno más. Tiene sencillez. Todo el barrio lo quiere. Se hace querer.
– Para cerrar, ¿qué anécdota recuerda con el Diablito?
– Una vez estábamos jugando en Resistencia las semifinales. Él iba a River y volvía, para que se fuera aclimatando. Estaba allá uno o dos días y volvía. Él llegaba a las 18 de la tarde a Resistencia y teníamos el partido 18.30. Me fui con el papá a buscarlo en moto a la terminal, y nos fuimos corriendo a la cancha. Por suerte ganamos y pasamos a la final. Llegó justo al partido, él quería salir campeón con Luján. Hacía lo imposible para estar siempre.
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