El detrás de escena de cómo River Plate intenta rescatar a Ezequiel Cirigliano
Alejandro Domínguez, el Chori, confesó hace cinco años que sufría ataques de pánico en sus tiempos de futbolista. Por caso, cuando realizó el duro vía crucis con River por la B Nacional. “Llegué a sentir que me moría en un vestuario”, abrió su corazón el exatacante, que hoy integra el equipo Senior de River. Consciente de lo importante que es la salud mental, Domínguez se mostró particularmente preocupado al enterarse el año pasado del cuadro depresivo y de esquizofrenia que afectó a Ezequiel Cirigliano, quien fue detenido en Caseros por portar un arma de fuego en un confuso episodio por el cual estuvo preso durante 65 días. Y fue el propio Chori quien encabezó la movida para tentarlo a que se sume al equipo de veteranos de River.
En aquel momento, Matías Almeyda, actual entrenador del AEK Atenas de Grecia que supo sufrir cuadros depresivos, también quiso ayudar a Cirigliano y se puso a disposición tras hablar con Flavia, la mamá del futbolista. Almeyda incluso le consiguió una psicóloga. “No quiere vivir más, está muy triste. No puede más”, llegó a declarar públicamente la madre de Cirigliano mientras su hijo estaba detenido en la comisaría Primera de Caseros. Lo dijo a modo de ruego para que lo liberaran de la cárcel y lo internaran en una clínica psiquiátrica. La madre temía por algo muy puntual: que su hijo pudiera quitarse la vida.
River, a través de Ignacio Villarroel, vicepresidente segundo del club, y de Santiago Poblet, presidente de Relaciones Públicas, le ofreció cobertura legal y también se puso a disposición para lo que Cirigliano y su familia necesitaran en aquel momento.
El último lunes, Cirigliano se puso la camiseta de la banda roja en el 2 a 2 del Senior millonario ante San Lorenzo. Tuvo de compañero, entre otros, a un ex River cuya presencia también generó sorpresa: el uruguayo Rodrigo Mora. Además del Chori Domínguez y de Mora, para River también jugaron otros ex jugadores del club como Ariel Ortega, Diego Barrado, Lucas Mareque, Matías Abelairas y Cristian Tula.
Mario Argenta, ex directivo de River que hasta el último jueves fue el delegado del equipo Senior, afirmó que tuvo que pedir una excepción para que Cirigliano pueda jugar ya que tiene apenas 31 años. “El Chori Domínguez me preguntó si podíamos sumar a Cirigliano al equipo y rápidamente me comuniqué con Gastón Casas, el ex jugador de Huracán, que está muy metido en la organización del campeonato. Cuando le comenté de la situación de Ciri, me dijo que sí al instante. En el Senior la idea es pasar buenos momentos y ayudar a quien sea si así lo necesita. Casas lo habló con delegados de otros clubes y rápidamente dieron todos el okey”, dijo Argenta en diálogo con Infobae.
Cirigliano, el mismo que supo prestar su imagen para las gigantografías que promocionaban las camisetas de River en el estadio Monumental y en las calles de Buenos Aires, tiene una dura historia personal. Pasó de ser candidato a suceder a Javier Mascherano, a estar involucrado en varios episodios policiales. De escuchar de boca de Leonardo Ponzio que era “el cinco del futuro”, a pedir ser cedido a Italia, en 2013, porque su padre (Adrián) estaba preso en ese país por tráfico de drogas: River lo prestó por un año al Hellas Verona.
Aquella ida al fútbol italiano marcó el principio del fin de su carrera profesional. A mediados de 2014, cuando regresó a River, Marcelo Gallardo le dijo que lo iba a tener en cuenta. Y él declinó viajar a la pretemporada en Miami por “problemas personales”. En realidad, pretendía irse de manera definitiva al Hellas Verona, que declinó pagar 2.500.000 euros, tal la suma acordada como opción de compra para su pase. El club italiano quería pagar la mitad de ese monto y River no aceptó venderlo en esas condiciones.
De ese modo, Cirigliano fumigó sus propias posibilidades, quedó lógicamente relegado y en 2015 se terminó yendo al FC Dallas de la MLS a préstamo por seis meses.
Ese mismo año también había sido detenido en Caseros por manejar en estado de ebriedad y sin licencia de conducir. Se negó a entregar la documentación del auto y la Policía le abrió un expediente por “resistencia a la autoridad”.
En septiembre de 2016 murió su padre con apenas 51 años. Cirigliano estaba jugando en Atlético Tucumán, adonde llegó luego de un paso por Tigre. Y desde entonces su situación personal empeoró: ingresó en una fuerte depresión y necesitó de un tratamiento psiquiátrico para salir del pozo.
Siguió jugando al fútbol de manera profesional, pero las ventajas que dio tuvieron su correlato en un bajón pronunciado. Tras jugar en Atlético Tucumán se puso las camisetas de Zacatepec, de México; San Luis de Quillota, de Chile; Godoy Cruz; y Cynthi Albalonga, un equipo de la Serie D de Italia.
El episodio que lo transformó en noticia el año pasado ocurrió el 14 de agosto: lo llevaron preso encapuchado y portando un arma de guerra con once balas en el cargador y una en la recámara, acusado de violación de domicilio. Con lastimaduras en la cara, vestía una campera de color negro, una camiseta del París Saint Germain y un pantalón largo con el escudo de Boca. Lo acusaban de haber participado de un acto delictivo en una casa cercana a la suya. Sin embargo, la carátula de la causa se modificó con el paso de los días y trascendió que sólo había discutido con un vecino que llamó a la Policía. Luego de ello, le dictaron la falta de mérito para mantenerlo en prisión preventiva.
Quedó en libertad el 19 de octubre y desde entonces intentó mantenerse en buena forma física. Comenzó a jugar partidos en los potreros de su Caseros natal, cerca de la cancha de Estudiantes de Buenos Aires, y el llamado del Chori Domínguez le dio una gran alegría: enseguida le respondió que sí cuando le propuso jugar para el equipo Senior de River, al que ya se sumó Leonardo Ponzio y al que se plegaría Javier Pinola, uno de los ayudantes de Martín Demichelis en el equipo de Primera División (el otro es Germán Lux).
La presencia de Cirigliano en el partido de la fecha inicial ante San Lorenzo despertó el interés de varios clubes del Ascenso. El que pisó el acelerador es Estudiantes de Río Cuarto, que hoy marcha noveno entre diecinueve equipos en el Grupo A de la Primera Nacional. Desde Córdoba ya se comunicaron con el futbolista, quien analizará la posibilidad de sumarse al equipo, hoy dirigido por Marcelo Vázquez.
Con todo, en el círculo íntimo de Cirigliano ponen el acento en que el fútbol puede ser una ayuda secundaria para él, ya que su gran desafío pasa por salir adelante psicológica y mentalmente.
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