A días del cierre de alianzas, Sergio Massa se mostrará como candidato y volverá a pedir una lista de unidad
En un contexto político convulsionado por las definiciones electorales y con gran parte del peronismo presionando para que el Frente de Todos resuelva una candidatura presidencial de unidad, Sergio Massa encabezará el congreso partidario del Frente Renovador en el que se espera que brinde un puñado de definiciones con fuerte impacto político.
El encuentro será a las 17 en el estadio Arenas, ubicado en Tortuguitas, Malvinas Argentinas. En el Frente Renovador aseguran que en el estadio habrá 12 mil dirigentes, entre congresales y funcionarios, número que le servirá al ministro de Economía para dar una muestra de fuerza y volumen político en la antesala del cierre de alianzas, y a dos semanas del vencimiento para presentar las listas de candidatos.
“Va a haber una definición. No va a ser un discurso más. Va a salir un posicionamiento fuerte”, confesó un funcionario nacional cercano al ministro, que desde hace un mes expresó en distintas oportunidades la necesidad de que el peronismo se ordene detrás de una candidatura y evite las rencillas internas para dirimir quién compite para llegar a la Casa Rosada.
Massa está convencido de que el mejor camino es cerrar filas detrás de un candidato de unidad. Aunque no lo diga, ese candidato es él mismo. La ecuación no es tan compleja dentro del oficialismo, donde en todas las terminales aceptan que dentro de los nombres que están en el tablero electoral, solo hay dos que tienen apoyo mayoritario para ser un candidato único: el ministro de Economía y Axel Kicillof.
En el Frente Renovador creen que una posible candidatura de Massa puede conseguir votos de centro y que sus credenciales frente al mercado financiero son mejores que las del gobernador de Buenos Aires. En definitiva, resaltan que tiene capacidad de contener el voto peronista y ser un candidato con buen concepto en el círculo rojo. Los votos y el poder.
Claro está que el electorado de centroizquierda que acompaña al kirchnerismo lo podría contener gracias a un acuerdo político con Cristina Kirchner. Ambos comparten reuniones casi todas las semanas y discuten sobre la mejor estrategia para poner competitivo al Frente de Todos, en un momento muy complejo de la economía y con la tensión creciente dentro del espacio político.
En el entorno de Massa resaltan que “el orden político genera orden económico” y que, en consecuencia, se lograría una mayor estabilidad en la gestión. El ejemplo que ponen para medir las consecuencias que puede tener una división del oficialismo, aún mayor a la actual, es la crisis política que hay en Juntos por el Cambio. “Ellos perdieron 10 puntos en las encuestas por sus peleas. Si nos ordenamos rápido, es una gran oportunidad para el oficialismo”, indicaron.
En el massismo alimentan la teoría del candidato de unidad porque lo ven como la única salida para que un fraccionamiento de los votos en una PASO no termine dejando “candidatos enanos” que ocupen el tercer o cuarto lugar. Es decir, que sean menos votados que Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y Javier Milei, quienes aparecen en todas las encuestas con mayor intención de voto que los representantes del peronismo.
“Hay que tener pragmatismo y sentido común, sino vamos a salir terceros. Vamos a sacar 20 puntos y no vamos a ser competitivos en la elección de octubre”, aseguró un dirigente importante del Frente Renovador que espera que esta tarde Massa juegue con fuerza su carta electoral. En la dirigencia está instalada la idea de que hay que aprovechar el movimiento que generaron los gobernadores del PJ pidiendo lista de unidad y mostrar que la idea que expresó el ministro es la que tiene más respaldo en el oficialismo.
El último miércoles, después de una reunión de casi tres horas en el CFI, 13 gobernadores del oficialismo firmaron un documento en el que exigieron “la construcción de una lista de unidad con integración de carácter federal”. Quieren a un gobernador o vicegobernador en la fórmula presidencial. La decisión de buscar la unidad potenció el planteo de Massa y le dio más volumen dentro del Frente de Todos.
“Podrían no haber sido tan agresivos en el comunicado. Parecen el Partido Comunista ruso. Trajeron la pelota del lado nuestro cuando los demás estaban matando. Si tienen el candidato de consenso, ya lo hubieran puesto sobre la mesa. Pero no lo tienen”, se quejó un importante ministro del Gabinete que respalda las PASO y que cuestiona la estrategia de los mandatarios provinciales.
A la inversa de lo que creen los que defienden la candidatura de unidad, en la Casa Rosada están convencidos que mientras más candidatos haya en las PASO, más capacidad tiene el espacio de acercarse a los 30 puntos de intención de voto, un número que ningún precandidato, virtual o real, tienen dentro del peronismo.
En cambio, creen que una candidatura de unidad permitiría que haya votos que se escapen hacia otras opciones electorales en las elecciones primarias y que sería muy difícil recuperarlos en el camino hacia las generales. “Si en las PASO nuestro candidato único saca 20 puntos, se terminó la elección para nosotros”, asumió, con absoluta resignación, un influyente funcionario nacional.
Los gobernadores quieren reunirse con Alberto Fernández en los próximos días para transmitirle, en forma personal, lo que se habló en la reunión y presionar para que apoye la idea de un candidatura única. Lo que quieren es que Daniel Scioli y Agustín Rossi bajen sus candidaturas, y haya una mesa con todos los sectores para discutir cuál es el nombre más adecuado para ser candidato a presidente.
Para Massa no tiene lógica ni eficiencia electoral que haya una PASO en el Gobierno. Cree que hay que mostrar un ordenamiento detrás de la gestión y que ese movimiento termine dándole sustento y cuerpo a una candidatura presidencial. Que toda la estrategia sea más compacta. En esa línea estará su discurso de esta tarde.
En medio de todo el debate electoral, desde el Frente Renovador tensaron la cuerda al máximo y dejaron trascender la molestia de Massa con la batalla interna. “Sergio Massa no puede ser ministro de un Gobierno que se está tirando barbaridades en los medios por unas PASO”, aseguró ayer Cecilia Moreau, presidenta de la cámara de Diputados. Después, del ministerio de Economía, se encargaron de bajar los decibeles y desmentir una posible renuncia.
En el interior del espacio político nadie cree con seguridad que Massa abandone el ministerio de Economía pese a su desacuerdo con cómo se está manejando el proceso electoral en el oficialismo. “Está confiando en que va a ser el ungido y empuja esa idea de unidad”, confesó un massista que lleva mucho tiempo en el armado que este año cumple 10 años de existencia.
El encuentro de hoy le servirá a Massa para marcar la cancha electoral. El margen de acción se achica y todos los sectores están jugando sus cartas. Empezó el momento de la acción.
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