Tras las PASO, la pelea comienza en un clima delicado: dólar, precios y la propia incertidumbre política
Javier Milei, Patricia Bullrich y Sergio Massa empiezan a acomodar sus fichas para un juego poco habitual que expone el reflejo de la polarización pero en una batalla de tres. Los equipos de campaña analizan cómo seguir el camino electoral y no resulta un trabajo fácil para candidatos que, más allá de la espuma, el escrutinio de las PASO mostró acomodados en una franja de menos de tres puntos porcentuales. Eso mismo es un síntoma práctico de la incertidumbre política. Y en un juego cerrado, alimenta y padece las turbulencias de la trepada del dólar y los precios.
Pasaron apenas un par de días desde las primarias y la situación económica expone fuerte suba del dólar y alarmante aceleración de precios. Por supuesto, no es efecto exclusivo del cuadro político, ni es algo sorpresivo. En todo caso, la expectativa puesta en un resultado tranquilizador por sí mismo ya parecía liviana antes del resultado. Las cifras, en todo caso, abrieron un abanico de especulaciones sobre un terreno económico crítico.
El otro dato, con ese cortinado de fondo, vuelve a ser el cronograma electoral. El 30,04% de Milei, el 28,27% de Bullrich y el 27,27% de Massa marcan el arranque de un camino de más de dos meses hasta la primera vuelta. Es un recorrido muy largo en cualquier caso, pero sobre todo con esos porcentajes. Esta vez, con el añadido de la original transición de Alberto Fernández, también dilatada y cuyo origen remite al desgaste de las batallas internas y de la gestión.
Es llamativa además la velocidad que, al revés del calendario de las elecciones, expone la crisis. El INDEC difundió el informe sobre el IPC de julio: un 6,3%, que coloca la cifra interanual en el 113,4%. Parece de todos modos una foto vieja de la inflación frente a la aceleración con que corren los precios de agosto, que varios consultores privados y el sentido común ubican muy por encima de aquel número.
La semana comenzó con una fuerte devaluación. Un trago amargo para Economía, aunque esperable, apenas postergado por las primarias. De inmediato, surgió la creación de un equipo especial de funcionarios para intentar contener la trepada de precios. Es una movida por encima de la Secretaría de Comercio, lo cual agrega una pincelada visible sobre la evaluación negativa de algunas de las políticas previas. No pareció una decisión tomada el lunes, sino antes de las PASO, pero aquel cuidado para evitar lectura preocupante en los umbrales de la elección terminó, ahora, como una medida a las apuradas impuesta por la coyuntura.
La mirada se corrió otra vez al esperado acuerdo efectivo con el FMI. Se supone que será coronado a mediados de la semana que viene. Y que los desembolsos cubrirán los pagos hasta noviembre, inclusive. Massa viajará a Washington. Un gesto para terminar de cerrar trato, en un paño más amplio y a tono que el proceso electoral del país.
Fue notable la difusión del contacto del Fondo con el entorno de Milei para agendar un encuentro de sondeo. Massa, en su condición de ministro y desde antes, no es un desconocido en los ámbitos de Washington. Tampoco lo son algunos integrantes de los equipos de Juntos por el Cambio. Los contactos también incluyen a Bullrich.
En todo caso, el trascendido inicial, luego confirmado como parte de una “rutina” del FMI en tiempos electorales -fue particularmente densa la rueda de reuniones en el 2019-, asomó como una inercia inicial del candidato libertario para aprovechar el impacto de su triunfo del domingo.
Milei, de todos modos, dio algunos pasos que indican la decisión de mantener un discurso muy duro en esta nueva etapa de campaña. Se trata de repetir la fórmula sintetizada en las cargas sobre la “casta”. Las primeras horas pasadas desde las primarias, sumaron algunas declaraciones de extrema dureza y mal eco de lejos, con foco en la candidata de JxC. Eludió, al menos por ahora, los primeros intentos del oficialismo para polarizar con él mismo.
Massa y otros candidatos de UxP volvieron al esquema basado en atacar a la oposición, acusándola de planear un recorte de derechos que podría derivar en represión. Un cuadro oscuro. Ahora, busca colocarse como única alternativa, en una disputa de dos y sólo con el candidato libertario. Imaginan contrapuntos al estilo Lula-Bolsonaro o de otras experiencias entre polos políticos e ideológicos, con ejemplos europeos.
Bullrich debió dedicar algunas horas iniciales ya como candidata a recomponer la interna. Los gestos se extenderían esta semana a encuentros personales, el más notorio con Horacio Rodríguez Larreta, y algunas reuniones de equipos, además de previsibles actividades en cada provincia.
Lo que sigue es la definición de un camino para confrontar, naturalmente, con el Gobierno y, a la vez, competir con Milei sin entrar en su lógica, que es vista como el mejor terreno del libertario. Se trata de mostrar más aplomo, sostener el discurso duro en varios terrenos y tratar de capitalizar los triunfos provinciales y la representación en el Congreso como base de sustento territorial e institucional.
Se verá cómo funciona en los tres casos. Sobran días: se trata de una extensa prueba política en medio del vértigo de la economía.
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