El detrás de escena del grupo de argentinos que reeditó en la Torre Eiffel el gol de Di María en la final del Mundial: la inesperada reacción de los franceses
Transcurrieron apenas 12 segundos desde el pase de Nahuel Molina que limpia la acción hasta que la pelota se encuentra con la red tras la definición de Ángel Di María. En el medio, el toque cristalino del lateral, el lance de primera de Mac Allister para Lionel Messi, que contróló y abrió con el revés del botín, casi con desdén. El pase en profundidad, como una daga filosa, de Julián Álvarez, para un Alexis que no se quedó como espectador, se arrojó al vacío para la corrida frenética, y se desprendió la pelota en el momento justo, cuando lo pedía la jugada, para habilitar a Fideo, el de los gritos en las definiciones (recordar Juegos Olímpicos, Copa América), al que le esperaba el más importante de su colección.
Junto a la atajada de Dibu Martínez a Kolo Muani. O el penal de Montiel. O las conquistas de Messi en ese choque de planetas con Kylian Mbappé. El gol de Di María es uno de los símbolos de la mejor final de la historia de los Mundiales, uno de los flashes que enciende la nostaglia y devuelve a los hinchas de Argentina a aquel mágico 22 de diciembre, cuando la tercera estrella comenzó a titilar incandescente en el firmamento argentino. Y una herida, claro, para los franceses, que sufrieron la final de Qatar durante 80 minutos, olfatearon la épica y luego vieron en vivo cómo el arquero albiceleste demolía sus ilusiones con su pericia desde los 12 pasos y sus juegos psicológicos.
Para Santiago Lezcano, Andrés Rataus, Ezequiel Noya, Nicolás Novellino, Alejandro Rataus, Ignacio Sierra y Hernán Aimetta, integrantes de un joven grupo de amigos, fue el Mundial de sus vidas. Por una cuestión generacional, el 78 y el 86 eran propiedad de YouTube, de sus antecesores, de las historias con cartel de leyenda. Vieron la Copa del Mundo juntos, cumpliendo con rigidez las cábalas y ritos. “Para los mata a mata fuimos a la misma casa de la Copa América, siempre se comió asado… Y la última que implementamos fue la de meter en el congelador la figurita del mejor jugador rival”, sorprende Lezcano con la jugada esotérica. “Fue muy gracioso porque no los sacamos hasta que terminó el Mundial”, agrega sobre el hábitat hostil al que fueron confinados.
Tal fue la marca que dejó Qatar 2022 en sus vidas que todos se tatuaron el trofeo. Y se pusieron de acuerdo para comprar la camiseta del seleccionado “con un número distinto cada uno”. En otro capítulo de la confraternidad que conforman estos fanáticos del fútbol (cinco de River, que además comparten locación en el Monumental; uno de Boca y uno de San Lorenzo), decidieron emprender un viaje juntos por Europa. “Arrancamos por Barcelona, Ibiza, París, Amsterdam, Bruselas y ahora estamos en Berlín. Nos quedan Praga y Múnich”, detalla Santiago el periplo. Teniendo en cuenta el mapa de pasiones descripto, la visita a Francia no resultaba un aeropuerto más en el plan de vuelo.
Por eso, apenas arribaron a la capital gala, decidieron recorrerla desde las 9 de la mañana con las camisetas de Argentina como uniforme. Y cuando pisaron el Parc du Champ de Mars y vieron la Torre Eiffel, una tentación irrefrenable y contagiosa los invadió. “Fue todo improvisado. Estábamos tomando algo y dijimos ‘¿por qué no recreamos el gol de Di María’’. Lo practicamos, lo hicimos una vez y fue lo que salió. La jugada no es perfecta ni igual a la del Mundial. No fue premeditado, surgió. Y se viralizó”, explica la génesis Lezcano, quien en las imágenes aparece con la casaca de Enzo Fernández y fue el encargado de postear en sus redes el resultado.
Así, hubo un Molina, un Alexis, un Messi, un Julián, un Fideo. Ignacio Sierra fue el camarógrafo y Hernán Aimetta, testigo privilegiado de las reacciones de los locales y turistas, que veían cómo ese grupo de locos con la camiseta argentina inventaban un gol sin pelota y lo celebraban como si pisaran el césped de Lusail. La secuencia es un poco más corta que la original. Son 7 segundos. suficientes para trascender en las redes, portales y programas de TV en un pestañeo.
“Al otro día nos empezó a llegar información desde Argentina de que el video se había viralizado. Lo único que lamentamos es no haber tenido la pelota”, relata cómo se enteraron de la repercusión en medio de la aventura por el Viejo Continente. Ahora bien, la puesta en escena tuvo sus riesgos teniendo en cuenta que jugaron de visitante. No como Argentina en Qatar. No obstante, la respuesta de los franceses no fue la que podían temer.
“La gente se paró a vernos y no a insultar. Nos sorprendió la buena onda. Nos pidieron muchas fotos y gritaban por Messi”, cuenta Santiago. Ni el hecho del epílogo tormentoso de la era de la Pulga en el PSG hizo mella y el “plagio” del gol de Di María terminó contando con un público amable. Pero los videos que hicieron furor en las redes pueden sumar nuevas versiones. Es que los amigos planifican viajar al Mundial de Estados Unidos, México y Canadá 2026 en una casa rodante para unir los puntos en los que se presente la selección argentina. Y quién dice que Messi (si decide jugarlo a los 39 años) y compañía no les regalen otra perla para imitar en los sitios más inverosímiles y hasta la eternidad.
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