Política

Agustín Laje: “Javier Milei expresa un cambio radical, un regreso al que se vayan todos”

El politólogo Agustín Laje aseguró que Javier Milei expresa “un cambio radical y un regreso al que se vayan todos” de principios de siglo. El escritor también destacó que el líder libertario consiguió, antes del resultado electoral, “un éxito en la batalla cultural” que corrió a todo el arco político hacia la derecha. Y puso como ejemplo de ese estado de cosas a que “ningún candidato está haciendo campaña con discursos feministas ni de género”.

“Milei ha tenido éxito en su batalla cultural de una forma innegable, hasta el punto de que todo el arco político ha tenido que girar hacia su discurso, le guste o no le guste. Y en el aspecto político electoral, las PASO han mostrado a las claras que puede ganar en octubre”, aseguró en una entrevista con Infobae.

El autor de los libros La Generación idiota. Una crítica al adolescentrismo y Batalla cultural: Reflexiones críticas para una nueva derecha, destacó como ejemplo de esa victoria ideológica que “no hay ningún político en campaña haciéndose el simpático porque habla con lenguaje inclusivo; nada de eso existe en el discurso político actual de cara a pedir votos”.

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Javier Milei, candidato presidencial de la coalición La Libertad Avanza.
(foto Adrián Escandar)

“La derecha se volvió revolucionaria y la izquierda, conservadora”, aseguró el politólogo, en una entrevista por videoconferencia desde España. Y se refirió a la coyuntura electoral de la Argentina, donde el Milei tendrá un papel central, debido a que competirá contra Unión por la Patria y Juntos por el Cambio.

Para el escritor, que se reivindica como amigo del líder libertario y tiene una intensa actividad en redes sociales, “Argentina va a tener un problema de gobernabilidad gane quien gane las elecciones este año”, debido a que ninguna de las fuerzas tendrá, según su opinión, mayoría propia en el Congreso.

Laje advirtió que “el peronismo es una fuerza antidemocrática porque solamente acepta la democracia cuando él mismo gobierna. Mueven a los piqueteros, a los movimientos sociales y puede barrer un gobierno como hicieron a inicios de este siglo. Javier Milei va a tener que lidiar en las calles contra las turbas organizadas que responden a un movimiento político”.

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La entrevista a Agustín Laje

-¿Qué significa Javier Milei para la Argentina y esta victoria que tuvo en las PASO?

-Javier Milei significa en este momento un cambio radical. Un regreso de alguna manera al que se vayan todos que, sin embargo, ha sido vehiculizado por una figura carismática, con ideas ciertamente radicales, que plantean un cambio ya no solamente al nivel de las siglas, de las formas, ya no al nivel del nombre que le ponemos a las coaliciones políticas que en Argentina cambian a cada rato, sino que lo que implica Milei es un cambio en la filosofía política que informa el sentido común de los argentinos. Este es el dato fundamental para mí, en un sentido más hondo de la cuestión.

Hace décadas la Argentina viene estableciendo el sentido común un tipo de filosofía política que se basa en lo que damos en llamar justicia social y derechos sociales y colectivos. La filosofía política que está detrás de Javier Milei es una radicalmente opuesta, que cree en derechos individuales y en un Estado que solamente garantice derechos a la vida, la libertad y a la propiedad.

En este sentido ha sido tan fuerte la batalla cultural que dio Javier Milei que si lo miramos de cerca ni siquiera los sectores peronistas se animan mucho ya a hablar de justicia social. La legitimidad del Estado ya no pasa en la Argentina por lo que se llamaba justicia social, sino que empieza a pasar por la variable de la libertad individual y ese es el cambio más profundo que representa Milei.

-Quiero que abordemos el término de casta. ¿Qué significa casta? ¿Quiénes son?

-Que la casta no tenga una definición exhaustiva es lo que le da tanta potencia política. El discurso político de Milei es en algún sentido schmittiano. Carl Schmitt, un filósofo jurídico alemán, conceptualizó lo político como una lógica que enfrenta amigos y enemigos. A diferencia de Juntos por el Cambio, que ha venido en los últimos años hablando de cerrar la grieta, la política discursiva de Milei ha sido nombrar al enemigo del pueblo.

Ahí se conforma un discurso populista, al revés del populismo de izquierdas: el pueblo frente a la casta. ¿Y qué es la casta? Todo lo que quepa ahí en tanto que se nos presenta como antipueblo. Son los que viven de los demás, son los que le chupan la sangre al que paga impuestos, es el que parasita directamente desde la política, pero también es el parásito del parásito.

Por ejemplo, el concepto casta, precisamente porque no tiene las fronteras perfectamente delimitadas, permite hablar ya no solamente de una casta política, sino de una casta periodística, que funciona parasitando al parásito de los parásitos, que es el Estado. Incluso podés hablar de una casta farandulera: estos artistas que parasitan al Estado con sus festivales públicos y que cobran inmensas fortunas del Estado argentino, son también parte de ese conglomerado que se puede llamar la casta política.

Eso a Javier Milei le ha permitido colocar dentro de una misma bolsa al kirchnerismo, a Juntos por el Cambio, a los periodistas que se asocian con determinados partidos políticos, a los artistas que militan determinadas fórmulas políticas. Es un término muy amplio no se puede definir de una manera exhaustiva. En términos muy generales serían aquellos que viven del esfuerzo de los demás.

-Con una definición tan laxa puede ser, entonces, “los que no están conmigo, los que están en mi contra”.

-Justamente, lo que se trata de hacer con esas definiciones laxas y amplias es poder irlas acomodando a las circunstancias políticas. Hubo una época donde la prensa no consideraba realmente a Milei una amenaza política real y era más bien un factor de incremento del rating para muchos canales. Y después, cuando empezaba a crecer políticamente, la prensa misma que antes acariciaba la melena de Milei se le puso en contra en un solo segundo. Ahí esa casta engloba también a esos periodistas que revelan un interés político atrás de lo que hacen. La fortaleza del término casta se da precisamente en que no está especificada a ultranza, sino que sus fronteras son móviles.

Y en política, los conceptos políticos tienen fronteras móviles. El concepto de pueblo, que es el concepto más importante de la democracia moderna, es un concepto con fronteras totalmente móviles. El concepto de casta viene a reemplazar el concepto de lo que podríamos llamar al “antipueblo”. Incluso, el concepto de casta se puede usar de un lado u otro. Esta entrevista la estoy dando desde España y en España ha sido la izquierda la que ha hablado de casta política. Son significantes vacíos que se adecuan de un sentido u otro según el contexto nacional de que se trate.

-¿Cree que esta irrupción primero en los medios y ahora en la política con tanta fuerza es el principio de algo o es la maduración de algo que venía y que va a terminar decantando en algo nuevo?

-Es una etapa intermedia. Concibo la carrera de Javier Milei en términos de distintas fases. Hace ya muchos años, un grupo de argentinos nos lanzamos a lo que llamamos “la batalla cultural”. Que en verdad no es una originalidad nuestra, sino que la batalla cultural fue un término que se apropió el propio kirchnerismo del viejo grascismo.

Cristina Kirchner estaba muy obsesionada con la idea de una batalla cultural, la gente del viejo 678 también, cada dos por tres hablaban de batalla cultural. Carta Abierta hablaba de batalla cultural, los intelectuales kirchneristas en general tenían la conciencia de estar dando una batalla cultural. Y en ese contexto empezamos a aparecer -y me incluyo dentro de ese grupo- distintos actores de la sociedad civil, que intentamos contrarrestar esa batalla cultural dando nuestra propia batalla cultural. En ese contexto aparece Milei. Pero Milei, además, se transforma en un personaje mediático, a diferencia del resto de los que estábamos en estas cosas, que somos más bien personajes de redes sociales.

A Milei le ponen el ojo los grandes medios de prensa. Eso le permite ser conocido ampliamente y él, con una conciencia de estar dando una batalla cultural, en un momento determinado dice “bueno, muchachos, esto ya está creciendo, ya el árbol creció y está empezando a dar frutos, tenemos que ir a recogerlos”. Esa es la segunda fase, la batalla electoral.

Después de dar esa batalla cultural e intentar movilizar a la opinión pública hacia la derecha, Milei dice “vamos a recoger frutos”. Arma su espacio político y hoy está recogiendo esos frutos. Es un momento intermedio, el momento que podremos llamar la tercera fase sería su rol ya como político electo, como jefe de Estado argentino. Este es un término intermedio. Ha tenido éxito en su batalla cultural de una forma innegable hasta el punto de que todo el arco político ha tenido que girar hacia el discurso de Milei, le guste o no le guste, Y en el aspecto político electoral, las PASO han mostrado a las claras que puede ganar en octubre. Ahora hay que ver luego si puede gobernar, que esa sería la tercera fase.

Feria del Libro 2022 -Presentación libro "La batalla cultural", de Agustín Laje
Agustín Laje estuvo el año pasado en la Feria del Libro junto a Javier Milei ((c)Luciano Gonzalez/)

-Milei recogió lo que estaba en la gente o él está promoviendo un cambio distinto del que la gente estaba dispuesta a aceptar.

-Ese es el punto. En batalla cultural vos tratás de promover ideas, e ir cambiando la opinión pública. Ir moldeando la opinión pública. La gente se enteró masivamente de algo llamado libertarismo a partir de Javier Milei, y empezó a cuestionar cosas que eran incuestionables en la Argentina, como la idea de justicia social, la idea de la redistribución de la riqueza, la idea del Estado presente. Eran todos slogans políticos que resultaban incluso incuestionables para Juntos por el Cambio.

Por eso Juntos por el Cambio es un cambio meramente político, pero no ideológico. Lo que hace Milei es crear un cambio ideológico para después generar un cambio político. Y esto es muy importante, es una cuestión de orden: Milei generó un cambio ideológico y después va a generar un cambio político. Juntos por el Cambio genera un cambio político, sin generar cambio ideológico y por eso es que Macri nunca dominó culturalmente. Nunca lo entendieron, era un gobierno tecnocrático, un gobierno que no tenía relato, un gobierno que no tenía intelectuales, un gobierno que no tenía este épica.

-Milei está planteando una serie de reformas, un plan de 35 años. ¿Se empezaron a ablandar las propuestas iniciales de Javier Milei en función de las necesidades políticas?

-No, creo que siempre ha dicho lo mismo, que se necesitan 35 años. Siempre lo ha dicho desde que está en campaña electoral, desde que tiene que decir cómo hacemos esto. “No vamos a mentir, necesitamos 35 años”, dice. Lo cual es totalmente antipolítico. Lejos de hacerle un favor político decir que se necesitan más de tres décadas para acomodar el país, es algo que ningún asesor político le diría a un cliente político jamás, porque asustás a la gente. Decir “necesito 35 años”, muchos de los que vamos a votar van a estar muertos dentro de esa cantidad de tiempo. No es un relato acomodado a necesidades políticas, sino algo que tiene que ver con la forma de ser de Javier Milei -que soy amigo desde hace varios años y lo conozco muy bien- que es su honestidad.

Es un tipo que no está elucubrando a ver qué tipo de discurso le conviene más o le conviene menos. El otro día Fantino le hizo una entrevista y Milei dijo que pensaba llamar a referéndum por la ley de aborto. Y Fantino le dice “mirá, yo como amigo, Javier, te recomiendo que no digas eso porque políticamente no te conviene”. Y Javier Milei dice “es que lo tengo que decir porque yo soy celeste y porque la gente tiene que saber lo que voy a hacer”. En ese sentido, no es comparable a Menem. Están constantemente comparando a ambas figuras y no es correcto, porque Menem hizo todo lo contrario, dijo que iba a hacer algo que no hizo, hizo todo lo contrario de lo que dijo que iba a hacer. En este caso, él te está diciendo exactamente lo que va a hacer y hasta el punto que te dice “miren, para arreglar esto necesitamos más de tres décadas”, con lo cual no creo que sea un acomodamiento a las necesidades electorales.

-Lo preguntaba porque había planteado en su momento una dolarización, el cierre del Banco Central, Aerolíneas Argentinas, cerrar ministerios y ajustar. Ahora está diciendo que para tomar esas medidas necesita tiempo. Por eso preguntaba si el sistema estaba “domesticando al león”.

-No creo. La última entrevista que vi tiene dos días y hace dos días repitió en la prensa que él va a darle Aerolíneas Argentinas a sus empleados y que la gestionen. Y que si pueden hacer negocio que lo hagan y si el negocio no les da, tendrá que cerrar Aerolíneas Argentinas como cualquier otra empresa.

-Dijo que va a seguir financiando, al menos por un año.

-Sí, pero sería dentro de sus primeros cuatro años. No sería de segunda generación. El caso de la dolarización sería dentro de las reformas de primera generación, pero que para hacerla necesitás, antes, reducir el déficit fiscal, necesitás reacomodar las cuentas del Estado. Necesitás sacar ministerios. El video donde Javier sale sacando todos estos stickers con los nombres de los ministerios no es muy viejo. Tiene 10 días, 12 días, 14 días como máximo.

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Javier Milei planteó que si es presidente el Estado no va a seguir financiando a Aerolíneas Argentinas

-Si se dice que de los 18 ministerios van a quedar ocho y que a la gente la van a reacomodar en los ministerios que queden ¿se está cambiando poco para no cambiar nada?

-Según entiendo quedarían ocho ministerios en Argentina y habría un recorte importante. No veo a Milei intentando otra cosa más que achicar al Estado, porque sino se habría metido en todo esto en vano. Milei no tiene nada que ganar personalmente haciendo estas cosas. No creo que él tenga alma de político, en el sentido de esa gente que está buscando el poder, porque sino podría haber empezado mucho antes y hacerlo de una manera mucho más cómoda.

Si el tipo no se mete a hacer lo que está diciendo que va a hacer, entonces todo este esfuerzo es en vano, y conociéndolo personalmente, no lo veo no haciendo todo esto que dice.

-¿Está en condiciones Argentina de tener un presidente como Milei y que las ideas que plantea Milei se lleven a la práctica?

-Argentina si de algo no tiene condiciones es para seguir el rumbo que tenemos. Estaba viendo una encuesta muy interesante del Observatorio de Psicología Social Aplicada de la UBA. Es nacional, tiene casi 4.500 casos, nivel de confianza del 95%. Es una encuesta seria. Es muy interesante porque más del 50% de los argentinos están pidiendo un cambio político y económico drástico o un cambio político-económico moderado es decir más de la mitad del país se identifica con la idea de que acá algo tiene que cambiar. Ahora cuando vos comparás los que dicen que el cambio tiene que ser radical, de los que dicen que el cambio tiene que ser moderado, son mucho más los que dicen “radical”. A esa es a la gente a la que está llevando adelante y está entusiasmando Javier Milei.

Hay un consenso de que Argentina no solamente quiere un cambio -que es lo que nos vendieron en el año 2015- sino que, a diferencia del cambio del 2015, este cambio tiene que ser radical. Y están dadas las condiciones para que ese cambio radical reciba apoyo masivo: más de la mitad del país, que es un número muy importante en democracia, estaría apoyando un cambio significativo. ¿Por qué? Porque ya hay consenso de que las cosas como están no pueden seguir. El gran capital político que tenía Juntos por el Cambio que era la idea del cambio se le desmoronó después de las PASO, cuando la señora Bullrich se convirtió en una mala copia de aquel que se convirtió en la verdadera alternativa de un cambio radical, que la gente no lo consideraba demasiado, en principio, porque estaba la idea de que no podía ganar.

Es más, creo que ni él se imaginaba sacar 30 puntos, ni en su equipo se imaginaba esto último. Ahora Milei tiene ‘momentum’ y hay mucha gente entusiasmada con la idea de que acá las cosas tienen que cambiar radicalmente, pues el pueblo argentino tendrá que apoyar y aguantarse las medidas.

-¿Qué significa eso aguantarse las medidas?

-Porque hay que cerrar ministerios, hay que reformar el sector público, hay que dolarizar, hay que cerrar el Banco Central, son medidas económicas que tienen impactos. Tenés que cambiar, por ejemplo, en el caso de la educación: muchos maestros se van a tener que acostumbrar a que los evalúen, por ejemplo, cosa que hoy no se puede hacer. Las escuelas van a tener que salir a competir en el mercado por vouchers que va a estar asignados por el Estado. Hay que apoyar un cambio integral donde las cosas, van a funcionar de una manera que no acostumbramos en Argentina. Vamos a tener que acostumbrarnos a nuevas condiciones.

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Javier Milei planteó que va a llamar a un referéndum por la derogación del aborto (foto Adrián Escandar)

-¿Es posible aplicar un sistema de vouchers en el interior de la provincia de Buenos Aires, en Tilcara, en el interior de Santiago del Estero, en el Impenetrable del Chaco?

-Esa respuesta te la tienen que dar los técnicos que se ocupan de ese asunto. No he hecho el análisis técnico sobre en qué zonas las variables estarían dadas o no para aplicarlo. El sistema de voucher sería simplemente cambiar el sentido del dinero público en educación. En vez de dárselo a la escuela, se lo das a las familias para que escojan ellos a qué escuela quieren mandar a sus hijos. Estos sectores que mencionás estoy bastante seguro de que el modelo actual tampoco debe estar funcionando muy bien.

-Menciono un colegio con buenas referencias, como el Nacional Buenos Aires. Tiene vacantes limitadas. ¿El sistema de vouchers es eficaz como para poder cumplir ese criterio de cuanta más demanda tenga un colegio mejor va a funcionar?

-Si hay mucha más gente queriendo entrar en esos colegios significa que mucho más dinero que el actual va a ingresar en esos colegios y significa que vas a poder construir nuevas aulas, nuevos edificios, ampliar la cantidad de cursos. No dejaría la ecuación de que las vacantes se vayan a mantener exactamente igual. Esto es como una empresa: cuando tu kiosco empieza a funcionar, ponés otro en la otra esquina y otro en la otra. Es un mecanismo de mercado.

-El tema es el proceso.

-Claro, es que esto lleva tiempo, no es algo que se puede hacer de un día para otro y la gente se tiene que acostumbrar a otro modelo.

"La batalla cultural", de Agustín Laje
"La batalla cultural", de Agustín Laje

-Cómo se vincula el tema de la ideología de género y el tema del feminismo con este resultado de Milei Presidente?

-La batalla cultural ha sido tan beneficiosa, que fijate que no hay ninguna fuerza política que esté hablando a favor de estos temas. No hay un discurso feminista ni de género en el espacio de Massa, no lo hay en el espacio de Bullrich, no hay ningún político en campaña haciéndose el simpático porque habla con lenguaje inclusivo, como si ocurrió en el año 2019, donde incluso había había que sacarse una foto con el pañuelo verde. Donde había que integrar al feminismo militante dentro de las plataformas. Hoy nada de eso existe en el discurso político actual de cara a pedir votos.

-Ustedes vencieron con este discurso.

-En una batalla cultural nunca se gana al 100%. Siempre la batalla queda abierta a que tu enemigo contrarreste. Nunca diría “vencimos”, yo diría que hemos restablecido un poco de sentido común en lo que fue el desquicio del feminismo radical y de la teoría de género en la Argentina, al punto que al votante todo eso se ve que lo desprecia bastante, porque los políticos han sido llamados a guardar silencio.

El único que no guarda silencio es Javier Milei y su vicepresidente Victoria Villarruel que en las entrevistas dicen claramente que el Ministerio de la Mujer lo van a cerrar y que van a sacar lo que se llama ESI (Educación Sexual Integral). Y que incluso te van a generar un referéndum sobre el aborto.

-¿Cómo se compatibiliza esta idea de ser libertario liberal y estar en contra del aborto?

-Dentro del mundo libertario hay una corriente que está a favor del aborto y hay otra que está en contra, no es una rareza de Milei. El político libertario más importante de la historia de Estados Unidos, Ron Paul, es un médico a favor de la vida y en contra del aborto. Ha asemejado la industria del aborto con campos de concentración nazi. Por otro lado, los libertarios que están en contra del aborto están en contra porque entienden que el primer derecho de todos es el derecho a continuar viviendo, sin el derecho a continuar viviendo el derecho a la libertad individual cae en abstracto y en la medida en que el ser humano en situación de estar siendo gestado ya vive, ya es parte de la especie humana. El libertario a favor de la vida le asigna el derecho a la vida, o sea, el derecho a seguir viviendo ¿el aborto que sería? Sería matar la vida del ser humano en gestación y por lo tanto eso violentaría uno de los tres derechos fundamentales el de la vida, la libertad, y a tus bienes privados. En el caso de Javier Milei él se apega a ciencias como la genética, por ejemplo, que encuentran que ahí ya hay una entidad que es parte de la especie humana.

-Hay algo que está por arriba de la libertad.

-Exactamente, es el derecho a vivir.

-También quiero abordar el concepto de superioridad moral.

-Hay una corriente libertaria que es la “randiana”, Javier Milei no diría que es randiano. Ese término viene por la filósofa rusa-estadounidense Ayn Rand, muy conocida por sus novelas. Ayn Rand establece la idea de que el libertarismo, que ella le llama en su propia filosofía “objetivismo”, es moralmente superior porque establece una premisa superior para la convivencia humana que es el principio de no agresión.

El principio de no agresión es la idea de que nadie tiene derecho a iniciar la fuerza contra un inocente. Esa es la base ética del libertarismo. Por eso cuando Milei dice “somos superior moralmente” a lo que se refiere es que filósofos como Rand o filósofos en la otra esquina del ámbito libertario como Rothbard establecen éticamente la idea de que nadie tiene derecho a iniciar la fuerza contra otro ser humano inocente. Eso a uno lo volvería mejor moralmente.

-Pasemos de la teoría política a las praxis. Elecciones, campaña. Hay dudas sobre la estabilidad y la capacidad de generar gobernabilidad de Javier Milei.

-La Argentina va a tener un problema de gobernabilidad gane quien gane este año. Se está diciendo ¿cómo va a gobernar Milei si no controla el Congreso? Cuidado, porque el año que viene no va a controlar nadie el Congreso. Si Juntos por el Cambio gana, la señora Bullrich gana: hoy Juntos por el Cambio tiene 116 diputados. Se renuevan 130 bancas. Si los resultados dan como en las PASO, más o menos, Juntos por el Cambio se quedaría con 105, no tiene quórum. El kirchnerismo va a ser el gran derrotado en el Poder Legislativo. El kirchnerismo -que tiene hoy 118 bancas- si los resultados más o menos son similares a las PASO bajaría a 91.

Todos van a tener que negociar. Cuando cuando Macri intercambia guiños con Milei, porque esto es un ida y vuelta, y por eso se enojan tanto dentro de Juntos por el Cambio, no es que le esté haciendo un favor a Milei. Es que también se está dando cuenta de esto. Plantea “oigan, a partir del año que viene, si nosotros ganamos, mejor que nos llevemos bien con estos tipos”. Y Milei, cuando le guiña a Macri, está probablemente pensando lo mismo. Ahora la diferencia fuera del ámbito del Poder Legislativo va a ser con gobernadores, es cierto. La Libertad Avanza es un partido totalmente nuevo. ¿Qué tiene, un año y medio, dos años? Ahí sí hay un diferencial respecto de otros partidos políticos y es que no tenés gobernadores.

Por otra parte, el peronismo es una fuerza antidemocrática porque solamente acepta la democracia cuando él mismo gobierna. Mueven a los piqueteros, a los movimientos sociales, puede barrer un gobierno como hicieron a inicios de este siglo. Entonces Javier Milei también va a tener que lidiar en las calles contra las turbas organizadas que responden a un movimiento político. Eso va a generar choques, claro.

-Hay corporaciones que están advirtiendo que un gobierno de Milei no va a ser un gobierno fácil.

-Sí, hay muchos intereses en juego, por eso vuelvo al inicio, ¿qué es la casta política? son límites y fronteras muy amplias. Otro actor son los empresarios prebendarios, como les llama él. Los empresarios que deben su fortuna a su vinculación con el Estado o sea, con los políticos. Ahí te entran también los sindicalistas y acá las reformas serían en principio, si es que se logran hacer -siempre hay que poner ese “si”, ese condicional- es que si se logran hacer, serían reformas revolucionarias.

Estamos frente a una situación muy interesante, que es que la derecha se volvió revolucionaria y la izquierda se volvió conservadora. Fíjate, qué interesante lo que se está viviendo en este momento es una revolución. Vuelvo al inicio otra vez: es una revolución al nivel de la filosofía política que trastoca todos los intereses establecidos que están por fuera del ciudadano normal, del ciudadano medio, del ciudadano que labura, que respeta a su entorno, a su vecino, a su ciudad, el ciudadano que paga impuestos. Todo el resto de ese entorno tiene intereses que van a estar muy complicados bajo un gobierno de Javier MIlei. Y ahí se va a dar una puja y hay que ver quién gana, si el sistema establecido o una política revolucionaria que va por derechas en este caso, una anomalía se supone para la ciencia política.

– Javier Milei supo encontrar caminos para comunicarse con la gente, demostró inteligencia y audacia. Ahora, ¿es capaz de moderarse, de girar al centro, de dialogar o de encontrar espacios de negociación?

-Separaría las formas del contenido. En términos de formas es totalmente capaz de moderarse. El día del discurso cuando él gana las PASO yo si tuviera que seguir el relato de que Milei es un psicópata, un loco, un violento y un desquiciado -que es el relato que se ha impuesto- tendría que haber visto un tipo eufórico en una manera desmedida y lo que vimos fue el Milei más mesurado de todos cuando ganó. Eso es todo un mensaje en términos de formas. Es “no me juzgues por mis formas”. Ahora respecto al contenido, ahí la cosa es un poco más rígida, porque Milei está en política tratando de que lo voten por sus ideas políticas a diferencia del resto de los candidatos que van acomodando sus ideas de acuerdo a lo que sus asesores le dicen o las encuestadoras les dicen. En democracia se supone que uno tiene que decirle la verdad al que te vota y el que te vota hoy está considerando como gran virtud de Milei su honestidad. La gente lo ve como un tipo honesto, en el marco de un fango político, donde el descreimiento en los políticos pasa por la idea de que los políticos son todos mitómanos. Ahí también hay un cambio grande.

Generación idiota de Agustín Laje / Grupo Penta
Generación idiota, el libro de Agustín Laje / Grupo Penta

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