El bloqueo infinito de Rodrygo, el joven que ‘perdió’ el gol
Allá por el año 2007, Gonzalo Higuaín, exdelantero argentino, vivía angustiado en sus primeros meses en el Real Madrid. El atacante, entonces un adolescente recién llegado a la élite del fútbol europeo desde River Plate, sentía sobre sus hombros la presión del gol. En un entorno de máxima presión, al Pipita le costaba horrores ver puerta y el ruido empezaba a crecer. Un día, en el vestuario, le cogió por banda Ruud Van Nistelrooy, uno de los grandes delanteros de las últimas décadas, y le hizo una curiosa comparación sobre el oficio del goleador en un intento por tranquilizarle. El holandés le explicó que los goles eran como el kétchup, que a veces, por mucho que se intente, no salen, y otras, cuando se abre la veda, llegan de golpe. En ese pegote impenetrable vive ahora mismo Rodrygo Goes. El joven brasileño del Real Madrid está atrapado en un bloqueo anotador del que no es capaz de escapar.
Esta temporada, Rodrygo solo ha visto puerta en una ocasión, en el estreno liguero ante el Athletic. Desde aquel partido, en el mes de agosto, acumula más de 900 minutos sin celebrar, una situación desconocida para un chico que en sus primeros años de blanco se ganó el apodo de Rodrygol. Y con todo merecimiento. El brasileño tenía una relación especial con el gol: convertía en oro prácticamente todo lo que tocaba. En su debut con el Madrid solo necesitó 93 segundos para anotar su primer tanto. Más impactante fue su presentación en la Champions, en la que se estrenó con un triplete.
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