Después de acordar con Milei y partir a la oposición, Macri activa su plan B en las elecciones en Boca Juniors
La noche de la debacle electoral de Juntos por el Cambio, el domingo último, entre la dirigencia del PRO y de la extinta coalición opositora se preguntaban cuánto tardaría Mauricio Macri en apoyar a Javier Milei de cara al balotaje. Con el interrogante despejado -en menos de 48 horas el ex presidente recibió en su casa de Acasusso al candidato libertario y cerró un acuerdo unilateral para la segunda vuelta que hizo estallar por el aire al PRO y a Juntos por el Cambio-, en parte del universo macrista siguen ahora con atención los movimientos del ex jefe de Estado en el otro rubro que lo desvela, el fútbol, y en particular Boca Juniors.
Macri está decidido a jugar a fondo en las elecciones del club xeneize del próximo sábado 2 de diciembre, pero la profundidad de su participación dependerá de la suerte de Boca en la final de la Copa Libertadores del 4 de noviembre en el estadio Maracaná de Río de Janeiro. Según pudo saber Infobae de fuentes cercanas, el ex presidente será candidato a vicepresidente en la lista de Andrés Ibarra si el equipo dirigido por Jorge Almirón cae frente al Fluminense.
En el macrismo boquense están convencidos de que las chances de volver a tomar las riendas del club son escasísimas si Boca no gana la final de una copa que el club no obtiene desde el 2007. En ese caso, no está definido cuál será el rol de Macri en el proceso electoral que, de no mediar imprevistos, Juan Román Riquelme, el líder de la institución en los hechos, debería sortear sin despeinarse.
El ex presidente, sin embargo, tiene una obsesión por Boca, y está dispuesto a hacer lo que sea para recuperar el club en el que desembarcó a mediados de los ‘90 y que lo catapultó primero a la Jefatura de Gobierno porteño y después a la Presidencia.
Es que, a su enemistad manifiesta con Riquelme, a Macri se le sumó ahora un condimento extra: las elecciones están convocadas para dos semanas después del balotaje, y es conocido el vínculo de Riquelme con el ministro Sergio Massa, tal vez el dirigente más detestado por el ex presidente. Macri no esperó ni 72 horas para anunciar a través de Patricia Bullrich su adhesión a Milei no solo por su aversión hacia el kirchnerismo y sus coqueteos con La Libertad Avanza, si no también por ese manifiesto enfrentamiento con el candidato a presidente de Unión por la Patria.
Riquelme aún no decidió quién será el candidato a presidente del oficialismo. Pero en Boca se menciona una activa colaboración del ministro de Economía para esa campaña.
Este viernes, Macri tenía previsto romper el silencio y manifestar públicamente su apoyo al candidato libertario después de un tsunami que arrasó con el PRO, que partió a JxC y que revolucionó al radicalismo tras el acuerdo sellado entre el ex mandatario y Bullrich, y Milei.
El ex jefe de Estado no prevé viajar a Río de Janeiro para la final de la Libertadores. Prefiere mantenerse al margen, y esperar el resultado para decidir su estrategia y definir el lugar desde el cual participará en las elecciones junto a Ibarra, su ex ministro de Modernización y el candidato a presidente del club al que respaldó y que consiguió popularizar en las encuestas de la oposición por encima de los otros postulantes, en gran medida por ese apoyo macrista. Ibarra hace equilibrio entre Macri y Daniel Angelici, el otro ex presidente xeneize que hace rato no pisa el club y que también colabora con la lista opositora.
La estrategia macrista en Boca incluye, como publicó este medio el mes pasado, la eventual judicialización de la incorporación de algo más de 10.000 socios por parte de Riquelme, una movida cuestionada por la oposición xeneize por supuestas irregularidades en el proceso de adhesión.
El ex presidente atraviesa días de creciente incertidumbre de cara a su futuro. En la quebrada coalición opositora están sorprendidos por la urgencia con la que selló el acuerdo con Milei anunciado el miércoles en conferencia de prensa por Bullrich, que no solo dinamitó al PRO y a JxC, si no que confirmó todas las sospechas en torno a los coqueteos con el economista de LLA de los últimos meses que desesperaron a la propia ex ministra de Seguridad en medio de la campaña.
A Macri, el balotaje del 19 de noviembre lo preocupa seriamente: sabe que un triunfo de Massa puede empezar a enterrar su liderazgo y a dejarlo solo como un dirigente de consulta de un sector del PRO con injerencia en la administración de su primo Jorge, a poco de asumir la Jefatura de Gobierno de la Ciudad. El triunfo de Milei, por el contrario, lo pondría nuevamente en el centro de la escena, pero lo obligaría a hacerse cargo de coparticipar en la gestión política de un hipotético gobierno de LLA, que carece de cuadros técnicos para llenar el Estado.
El ex jefe de Estado sigue con especial atención el Senado que viene: en los últimos días conversó con dirigentes amigos su interés, por ejemplo, por el eventual nombramiento del próximo procurador. La Justicia siempre lo atrajo particularmente.
En el caso de Boca, su futuro empezará a delinearse en poco más de una semana.