Falsificó su identidad, se nacionalizó qatarí y fue perseguido por la Justicia: la historia de Emerson Sheik, ex verdugo de Boca en la Libertadores
A más de un hincha de Boca le traerá un mal recuerdo recordar a aquel delantero bajito del Corinthians que le arruinó la final de la Libertadores 2012. Aquel 4 de julio en el estadio Pacaembú de San Pablo, el Timao se consagró campeón de América frente al Xeneize por el doblete de Emerson Sheik, un brasileño con una particular historia detrás. La falsificación de sus documentos para triunfar en el fútbol, la nacionalización qatarí que fue revocada por la FIFA, las acusaciones por lavado de dinero y contrabando y una pésima racha deportiva en el epílogo de su carrera.
En 1996, su madre falsificó su partida de nacimiento y Marcio Passos de Albuquerque, nacido el 6 de diciembre de 1978, pasó a llamarse Marcio Emerson Passos, con natalicio en el 6 de septiembre de 1981. Las crónicas y noticias publicadas en Brasil confirman que el cambio de identidad fue cuando tenía 18 años y pasó a tener 15, aunque tras su retiro el propio Emerson aseguró que todo sucedió cuando tenía 15 para 13. Lo cierto es que su familia no tenía un buen pasar en Nova Iguaçu, ciudad de Río de Janeiro con graves problemas de seguridad, alto índice de criminalidad y violencia, y allí fue cuando lo reclutaron en las inferiores del San Pablo.
Emerson cautivó a todos jugando con chicos de entre dos y tres años menos que él, aunque lógicamente sus cualidades físicas y técnicas se equipararon al llegar a tener edad de profesional. La estadística marca que disputó 11 partidos y convirtió dos goles entre 1998 y 1999 con el cuadro paulista, antes de mudarse a Japón y hacer carrera allí. Marcio Passos se convirtió rápidamente en una de las estrellas del fútbol asiático: marcó 31 goles en 34 partidos en el Consadole Sapporo en su primer año, 19 goles en 18 partidos en Kawasaki Frontale en el segundo, y nada menos que 71 tantos en 100 partidos con el Urawa Red Diamonds desde 2001 hasta 2005.
Lejos de su Brasil natal, Emerson se hizo un nombre en el mundo del fútbol con la marca registrada del fútbol sudamericano. En una época en la que Qatar empezó a dar sus primeros grandes pasos con el deporte, fue fichado por el Al-Sadd, donde volvió a tener un muy buen registro goleador. Su paso por el Rennes francés fue frustrante: jugó apenas tres encuentros en la temporada 2007/2008 antes de retornar al club qatarí. Tan buena había sido la impresión que causó en Medio Oriente, que los jeques lo nacionalizaron y llegó a jugar tres partidos oficiales con la selección de Qatar. ¿Por qué no continuó?
Sus dudosos registros en suelo brasileño, donde inclusive disputó un puñado de juegos con la Sub 20 de Brasil en 1999, fueron descubiertos por la FIFA, que le prohibió volver a ponerse la camiseta nacional qatarí luego de un par de amistosos y un cotejo oficial por Eliminatorias de cara al Mundial de Sudáfrica 2010. Ese no fue su primer incidente con la Justicia, ya que en 2006 había sido demorado en un aeropuerto y obligado a pagar más de 50 mil dólares para no quedar en prisión. Todo por la documentación de misteriosa procedencia.
En 2009, tras un año con casi nula participación en Al-Sadd, fue repatriado por el Brasileirao. Flamengo le abrió las puertas y fue alternativa de ataque al Emperador Adriano, que resultó máximo artillero junto a Diego Tardelli (Atlético Mineiro) con 19 goles. El Fla ese año ganó el campeonato nacional, estadual y la Taça de Río. Emerson, de buena performance (9 goles sobre 20 partidos), decidió volver a Medio Oriente y firmó en Al-Ain de Emiratos Árabes Unidos. Con 12 goles en 17 duelos, volvió a ponerse en vidriera y regresó en 2010 al rival de Flamengo de toda la vida: Fluminense, con el que fue campeón del Brasileirao.
Su estadía en el Flu fue algo tormentosa por otro roce con la Justicia: lo acusaron de contrabando y lavado de dinero, motivos por los que las autoridades de Río de Janeiro pidieron que lo encarcelaran entre 4 y 14 años. Conocido ya en ese entonces como Emerson Sheik, identificado por su pasado en Medio Oriente, lo denunciaron -junto a otras 30 personas, entre las que se hallaba su compañero de equipo Diguinho- por la compra ilícita de una camioneta importada de Estados Unidos. Se excusó asegurando que la mafia fue quien le trajo el coche desde Norteamérica y que, para no tener inconvenientes, lo vendió a un taller. Nuevas pruebas dejaron en evidencia que el delantero sabía de la fraudulencia del vehículo y desde ese episodio tiene que pedir permiso cada vez que sale de Brasil.
Para 2011 fue fichado por Corinthians, donde consiguió el récord de levantar el trofeo del Brasileirao por tercer año consecutivo con tres equipos diferentes. Emerson Sheik supo separar los problemas privados de la cancha y le rindió por demás al equipo de Tite, a quien considera un padre futbolístico y uno de los mejores entrenadores que tuvo en la carrera. Aquel poderoso Timao se clasificó sin problemas a los octavos de final de la Libertadores 2012 y terminó invicto en la zona que compartió con Cruz Azul de México, Nacional de Paraguay y Deportivo Táchira de Venezuela. En octavos, se deshizo fácilmente de Emelec de Ecuador y más tarde superó por la mínima a sus coterráneos Vasco da Gama y Santos. La final fue contra Boca, todavía a doble partido.
Tuvo una discreta actuación en la ida, que se llevó a cabo en La Bombonera, pero descolló en la revancha. En el medio, le apuntó a Juan Román Riquelme por algunas quejas que el ídolo xeneize había tenido con el árbitro chileno Enrique Osses que había dirigido en el primer match: “Riquelme es un crack, pero que se dedique a jugar y deje al árbitro hacer su trabajo. Quien vive de su boca y habla mucho es cantor. Yo vivo de mis pies, yo juego”. Y eso no fue todo, porque elevó la temperatura antes del desquite en el Pacaembú de San Pablo: “Vengo de la favela y no le tengo miedo a nadie… el que me conoce lo sabe bien”.
Corinthians fue más que Boca en territorio brasileño y Emerson fue la gran figura de una final, que tuvo la particularidad de ser arbitrada por el colombiano Wilmar Roldán, que estará presente en el desenlace de la actual edición de la Libertadores contra Fluminense en el Maracaná el próximo sábado 4 de noviembre. Con un doblete en el complemento, Sheik inclinó la balanza a favor de los suyos y protagonizó un duelo particular con Matías Caruzzo, quien fue amonestado por darle un patadón y recibió una mordida del brasileño en una mano. El juez colombiano estuvo a punto de expulsarlos en varias ocasiones. En plena premiación, Emerson declaró: “Estos son los partidos que me gustan. Hoy no voy a llorar, estoy feliz. Un año atrás me acusaron de cosas absurdas que yo no hice. Y esta es la prueba, soy un profesional. Ustedes erraron conmigo y hoy soy campeón de la Libertadores”.
Todavía le restaría la frutilla del postre al 2012 de Emerson y todo Corinthians: la victoria en el Mundial de Clubes contra el Chelsea de Rafa Benítez. Sheik fue titular ese día en Tokio junto al peruano Paolo Guerrero, autor del 1-0 con el que el cuadro sudamericano se impuso ante el campeón de Europa. Esa noche tocó el cielo con las manos y se hizo un lugar aún mayor en la historia grande del Timao. La Recopa Sudamericana 2013 fue el último gran título que alzó el punta, que tuvo que ser cedido al Botafogo al año siguiente por pedido del entrenador Mano Menezes, quien lo separó por cuestiones disciplinarias.
Emerson Sheik afrontó la separación de su esposa y, aunque admitió que pudo haberse relajado un tanto profesionalmente en aquel tiempo, enfatizó que nunca mezcló sus asuntos personales. En Brasil se decía que abusaba de las salidas nocturnas y cambiaba de novia muy seguido. Incluso tuvo un altercado con la Confederación Brasileña de Fútbol después de hacer públicas sus quejas por un arbitraje. En 2015, Flamengo volvió a contratarlo y lentamente empezó su declive. El Fla acabó en mitad de tabla ese año y finalizó como escolta junto al Palmeiras al año siguiente. En 2017 militó en el Ponte Preta, que llegó a octavos de la Copa Sudamericana (fue eliminado por Sport Recife) y descendió a la Serie B de Brasil.
Con 40 años (reales), Corinthians le abrió las puertas otra vez cuando estaba a punto de retirarse. En 2018 fue su Last Dance. Por fase de grupos de la Libertadores, disputó uno de sus últimos partidos como profesional frente a Independiente de Avellaneda: fue victoria 2-1 del Rojo en Brasil, con tantos de Martín Benítez y Ángel Romero (en contra). Emerson ingresó al minuto 78 y, a los pocos segundos, se fue expulsado por agredir sin pelota a Juan Sánchez Miño. Registró un récord negativo en la recta final: no pudo convertir goles en sus últimos 29 partidos oficiales y disputó el último cotejo por la anteúltima jornada de un Brasileirao en el que el Timao terminó 13° en un 0-0 como local ante Chapecoense.
En la actualidad, Emerson Sheik disfruta de su tiempo libre junto a su nueva novia, una modelo y psicóloga que lo acompaña en diferentes viajes por el mundo: “Hoy estoy más cerca de mi familia y mis hijos. Tengo tiempo de disfrutar. Tengo una mentalidad completamente diferente”. Y parte de su familia es Cuta, una mona que compró hace ya años en San Pablo, luego de haber visitado a un amigo en la conocida favela Rocinha y ver que tenía una. Consiguió los permisos, la adiestró y la cuida como si fuera uno más de sus hijos.
Sobre aquella falsificación de documentos que le cambió la vida, declaró tras su retiro: “No quiero usarlo como excusa, pero tenía 15 años y era demasiado joven para tomar una decisión. En ese momento creí que sería genial tener todo lo que me faltaba y en el camino tuve esa opción para tenerlo. En San Pablo cambió completamente mi vida. Ahí comencé mi carrera”.