El rediseño de Juntos por el Cambio y el nuevo eje Macri-Milei: tensiones y contactos secretos para recomponer a la oposición
Ya comenzaron las conversaciones para recomponer Juntos por el Cambio con una impronta de centro. Es el primer efecto concreto en la coalición opositora luego del pacto de Javier Milei y Mauricio Macri que instaló un clima de fractura, aunque referentes del ala moderada de JxC le bajan el tono a las charlas reservadas y las califican de “reuniones para intensificar su afinidad”. Admiten, de todas formas, algo obvio: la fecha clave para reformular el espacio será el 20 de noviembre, el día después del balotaje. Hasta entonces, nadie muestra sus cartas y todos esperan el veredicto electoral.
Los “halcones” del PRO deslizan que larretistas, radicales, peronistas no kirchneristas y dirigentes de la Coalición Cívica mantienen reuniones en unas oficinas del barrio de Belgrano para acelerar una alianza sin la fracción mileísta del partido fundado por Mauricio Macri. Pero lo que falta para que nazca algo nuevo sería que La Libertad Avanza gane las elecciones y comience a instrumentar su acuerdo con el ex presidente. Cerca del jefe de Gobierno no lo confirman ni lo desmienten.
Macri y Patricia Bullrich, aun con sus diferencias y algunos signos de que los tironeos de la campaña pasada dejó secuelas entre ellos, ocuparon la escena política con más nitidez que el propio Milei, a quien su pacto con un sector del PRO comenzó a quitarle el respaldo de libertarios que rechazan abrazarse ahora a miembros de “la casta” que tanto denostaban. La sensación de que el ex mandatario tiene una influencia enorme sobre el candidato de La Libertad Avanza también puede restarle apoyos en un sector del electorado que mira de reojo a los líderes del PRO. “Es al revés, Mauricio y Patricia le aportan votantes duros de Juntos por el Cambio, además de gobernabilidad”, afirma un bullrichista.
Por las dudas, en medio del creciente protagonismo de Macri y Bullrich en su campaña, Milei aseguró que “no se negocia ninguno de los puntos de mi política económica”. En el PRO hacen hincapié en que el ex presidente y la ex candidata de JxC ahora bajarán su perfil en los medios. Fue un pedido expreso de los estrategas mileístas. Pero el problema es que algunos de los voceros elegidos por el postulante libertario tienen problemas en los medios, como sucedió con Diana Mondino cuando se enredó al hablar del matrimonio igualitario y lo comparó con “tener piojos”. Bullrich congeló la sangre de sus nuevos socios políticos luego de que deseó que “ojalá explote todo” antes del balotaje.
“Hay que dejar de hacer tantas declaraciones por dos años”, bromeó un “halcón” del PRO parafraseando a Luis Barrionuevo, quien pasó a la inmortalidad en materia de frases ocurrentes surgidas de la política cuando en los años noventa propuso “dejar de robar por dos años”. Es que en esta etapa de la campaña, a dos semanas del balotaje, cualquier error puede sacar a Milei o Sergio Massa del camino hacia la Casa Rosada. Por eso, sostienen en JxC, el control político del equipo libertario quedó en manos de Guillermo Francos, el candidato a ministro del Interior de un eventual gobierno de La Libertad Avanza, con mucho más rodaje político que sus pares del espacio.
Macristas y bullrichistas se sacan chispas más allá de la decisión de apoyar a Milei y confluir en una nueva coalición de derecha. Hay reproches cruzados por actitudes de sus líderes, tamizados por la impresión de que el verdadero socio del candidato libertario es Macri mientras que Bullrich acompaña en un segundo plano. No es casual que los dirigentes del PRO alineados con el ex presidente tengan más protagonismo en la campaña de Milei que los que provienen del bullrichismo. ¿Sucederá lo mismo si el candidato de La Libertad Avanza termina finalmente como presidente de la Nación?
Por debajo de la superficie en estado tan efervescente, los equipos que integraron unos y otros están funcionando con una mejor sintonía, como sucede en el caso de la fiscalización. Para Milei es clave controlar los votos en un balotaje en el que se juega tanto y sobre el que mantiene sospechas. En el PRO aseguran que, además de los 100.000 fiscales que tienen desde las PASO, se necesitan 50.000 más, pero que todos los días les llueven ofertas de gente común que quiere colaborar en este rubro. Hoy, según revelan, tienen el 60% de los fiscales necesarios en todo el país para cuidar los votos de Milei. Y están seguros de que llegarán al día del balotaje con la dotación requerida, aun cuando hay algo que no tienen: la plata suficiente para reclutar más ciudadanos que se sumen a esa tarea. Hay quienes dejan entrever que se requiere de unos 2 millones de dólares para organizar el operativo.
Mientras, en el resto de Juntos por el Cambio hay reacomodamientos. Jorge Macri y Diego Santilli estuvieron reunidos y decidieron trabajar en tándem. El jefe de Gobierno electo ya cuenta con la ayuda del ex candidato a gobernador para armar el gabinete porteño y tomaron otra resolución: anunciarán en forma simultánea que en el balotaje respaldarán “el cambio y no la continuidad”. Sólo falta que definan el momento: creen que si lo difunden ahora no lo ayudarían a Milei y, además, aprovechan para tomar distancia del eje Macri-Bullrich y también de Rodríguez Larreta.
Tras reunirse con vecinos de Saavedra y Coghlan, el jefe de Gobierno profundizó su postura neutral para el balotaje, pero distinta de la que mantiene Gerardo Morales, el jefe de la UCR: “No soy quién para decirle a cada uno a quién tiene que votar -dijo-. Una cosa es decir vótenme a mí o a alguien de mi partido, pero ahora deben elegir ustedes. No promuevo el voto en blanco. Di mi opinión pública sobre cada uno de los candidatos, pero después cada uno va a y vota al que le parece”.
El titular del radicalismo, como sospechan algunos dirigentes opositores, quedó a un paso de pedir el voto por Massa. “Todo lo que tenga que hacer para que no gane Milei, lo voy a hacer”, señaló Morales. Entre los macristas dan por sentado que el gobernador jujeño integrará el gobierno de unidad nacional que prometió instrumentar Massa en caso de que llegue a la Casa Rosada
En ese escenario, Larreta dejó en claro que no se sumará al futuro gobierno y mantendrá su independencia. Claro que en su entorno comienza a germinar la idea de tratar de desplazar a Bullrich de la presidencia del PRO y ubicar allí a alguien que no adhiera a la nueva alianza macrista-mileísta. Para eso, por supuesto, también habrá que esperar al balotaje. Dentro de 15 días, una vez que se conozca si Milei o Massa van a gobernar, la expectativa estará puesta en la nueva etapa que comenzará en el PRO y en Juntos por el Cambio. ¿Podrán refundarse o seguirán refundidos?