La Legislatura porteña manifestó su rechazo a ofensiva militar contra los armenios en Nagorno Karabaj
En un contexto en el que miles de armenios continúan escapando de Nagorno Karabaj a causa de los sucesivos ataques en el territorio perpetuados por la República de Azerbaiyán, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó este jueves un documento en el que explicitó su rechazo a la ofensiva militar que se lleva adelante en la región desde septiembre.
La Declaración fue adoptada por los diputados durante este mediodía, cuando recibió 59 votos a favor y 1 abstención. Se trata de un proyecto que presentaron en el recinto sus autores, Ignacio Meyoyan y Bautista Meyoyan, a fin de repudiar los actos que atentan contra la población armenia asentada en la zona.
En el escrito, avalado por la mayoría de los legisladores, se expresa además una gran preocupación por el éxodo forzado y condiciones inhumanas hacia el pueblo. También por las acciones de violación sobre el acuerdo del “Alto el fuego”, el bloqueo del Corredor de Lachín y la reanudación de las hostilidades en el territorio de Nagorno Karabaj por parte de la las fuerzas azerbaiyanas.
Asimismo, llama a garantizar la protección de los civiles —que la mayoría escapó a Armenia en busca de refugios— y al respeto al derecho internacional humanitario.
Desde la Embajada de Armenia en Argentina se hicieron eco de la resolución adoptada en la Legislatura porteña y a través de sus redes sociales compartieron un mensaje al respecto. “Agradecemos a los autores del proyecto, Ignacio Meyoyan y Bautista Meyoyan, y a todos los legisladores que apoyaron este proyecto, demostrando un compromiso inquebrantable con la defensa de los derechos humanos”, escribieron desde la sede diplomática.
La aprobación de la Declaración se da en un contexto en el que más de 100.000 refugiados armenios han abandonado el territorio de Nagorno Karabaj luego de que sus fuerzas militares comenzaran, a fines de septiembre, a realizar violentos ataques en el territorio.
Nagorno Karabaj está reconocida internacionalmente como parte de Azerbaiyán, pero está poblada principalmente por cristianos armenios que crearon la autodenominada República de Artsaj hace tres décadas, tras un sangriento conflicto étnico al desmoronarse la Unión Soviética.
Según las cifras oficiales, unos 120.000 armenios vivían en este territorio montañoso antes de la ofensiva relámpago con la que las fuerzas azerbaiyanas recuperaron en septiembre el control efectivo de la zona.
La mayoría de los refugiados tiene familiares o amigos donde instalarse temporalmente en Armenia, mientras que unos 32.200, según los últimos datos, han aceptado alojamientos ofrecidos por las autoridades.
En este sentido, el primer ministro de Armenia, Pashinián, denunció reiteradamente que Azerbaiyán lleva a cabo una “limpieza étnica” y alertó con que en pocas semanas “no quedará ningún armenio en Nagorno Karabaj”.
Desde Azerbaiyán, por su parte, rechazaron rotundamente las acusaciones y sostuvieron que la salida de los karabajíes de Nagorno Karabaj “es una decisión personal e individual y no tiene nada que ver con una reubicación forzosa”.
Este jueves, los representantes de ambos países firmaron una declaración conjunta que se comprometieron a dar pasos tanto para normalizar sus relaciones, así como para alcanzar un acuerdo de paz que ponga fin al conflicto que ha tenido en su epicentro a la región de Nagorno Karabaj, recientemente incorporada a territorio azerí.
En virtud de la declaración suscrita, que permitirá adoptar “medidas tangibles encaminadas a fomentar la confianza entre los dos países”, Bakú liberó a 32 militares armenios y, a cambio, Ereván puso en libertad a dos militares azeríes.
“La República de Armenia y la República de Azerbaiyán proseguirán sus conversaciones para aplicar más medidas de fomento de la confianza, que serán eficaces en un futuro próximo, y pedir a la comunidad internacional que apoye sus esfuerzos”, informaron a través de comunicaciones oficiales.