Autos increíbles, glamour y paisajes de película: la carrera en Bariloche que cautivó a Reutemann y a otras de figuras de la Fórmula 1
Se trata de una máquina del tiempo que permite ver a joyas del automovilismo en perfecto estado. No aceleran como en sus mejores épocas, pero lucen como en aquellos días de gloria. Se trata de las Mil Millas Sport, una de las carreras de regularidad de autos clásicos más importantes del mundo que tiene su cita en la Argentina desde 1989. Es un evento en el que todos los años hay algún hallazgo histórico y sedujo a ex pilotos de Fórmula 1 como Carlos Alberto Reutemann, que fue un asiduo participante.
Una vez que el Lole anunció su retiro de la Máxima el 28 de marzo de 1982, su última presencia oficial fue en el Rally de la República Argentina de 1985 con un Peugeot 205 Turbo con el que fue tercero en la competencia corrida en Córdoba. Luego participó del Desafío de los Valientes, que Fiat reeditó en 1988 y 1989 para promocionar el modelo Duna. Ya en su etapa dentro de la política, como gobernador y luego como senador despuntó el vicio en las Mil Millas Sport.
“Era un placer siempre tenerlo a Carlos Reutemann en la competencia. Lo que más se veía de él, lo más destacable, es que más allá de estar conduciendo un auto clásico vos lo veías manejar y realmente era un distinto, las maniobras que hacía, cómo movía el auto. Incluso andando despacio en un camino de ripio. Te dabas cuenta de que el que estaba al volante era alguien diferente”, le cuenta a Infobae Fernando Briones, el presidente del Club de Automóviles Sport (CAS), la entidad que organiza la competencia.
A Reutemann lo apasionó participar de esta competencia porque pudo manejar autos que lo marcaron en su niñez y adolescencia, como un Justicialista con la codificación Institec (Instituto de Tecnología) pintado de azul y amarillo ya que eran los colores que representaban a la Argentina en el automovilismo internacional. El coche es propiedad de Marcelo Argüelles, un coleccionista argentino que tiene también coches de Luis Rubén Di Palma. “La soberbia distinción que hicieron los organizadores hacia este auto no tiene precio”, le contó el Lole a CORSA en la edición de 1997. El santafesino, ganador de 12 Grandes Premios de F1 y subcampeón mundial de 1981, era fanático por los detalles en los coches. Quiso experimentar en primera personal la conducción de estas máquinas y conocer todos sus secretos debido a lo meticuloso que siempre fue. Cabe recordar que supo ser uno de los mejores probadores en la Máxima y en su época quizá nadie supo poner a punto un auto como lo hizo el santafesino.
Su Peugeot 205 del Mundial de Rally apareció este año y es de otro coleccionista argentino llamado Martín Sucari, que también es propietario de otra joya del Rally Mundial, un Lancia 037 que corrió Massimo Biasion (bicampeón mundial en 1988 y 1989) en el Rally de Montecarlo de 1984. Ante la presencia de otros autos clásicos de carrera y sport (deportivos de calle) en perfecto estado, esto cautivó a otros ex F1 que quisieron experimentar cómo era el automovilismo de otra época.
Junto al Lole también estuvo su contemporáneo en la F1 como el suizo Clay Regazzoni (ganador de cinco Grandes Premios y tercero en el campeonato de 1970), que supo correr en Ferrari y fue el primer ganador con Williams, en el Gran Premio de Gran Bretaña de 1979. “Clay quedó absolutamente dentro del corazón de las Mil Millas, era un verdadero fanático no solo de la competencia sino de Argentina. Venía todos los años, tenía muchísimos amigos y tenía un entusiasmo absolutamente contagioso. Las últimas veces que participó lo hizo con un Torino que era de su propiedad, que en la trompa tenía la inscripción ‘Las Malvinas son argentinas’”, destaca Briones. Cabe recordar que Regazzoni sufrió un grave accidente en el Gran Premio de los Estados Unidos de F1 en el que sus piernas quedaron paralizadas, pero luego siguió compitiendo en vehículos adaptados como pasó en las Mil Milllas Sport.
Entre los invitados ilustres estuvo Stirling Moss, el “Campeón sin Corona” de la F1. El inglés fue cuatro veces subcampeón mundial (1955 a 1958) y tercero en tres campeonatos (1959, 1960 y 1961). Logró 16 triunfos en la Máxima y fue uno de los mejores pilotos de la historia pese a no haber conseguido un título. Otro notable que dijo presente fue el belga Jackie Ickx, ganador de ocho Grandes Premios y subcampeón mundial en 1969 y 1970. Obtuvo seis victorias en las 24 Horas de Le Mans y una en el Rally Dakar.
También participaron otros argentinos que corrieron en la F1 como Oscar Rubén Larrauri (1988 y 1989), Esteban Tuero (1998) y Gastón Mazzacane (2000 y 2001). “Era bastante habitual que los ex pilotos de F1 participarán de las 1000 Millas, la mayoría competía con un Institec Justicialista, un auto de producción nacional, que les prestaba la familia Argüelles”, añade Briones.
Las Mil Millas nacieron gracias al CAS, que es una entidad formada por un grupo de amigos el 10 de marzo de 1948, entre ellos otro ex F1 como Roberto “Bitito” Mieres, quien fue contemporáneo a Juan Manuel Fangio y supo ser piloto oficial Maserati en la Máxima. Fue un polifacético que también practicó vela y participó en los Juegos Olímpicos de Roma 1960. “Bitito era muy querido por la organización de 1000 Millas y fue socio fundador del CAS. Era un personaje muy querido que encarnaba el espíritu del club”, subraya Briones.
“Es ante todo un club de amigos apasionados por los autos sport. Los socios son quienes están permanentemente en búsqueda de piezas especiales, algún auto histórico para intentar recuperar. Haciendo foco en los autos que tienen historia argentina, sobre todo autos de carrera que hayan pertenecido a algún piloto importante o que haya participado en algún evento importante”, le cuenta a Infobae Manuel Eliçabe, vicepresidente del CAS.
El contexto de la creación del CAS fue en un momento del país en el que las carreras de autos junto al boxeo y el fútbol eran la gran pasión popular. “Este grupo de amigos poseía esa dosis de sana locura que el club mantuvo a lo largo de los años hasta la actualidad, en la que siempre privó el automovilismo amateur y entre amigos, y en donde de una u otra forma, cada uno le transmitía al auto su propia filosofía”, apunta Eliçabe.
En esas reuniones desde hace 75 años estos apasionados hablan de autos y con el correr de las décadas se dedicaron a recuperar autos históricos y con la realización de las Mil Millas se convirtió en la excusa perfecta para poder exponer estas joyas que todos los años sorprenden incluso al que no es un entusiasta del automovilismo. Es un evento en el que participaron celebridades que le dieron un toque de glamour como -entre otros- la modelo y actriz Carolina Peleritti, el representante de modelos Pancho Dotto, los modelos Matías Camisani y Dolores Barreiro y el modelo y conductor Iván de Pineda.
Las Mil Millas se suelen realizar en noviembre en Bariloche. Este año participaron 110 reliquias divididas en cinco clases. Nació como inspiración de las clásicas Mille Miglia de Italia que se corrió hasta 1957 y en la que participaron las principales escuderías como Ferrari, Alfa Romeo y otras gigantes de Europa, pero en vez de ser de velocidad acá es una competencia de regularidad en la que los competidores deben respetar un determinado tiempo entre los tramos. “En 1986 un grupo bastante bohemio de socios del CAS decidió ir a participar de la Mille Miglia. Sin ningún conocimiento sobre lo que iban a hacer en Italia volvieron fascinados con el evento y con la idea de hacer en algún momento un evento similar en Argentina”, le explica a este medio Daniel Claramunt, director ejecutivo de las Mil Millas Sport.
Todos los años hay algún hallazgo de gemas de primer nivel. En 2022 participó el Mercedes-Benz 300 de 1955 que era de Juan Manuel Fangio. “Otra gran joya es un Jaguar XK 120 que tiene una importancia alta para el club porque es uno de los primeros Jaguar producidos con carrocería de aluminio y que perteneció a Lucio Bollaert. Lucio fue uno de los primeros presidentes del club y con ese auto participó en todas las carreras organizadas por el CAS desde su fundación (1948), participó de casi todos los eventos del CAS durante la década del 50′”, destaca Eliçabe.
La carrera está incluida en el calendario de la FIVA (Federación Internacional de Vehículos Ancianos) y es fecha puntuable del Campeonato Nacional Sport Histórico fiscalizado por la Comisión Deportiva Automovilística (CDA) del Automóvil Club Argentina (ACA). A su vez, forma parte de la “Triple Corona”, junto con el Rally de las Bodegas en Mendoza y el Rally de la Montaña en San Luis y Córdoba. Además, desde hace más de diez años, la organización lleva adelante acciones solidarias junto al banco de alimentos y apoya a Fundación Challenger de Bariloche y la Fundación Puentes de Luz de San Martín de los Andes.
La caravana recorre ciudades y paisajes más emblemáticos del sur andino, como Bariloche, Villa La Angostura, San Martín de los Andes y Junín de los Andes, en un recorrido panorámico de alrededor de 1.600 kilómetros, a lo largo del escénico camino de los 7 Lagos. Este año, el evento contó con la participación de 110 tripulaciones al volante de vehículos fabricados desde fines de los años ‘20 hasta mediados de los ‘70.
Las Mil Millas Sport constituyen un museo itinerante de piezas de colección que no queda solo en su admiración ya que permite verlas en funcionamiento y poder escuchar la sinfonía de sus motores. Es un deja vu para quienes pudieron vivir una época única y también una chance para que los más jóvenes puedan conocer cómo era un automovilismo único e irrepetible.
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