En un doble juego, Milei y Jorge Macri sostienen una alianza política clave para la gobernabilidad de la Casa Rosada y de la Ciudad
“No hay plata” es la frase que el presidente de la Nación, Javier Milei, convirtió casi en un mantra de su incipiente Gobierno. Tiene como objetivo legitimar su programa de shock económico bajo el argumento de que las medidas de recortes son inevitables para alcanzar el equilibro fiscal y, eventualmente, el equilibrio general de la economía. La misma idea resonó en la reunión que Luis Caputo, ministro de Hacienda de la Nación, tuvo el jueves con Jorge Macri, jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con motivo de evaluar la situación respecto a la coparticipación correspondiente a los porteños. La Casa Rosada no desconoció la situación, aunque el dirigente del PRO se fue el cónclave con las manos vacías, sin un horizonte temporal concreto respecto a cuándo el Poder Ejecutivo nacional acatará el fallo de la Corte Suprema de Justicia respecto a ese tema.
¿Por qué, entonces, Macri difundió públicamente que había sido una “muy buena reunión” si se fue sin lo que buscaba? Incluso, aceptó darle tiempo a Milei para evaluar cómo y cuándo la Nación podrá afrontar la situación, volver a pagar los fondos coparticipables a la Ciudad y, especialmente, salvar la deuda millonaria que se acumuló luego de un año en el que Alberto Fernández, ex Presidente, no abonó la cifra consignada por la resolución judicial.
Detrás de la negociación por la coparticipación anida una alianza política estratégica entre Milei y Jorge Macri, en la que ambos se atan a una especie de “doble juego” de apoyo recíproco en lo político y lo parlamentario. El Presidente necesita respaldo público del alcalde porteño y, a través de eso, conservar el vínculo con el PRO para lograr el escudo legislativo que necesita para impulsar su agenda en el Congreso. Pero al mismo tiempo, Jorge Macri requiere idéntica colaboración por parte de la bancada libertaria en la Legislatura de la Ciudad.
También permanecen latentes una serie de pedidos que la Ciudad extendió a Milei. Entre ellos, Jorge Macri solicita concretar los traspasos de la Justicia laboral, el puerto, la Terminal de Ómnibus de Retiro, la Inspección General de Justicia, así como la autorización de Nación para ejecutar la obra del Viaducto del Sarmiento. Por su parte, Milei está especialmente atento a que la Ciudad contribuya y trabaje articuladamente con Patricia Bullrich para garantizar el orden público de las calles y eviten la movilización y protesta social que pueda horadas la legitimidad del Gobierno.
Con estos temas y acuerdos sobre la mesa, el vínculo político de Macri y Milei se sostiene en una especie de lógica transaccional y reciprocidad, donde ambas partes son necesarias para contribuir en la gobernabilidad de cada uno. Por eso, la Ciudad le concedió tiempo a Caputo para “revisar” el tema. Para esa tarea, Macri designó a Gustavo Arengo, su ministro de Hacienda y Finanzas, en tanto que Caputo ordenó a Valeria Sánchez, subsecretaría de Relaciones con las Provincias, para estar en esa mesa.
Ese fue el subterfugio que los protagonistas de la reunión utilizaron para explicar cómo seguía la situación. En verdad, el Gobierno conoce muy bien el tema y el tiempo solicitado al Jefe de Gobierno es para evaluar cómo y de dónde pueden obtener el dinero para acatar el fallo de la Corte y restaurar el goteo diario de coparticipación a los porteños. Más complejo aún es que Hacienda encuentre una solución (o el dinero) para cancelar la deuda que el incumplimiento de Alberto Fernández produjo con Uspallata.
Macri está dispuesto a darle ese tiempo a Milei. Pero no será gratis, como nada lo es en política. Los legisladores de La Libertad Avanza deberán ser leales a la agenda del oficialismo en la Ciudad y Milei procurará hacer lugar a los otros pedidos que hizo el alcalde porteño.
Milei pretende, a su vez, que Jorge Macri sea uno de los puentes hacia el PRO, soporte político del Gobierno libertario. Aunque en ese aspecto hay rispideces que dificultan un apoyo “incondicional”. En el partido amarillo, incluso el propio Mauricio Macri, tienen dudas respecto a los primeros pasos del Jefe de Estado.
En el PRO no superan aún la decisión de Milei, influenciado por Guillermo Francos, de no designar a Cristian Ritondo como Presidente de la Cámara de Diputados. Por eso, adoptaron la decisión de acompañar al Gobierno pero revisando artículo por artículo de cada ley.
Además, en el PRO existen dirigentes de renombre que observan con especial cautela el programa económico de Milei. El propio Macri desliza ante sus íntimos que hay reformas que ya deberían haberse implementado y sospecha de la alianza que Francos tejió con el peronismo no kirchnerista con el objetivo de motorizar esa agenda de cambios.
“Tengo muchas preguntas respecto al rumbo del Gobierno”, le dijo a Infobae una de las personas que más frecuenta al ex Presidente. “Tiene un frente abierto en el Congreso, uno en cada una de las corporaciones que los presionan con las reformas, otro en la gente, que empieza a ponerse inquieta”, desmenuzó el histórico dirigente del PRO. “Abrió tantos frentes en simultáneo que no sé cómo se lleva adelante una batalla así”, continuó y remató: “Alemania perdió la guerra por abrir dos frentes al mismo tiempo”.
Por esos resquemores al interior del PRO es que también Jorge Macri procura mantener un buen vínculo con Milei, aunque conservando una equidistancia estratégica del oficialismo. Es decir, apoyar al Gobierno sin ser parte de él. Es una perspectiva que comparte con su primo Mauricio y que lo diferencia de Patricia Bullrich, que se mantiene en el Ministerio de Seguridad con un alto perfil político.
No obstante, esa alianza estratégica entre el Jefe de Gobierno y el Presidente está sujeta a resultados (es decir, a que se cumplan las cláusulas pactadas). La Ciudad no tiene hoy problemas fiscales ni de vencimiento inmediato de deuda en dólares. No obstante, Jorge Macri pretende cobrar lo que a CABA le corresponde por coparticipación y está dispuesto a ejecutar presión sobre Balcarce 50 sin con el tiempo no hay una solución concreta al litigio.
Cabe recordar que se trata de un conflicto que comenzó en 2020 durante la pandemia, en el mandato de Alberto Fernández, cuando el ex Presidente decidió aplicar un recorte a los fondos coparticipables correspondientes a CABA en beneficio de la provincia de Buenos Aires.
El reclamo en cuestión tiene dos aristas. Por un lado, la CABA exige que se cumpla la acción cautelar que emitió la Corte Suprema de Justicia de la Nación el 22 de diciembre de 2022. El litigio lo inició Horacio Rodríguez Larreta cuando era Jefe de Gobierno porteño. En aquella resolución, el máximo tribunal resolvió que la Casa Rosada debía darle a la Ciudad un 2,95% de los fondos coparticipables y que debía hacerlo por goteo, de manera diaria, a través del Banco Nación. Originalmente, la Ciudad percibía un 3,5% por coparticipación. Quien había resuelto el aumento de esa cifra había sido Mauricio Macri durante su presidencia, con el fin de financiar el traspaso de la Policía de la Ciudad. En 2020, Alberto Fernández aplicó un recorte y llevó el coeficiente a 1,4%, con el argumento de destinar esos fondos para las fuerzas de seguridad del gobernador Axel Kicillof.
Cabe recordar que la acción cautelar de la Corte hizo lugar a un reclamo de la Ciudad, que accedió de forma directa al máximo tribunal por tratarse de un litigio entre el Estado nacional y otro subnacional, por lo que la Corte tiene competencia originaria. De todos modos, la decisión de los magistrados buscó subsanar la detracción aplicada por la Casa Rosada a CABA, pero aún está pendiente la resolución de fondo respecto a la coparticipación que le corresponde a la Ciudad. El Gobierno porteño, en paralelo al cumplimiento de la cautelar, exige que también se resuelva el tema de fondo e insistirá en la postura de percibir el 3,5% que había dispuesto Macri.
El segundo punto es que Nación salde la deuda que se originó por no acatar con la medida cautelar de la Corte. En la Ciudad estiman que a lo largo de ese año de incumplimiento, la Casa Rosada le adeuda en torno a 350 mil millones de pesos al gobierno porteño. Jorge Macri no ignora el ya célebre apotegma de Milei sobre que “no hay plata”. La prioridad de CABA será que se cumpla la cautelar y que Nación empiece a pagarle por goteo diario el 2,95% coparticipable que establecieron los cortesanos.
Mientras tanto, Jorge Macri busca elevar su perfil como referente nacional del PRO y de la oposición. El martes hará un anuncio en un acto de balance del primer mes de su gestión al frente de la Ciudad. Allí, anunciará el recorte del 30% del gasto político de la administración porteña, que implicará recortes en la cantidad de secretarías, direcciones, personal y contratos.