El Senado se atomiza por internas en los bloques no kirchneristas
El triunfo de Victoria Villarruel del 13 de diciembre pasado, cuando logró votar autoridades y distribuir la integración de comisiones en detrimento del kirchnerismo viró, a casi un mes, a territorio atomizado en el Senado: las internas en casi todos los bloques complejizaron el trabajo legislativo y el blindaje de la mayoría entre el oficialismo y la oposición no cristinista. De hecho, el Frente de Todos tomó aire gracias al debate, por ahora truncado, de la Boleta Única de Papel.
Uno de los focos de tensión ocurre dentro de La Libertad Avanza. El lunes último, Infobae contó el enojo de un grupo de senadores que empujaban una nueva discusión de sus autoridades. Anteanoche, luego del debate sobre la boleta única, los legisladores mantuvieron una reunión junto a sus asesores y blanquearon diferentes enojos por cuestiones de manejo interno y también generales.
La puja no pasó a mayores, ya que la bancada hubiese quedado expuesta a repetir lo ocurrido durante la elección de autoridades de diciembre pasado, cuando el propuesto por el Gobierno para ser presidente provisional de la Cámara alta -el formoseño Francisco Paoltroni- fue dejado de lado para votar a otro compañero, el puntano Bartolomé Abdala. Se espera que en los próximos días se puedan consensuar el resto de los representantes del bloque para apaciguar las aguas.
El problema que tiene La Libertad Avanza en el Senado es que, más allá de la inexperiencia y de los esfuerzos de Villarruel para mostrar un perfil más político y de diálogo -reconocido por muchos legisladores opositores-, está tabicada para negociar por la propia Casa Rosada. Los reclamos se acumulan en los despachos y las respuestas por ahora no llegan, lo que deslegitima cualquier entendimiento posible en la Cámara alta.
Curioso es el caso del kirchnerismo. Primero, el interbloque que comanda José Mayans recibió un golpe durante la votación de autoridades de diciembre último. Después, aparecieron quejas y la pérdida de poder en el Senado a manos de Villarruel y la oposición no kirchnerista. Ahora, la bancada recibió una bocanada de aire y se infló el pecho con la Boleta Única de Papel.
El miércoles, una astuta jugada de pinzas aglutinó al Frente de Todos detrás de un dictamen de Mónica Silva (Juntos Somos Río Negro) y de renovadores misioneros, y dejó al oficialismo y al resto de la oposición no cristinista sin la mayoría absoluta que necesita el proyecto en cuestión, que ya fue aprobado por Diputados en junio de 2022. Si es modificado, volverá en segunda revisión a la Cámara baja.
Desde las filas cristinistas reconocieron a este medio que la discusión sobre la boleta única se presentaba muy difícil para ellos y que, al no contar con directivas desde el Instituto Patria, nació la idea de plegarse al dictamen de Silva para empantanar el debate. “No podíamos quedarnos sin hacer nada. Al final, nos movimos por nuestra cuenta y nos fue mucho mejor. Si los otros estaban tan apurados, ahora que lo lleven al recinto a ver cómo les va”, aseguró integrante del interbloque.
Otra mira apunta hacia el espacio Cambio Federal. Allí, dos experimentados legisladores se tomaron el pulso en las últimas semanas. Uno es el jefe del interbloque, Juan Carlos Romero, quien por momentos pareció ser el mejor defensor de los planes oficialistas y la boleta única. Distinto es el caso de la neuquina Lucila Crexell, que firmó en disidencia el dictamen y se convirtió en otro voto importante que podría no aparecer para un eventual tratamiento en particular de la iniciativa, si es que ésta llegara alguna vez al recinto.
En el ex Juntos por el Cambio existen menos tensiones personales, pero vuelan dudas sobre la estrategia legislativa. Por ejemplo, un sector del radicalismo quiso apurar la boleta única, otro se corrió del debate -un legislador se bajó de las comisiones y fue reemplazado- y el Pro se divide entre los que impulsan una ayuda sin chistar a los libertarios y quienes piden raciocinio.
De cara a los próximos días, la comisión bicameral de Trámite Legislativo deberá conformarse. Aún no están los nombres designados por Diputados. Si llegaran a pasar los 10 días desde el ingreso del mega DNU que desregula la economía y no se activa un debate, el Frente de Todos -frenó decenas de DNU durante la gestión anterior- no descartaría aprovechar el desconcierto actual para forzar una sesión y empujar, junto a bancadas aceitosas, el rechazo a la medida.