Fue un goleador histórico de River Plate, pasó por Boca Juniors y antes del Superclásico avisa: “Cavani es el mejor delantero del fútbol argentino”
“Mi mujer murió hace 14 meses, y llevábamos 50 años de casado. Cuesta un huevo salir adelante, pero estoy saliendo, porque si no salgo, me voy yo también. Tener un agujero en el alma no es fácil”. De esta manera, se presenta Carlos Morete, un histórico delantero que se desempeñó en River Plate y en Boca Juniors, y tuvo un muy buen paso por el fútbol de España.
El Puma Morete fue protagonista de un superclásico inolvidable, de los más recordados de la historia de nuestro país. Por la primera fecha del Nacional 72, River superó a Boca por 5-4 en el Estadio José Amalfitani, en un partido de ida y vuelta. El Millonario había arrancado 2-0 arriba, luego se lo dieron vuelta 4-3 pero lo terminó ganando con un par tantos del centrodelantero de Munro. “Me acuerdo muy bien de ese partido porque se jugó una semana antes de casarme”, subraya el hombre de 72 pirulos.
Más allá de aquel histórico superclásico, Morete fue un goleador determinante, de comienzos de la década del 70. Con tan sólo 18 abriles, debutó con la camiseta riverplatense de la mano de Ángel Labruna. Su paso por Núñez duró cinco años. Disputó 200 partidos y marcó 105 goles. Luego, fue vendido a Las Palmas y al Sevilla de España, antes de regresar a la Argentina para vestir los colores xeneizes.
“Hay boludos riverplatenses que me dicen ´te pusiste la de Boca´ pero no saben verdaderamente lo que pasó, porque River no me quiso y por eso no pude terminar mi carrera en ese club”, rememora el delantero que supo vestir, también, la camiseta de Talleres de Córdoba e Independiente de Avellaneda.
En diálogo con Infobae, el Puma Morete habló en la previa a un nuevo Superclásico. Por qué Edinson Cavani es mejor delantero que Miguel Ángel Borja, su mirada sobre el presente del Diablito Echeverri, y analizó al Boca de Diego Martinez. Además, recordó qué experiencia le dejó haber jugado junto a Diego Armando Maradona, reveló su fanatismo por Max Verstappen, líder de la Formula 1, y cual fue el mejor jugador que vio en una cancha de fútbol.
– ¿Qué es de tu vida, Carlos?
– Me dedico al campo, que hoy es mi pasión. Cuando largué el fútbol, nunca quise ser entrenador, porque tenía campos y sabía que me iba a dedicar a eso. Estoy tratando de salir adelante tras la muerte de mi esposa. Estar en el campo me despeja el bocho, me gusta y me hace bien. Tengo amistades en Capilla del Señor me distraen y trabajo junto a mi hijo que me ayuda con la tecnología.
– ¿Te pudiste adaptar a la llegada de la tecnología?
– No. Me meto en la computadora a boludear pero no sé un carajo. Con el teléfono hago lo mismo, uso lo justo y necesario para no descajetarlo.
– ¿Estás al tanto del presente de River Plate, el club de tus amores?
– Lo sigo a River, veo todos sus partidos dentro de las posibilidades que tengo. Yo soy fanático de Max Verstappen, observo mucho a la Fórmula 1 y me gusta más que el fútbol.
– ¿Cuándo nació ese amor por la Fórmula 1?
– Siempre tuve ídolos en la Fórmula 1. No miro la carrera por mirarla. Si no tengo un conductor que identifico, tal vez no la veo. En su momento, fue Ayrton Senna. Luego, Michael Schumacher. Pero este pibe Verstappen es único. Triple campeón del mundo con 26 años. Es un animal. No usa los frenos, va a 350 km por hora en las curvas. Tiene una muñeca única. Es como tener a Lionel Messi y a Diego Maradona, muy talentosos, en la Fórmula 1. Son deportistas irremplazables.
– ¿Vislumbras un reemplazante de Messi en la selección argentina?
– No, no hay, tampoco de Ángel Di María. No se que va a pasar con Alejandro Garnacho o Nico Paz. Nicolás González juega bien, el de la Fiorentina. Después, no hay otro jugador de selección que pueda ser el reemplazante de Messi. No sé si nació todavía. Al Diablito Echeverri no lo veo todavía. No sé cuánto hilo tiene en el carretel. Es joven, tiene 17 años. Quiero verlo a los 20 en qué posición está. Todavía no demostró nada. Por ahora, no es un crack. No es un fuera de serie. ¿Por qué sigue jugando Enzo Pérez a su edad? Porque no hay un carajo. No hay jugadores que marquen diferencia y lo exijan, sino no podría jugar en el fútbol argentino, a sus 38 años. Si hay un pendejo que tiene el mismo nivel que Enzo, lo saca. Antes, a los 30 eras un veterano, y te tocaban el culo los pendejos.
– ¿Hoy no hay crack en el fútbol argentino?
– No hay crack, el último fue Juan Román Riquelme. El tipo hacía jugar a un equipo completo, a todos sus compañeros. Después, tienes a una selección argentina extraordinaria con muy buenos jugadores con el mejor del mundo. Un caso aparte es el Manchester City que toca, toca, toca, pero se le metió atrás el Real Madrid y no pudo ganarle. No me sorprende que en el City Julián Álvarez no sea titular, porque Pep Guardiola no juega con dos puntas. Entonces, elige a Haaland. Le va a costar a Julián ser titular.
– ¿Qué esperas del Superclásico en Córdoba?
– Espero que salgan los dos a ganar y no especulen con llevar la definición a los penales. Están obligados a hacerlo. Cavani es el mejor delantero del fútbol argentino por sobre Borja; lejos. Edinson fue muy criticado por la prensa en su momento porque no podía marcar goles. Pero en su carrera tiene cerca de 400 goles y se lo debe respetar. Necesitaba adaptarse al fútbol argentino. Borja es un buen delantero, pero Cavani es más completo. Se tira a los costados, se anticipa muy bien en los centros. Merentiel también es un buen delantero, Solari igual, pero de características diferentes.
– ¿Ves bien a Boca para enfrentar a River?
– Sí, llega bien. Mejoró un poco más, pero le falta un tipo como Riquelme que conduzca al equipo. Un tipo que meta pase gol y te deje mano a mano con el arquero rival. Está mejor armado y moralmente están mas fuertes. Ojalá que haya goles, sino es una cagada. Si termina 1 a 0, es una mierda.
– ¿Qué pensas de Demichelis como entrenador de River?
– No tengo ningún pensamiento. Lo respeto como entrenador. Agarró un equipo que venía ganando y salió campeón manteniendo una gran diferencia con el resto. Después, tiene altibajos pero mantiene su cargo. Le deseo lo mejor en el cargo. Es un tipo piola, pero nada más. A Diego Martínez también le deseo suerte.
– Pero, ¿te gusta como entrenador?
– No sé si me gusta porque no sé cómo piensa Demichelis, pero sí veo que hay momentos que hace cambios en la mitad de cancha que es donde más abundancia tiene en jugadores. Saca uno y mete a otro, no sé porque lo hace, pero no sé lo que piensa. Lo importante de este River es que siempre trata de llegar, de convertir. Pero se le complica más los partidos de local que de visitante porque cuando lo atacan en el Monumental, la pasa mal.
– ¿Qué recordás de tu paso por el Millonario?
– River me dio todo. Empecé a los 13 años en la Novena División. A los 18 debuté y jugué durante cinco años en Primera. Fue mi plataforma para que me compren en España. Marqué 105 goles en cinco años en 95 partidos. Salí campeón luego de 18 años, que más quiero. Me dio todo River.
– ¿Qué balance haces de tu paso por Boca?
– Mi paso por Boca se dio porque yo quería volver a River pero el expresidente Rafael Cabrera no quiso, ya que habían contratado a Mario Alberto Kempes. Entonces, había otros delanteros en el equipo, y de esta manera, tuve ofertas de Racing Club y de Boca. Había que pagarle al Sevilla. Racing no tenía guita pero Boca la puso y fui a ese club. Yo tenía que volver sí o sí a mi país. No tenía otra alternativa. En Boca jugué poco, estuve durante ocho meses. Luego, me fui a Talleres de Córdoba con Angel Labruna, Independiente de Avellaneda, Argentinos Juniors y después largué todo. No me quejo.
– ¿Llegaste a un Boca que jugaba sin centrodelantero?
– Claro, jugaba sin 9. Estaban Maradona, Brindisi, Escudero y Perotti por afuera. Yo no tenía chances de jugar. En mi puesto, nunca jugué. Mi única chance era jugar 10 minutos cuando me ponía el entrenador Silvio Marzolini. Fue un año en el cual logré otro campeonato y además, entrené todos los días con Pelusa. Había que verlo entrenar a Diego, era bárbaro. Fue una experiencia hermosa. Pero de entrada el entrenador me dijo que iba a jugar poco y fue sincero. Entonces, le respondí: ´Silvio, cuando lo crea conveniente me pondrá, sino igualmente voy a estar ahí empujando´. Alternaba con los wines. Boca me dio la chance de volver al país y por eso, lo respeto y lo quiero. La gente siempre me respetó mucho. Siempre le hice goles a Boca jugando con River, Talleres, Independiente y Argentinos. Pero la gente boquense se portó muy bien conmigo.
– ¿Cuál fue el mejor partido de tu carrera?
– Fueron muchos, pero recuerdo bien el Superclásico frente a Boca que se disputó una semana antes de casarme. Fue el mejor partido de la historia; estoy seguro. Fue el 5 a 4 en 1972 que hice el cuarto y quinto gol. Ese partido fue para verlo todos los días. Ganamos 2-0. Perdíamos 2-4. Hago el quinto gol y no sacaron de la mitad de la cancha, la pelota quedó dentro del arco. Una cosa de locos. En los máximos goleadores de ambos lados, estoy como cuarto por haber jugado cinco años en River: Labruna tiene 16, Oscar Pinino Más 12, Valentin 10, que jugó en Boca, y 9 yo.
– ¿Le gritaste alguna vez un gol a River?
– Nunca le hice un gol a River. A Boca le marqué 17 goles, fue al equipo que más le convertí. Con la camiseta de Talleres, en dos partidos le hice cinco tantos, una cosa de locos.
– Siempre los gritaste, ¿no?
– Los goles se gritan tengas la camiseta que tengas. Eso de pedir disculpas y perdón es una bobada. Si lo gritas, no le faltas el respeto a nadie. Los goles están para eso. Si los hinchas lo gritan también. Pasé por ese club pero estoy en otro, loco, que me paga el sueldo.
-¿Cómo definirías tu carrera futbolística? Estuviste en River, Independiente, Las Palmas, Sevilla, Boca, Talleres de Córdoba y Argentinos Jrs.
– Tuve la suerte de no haberme lesionado ni sufrir una operación ligamentaria. Sacando algunos desgarros, después nunca pasé por el quirófano y eso me ayudó mucho. Tener un promedio de un gol cada dos partidos marcan la estadística de un goleador. Me faltó jugar un Mundial. Gané un Botín de Oro en 1982 por haber marcado 40 goles. Los 20 de Talleres más los 20 de Independiente. Me queda el respeto de todas las hinchas y de mis compañeros. Tuve grandes entrenadores y otros no tantos. Siempre rescató lo extraordinarios que fueron Ángel Labruna, Nito Veiga, el español Miguel Muñoz y Roberto Saporitti.
-¿Te dolió no haber terminado tu carrera en River?
– Sí, me dolió mucho, porque cuando llamé a Cabrera desde Europa yo quería volver al club sin importar si estaban Kempes y Luque. El presidente no me quiso. Yo quería terminar mi carrera en River y no me dio esa chance. Esas son dagas que me quedaron. Entonces, me patea River en 1981; y un año y medio después, me llamó Don Pedro Iso, exmandamás de Independiente.
– ¿Qué te dijo?
– ‘Yo quiero que seas el 9 del equipo y voy a luchar para convencerte. El contrato te lo hago en blanco. Poné la cifra que quieras´. Le respondí: ´Si vuelvo a Buenos Aires, voy a jugar en Independiente´. En plena negociación, vuelve a aparecer River que desesperó por tenerme, pero ya le había dado mi palabra al Rojo de Avellaneda.
-¿Cuál es el mejor jugador que viste en una cancha?
-Johan Cruyff. Lo tengo en el techo. Yo estuve un año con Maradona en Boca y me sirvió para verlo entrenar. A Johan lo enfrenté tres años en España y ganó solo la final de la Copa del Rey. Fue un jugador increíble y no salió campeón del mundo con Holanda.