Javier y Karina Milei activan el modo campaña en paralelo al ajuste y asoman cuestionamientos internos
En paralelo a una gestión con problemas y al fuerte ajuste de la economía, el Gobierno suma a su agenda cada vez más actos partidarios al estilo de una campaña. Esta semana Javier Milei desplegará un importante evento en el estadio Luna Park, mientras que ayer Karina Milei subió estruendosamente el perfil en la más reciente de sus visitas al interior para inscribir el partido de LLA, en la línea del mitin político que protagonizó en la Ciudad hace dos meses. Esas escenificaciones generan alarma entre los estrategas políticos del espacio, que advierten sobre consecuencias para el oficialismo ante la opinión pública en la peor etapa de la crisis.
Después de una jornada de paro de la CGT y mientras se complica el debate de la ley Bases en el Senado, Karina Milei convocó ayer para su visita a Santa Fe a la militancia local para que la vitorearan, difundió fotos de su llegada al aeropuerto, y su principal dirigente local, Romina Diez, llevó banderas con la palabra “Karinismo”, entre cánticos con referencias a “el Jefe”. En lugar de pasar desapercibida, como en Salta o en Córdoba, donde también inscribió el partido, la tónica fue similar a la que le imprimió a la presentación de la marca LLA en la Ciudad hace dos meses, cuando mostró en sociedad al ignoto dirigente porteño Juan Pablo Scalese. Mientras tanto, la Secretaria General prepara el acto donde Javier Milei presentará su último libro, el 22 de mayo, en el Luna Park, con un amplio despliegue entre estandartes partidarios al estilo del que organizó durante la carrera hacia la Presidencia (por ejemplo, en el Movistar Arena) hace tan sólo algunos meses.
La imagen del Presidente se mantiene muy alta a pesar de la gravísima situación económica, pero cada vez más voces en el Gobierno muestran malestar con ese tipo de escenificaciones. Dirigentes de peso creen que el humor de la opinión pública, más allá de la estabilidad que muestran las encuestas, está en la cuerda floja, y que disminuirá a medida que sigan aumentando las tarifas de transporte y los servicios y la caída de la inflación siga siendo lenta. Mientras cada vez menos asalariados llegan a fin de mes y aumentan los despidos, las demostraciones de poder proselitistas pueden llegar a provocar escozor y tornarse en contra del Gobierno, advierten varios libertarios.
Las llamadas de atención, sin embargo, se emiten en forma de murmullos. Karina Milei no admite cuestionamientos, como demuestran las múltiples eyecciones de referentes que tuvieron importante peso durante la campaña y desaparecieron prácticamente del mapa. “Karina tiene un problema, la Secretaría General no tiene ninguna injerencia. Estos actos son lo único que puede hacer para mostrarse”, opinó un importante armador del espacio que tiene contactos con todos los ministros. Y recordó que ninguno de los secretarios generales, fueran de Mauricio Macri, Cristina Kirchner o Alberto Fernández fueron conocidos durante las respectivas administraciones. Quienes ocuparon ese rol actuaron siempre muy cerca del Presidente, pero a su sombra. Y Karina Milei quiere visibilidad.
Los detractores de ese tipo de actividades en el contexto de ajuste son los mismos que llamaban la atención sobre las últimas peleas al interior del bloque de La Libertad Avanza en la Cámara de Diputados. Temían que los roces públicos -por ejemplo, entre la conocida legisladora Marcela Pagano y el dúo Martín-Lule Menem, apadrinado por Karina Milei- asimilaran a los libertarios a “la política tradicional”, con su ambición por cargos o espacios de poder. Ahora también temen ese escenario, pero por la demostración de un exceso de optimismo partidario. “Si la gente piensa que estamos en otra sintonía que no sea la economía es lo peor que nos puede pasar”, dijeron, conscientes de que el principal activo de Javier Milei fue lograr posicionarse como un dirigente “distinto” del resto.
Además, hasta los más encumbrados defensores de Javier Milei admiten que enfrentan problemas en la gestión, y saben que es cuestión de tiempo hasta que se vislumbre que la cantidad de despidos y renuncias intempestivas en todos los ministerios, que ocurren prácticamente cada semana del mandato libertario desde que se inició, tienen consecuencias en la vida diaria. Insisten, sin embargo, en que la única clave del éxito, más que en la administración del Estado, reside en que mejore la economía.
El Pacto de Mayo también será una escenificación del poder libertario, pero en las filas del oficialismo insisten en ubicarlo en un plano “institucional”. “Están todos los dirigentes y partidos invitados, no va a ser un acto partidario”, dijo un funcionario que participa de la convocatoria de manera directa. Sin embargo, ya avisaron que sólo estarán invitados aquellos que voten a favor de la ley Bases, es decir que todo el kirchnerismo estará afuera. Además, hasta ahora sólo hubo expresiones vagas de deseo de asistir, y sólo unos pocos referentes confirmaron si dirán el presente. Los laderos de Milei toman sin cuidado esa demora, y la atribuyen a las negociaciones por la ley Bases. “Cuando dejen de rosquear por plata u obras van a terminar confirmando”, dijeron en el oficialismo.
Están confiados en que toda la primera plana de PRO estará en el Palacio de Justicia de Córdoba, sin faltazos, y que el peronismo “dialoguista”, empezando por el jefe del bloque Hacemos en Diputados, Miguel Pichetto, se plegará a la convocatoria. Sin embargo, los gobernadores y dirigentes del PJ que aceptan entablar vínculo con el Gobierno y respaldarlo, por ejemplo, en ciertos ejes de la ley Bases, aún se reservan la última palabra. Faltan sólo dos semanas para el 25 de mayo, y el debate en el Congreso por el proyecto fundacional promete prolongarse más allá de la fecha, justamente, por falta de acompañamiento de los sectores que se niegan a dar apoyo ciego.