Macri tomó el control del PRO en Buenos Aires y Bullrich romperá el bloque parlamentario como respuesta
“Las negras también juegan”. Es esa una conocida frase del ajedrez. Enseña que si bien las piezas blancas abren la partida, el adversario moverá luego para atacar la estrategia de quien jugó primero. Esa idea se convirtió en una especie de aforismo para la política, que se utiliza para explicar las tácticas que ejecutan los dirigentes para alcanzar, mantener o incrementar el poder político. Mauricio Macri y Patricia Bullrich disputan por estas horas una partida de ajedrez por el control del PRO. El ex Presidente apoya a Cristian Ritondo para que presida el partido en la provincia de Buenos Aires, algo que resiste la ministra de Seguridad. El jueves, el macrismo logró que renuncien la mayoría de los integrantes del Consejo Directivo partidario en suelo bonaerense para designar nuevas autoridades. El bullrichismo acusó recibo y ya tiene lista su respuesta.
Macri asumió como presidente del PRO nacional hace 10 días. En la Ciudad de Buenos Aires hizo lo propio Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño. Para concretar la “vuelta al origen” y lograr control sobre el partido, el macrismo busca que Ritondo asuma idéntica función en Buenos Aires.
Pero el PRO ya tiene autoridades bonaerenses con mandato hasta 2026. Daniela Reich, legisladora de la provincia, es la presidenta. La particularidad es que la dirigente se mueve plegada a Bullrich y avala la estrategia de que el PRO confluya con La Libertad Avanza. Reich es la esposa de Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero y uno de los dirigentes más fuertes de ese partido en Buenos Aires, quien hoy está en sintonía con el bullrichismo y cultiva una relación cercana a Javier Milei (que tiene más de dos décadas de amistad).
Como anticipó Infobae, disputa por el control del PRO en la provincia del verano comenzó a principios de año. Con el aval de Mari, Ritondo llegó a un acuerdo con Diego Santilli, diputado nacional y referente del partido que se mueve en la provincia, para presidir el partido en Buenos Aires. También contó con el respaldo de un grupo de diputados nacionales, legisladores e intendentes. Pero desde el primer momento surgió la resistencia de Bullrich, Valenzuela y el hala del PRO que está alineada con Milei.
El bullrichismo alega que Reich tiene mandato hasta 2026 y no pueden removerla. El macrismo apeló a un vericueto político para forzar el cambio. El jueves, de un total de 33 miembros, unos 24 referentes que integran el Consejo Directivo provincial resolvieron renunciar a sus cargos para favorecer la salida de Reich y allanar el desembarco de Ritondo.
“Es un golpe de Estado”, renegó un armador político bullrichista en una reunión del PRO. Ante la movida de Macri y Ritondo, Bullrich convocó ayer a la tarde a su mesa política para analizar la situación y decidir cómo reaccionar. “Esto es forzar la institucionalidad”, lanzó otro colaborador de la ministra de Seguridad. El bullrichismo toma impulso para responder.
La respuesta de Bullrich
La respuesta está decidida: el martes habrá una conferencia de prensa de dirigente del PRO bonaerense alineados con Bullrich que se despegarán de la movida de Macri, ratificarán la alianza con La Libertad Avanza y cuestionarán la legitimidad de las renuncias de los consejeros directivos. Además, la ministra de Seguridad impulsará una ruptura del bloque del PRO en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires.
“Ya es un hecho”, deslizó ante Infobae un dirigente amarillo de la tercera sección electoral. La decisión sería comunicada por dirigentes cercanos a ella como Valenzuela, Reich, Pablo Walter, Florencia Retamoso y Juan Pablo Allan.
El PRO tiene 17 diputados provinciales. Si se consolida la ruptura, Bullrich y Valenzuela pueden generar un desprendimiento de cinco legisladores. En tal caso, es un interrogante si eso dará lugar un nuevo bloque, con un nombre que contenga al PRO y la palabra “libertad”. O, bien, si esos dirigentes se integrarán a la bancada de La Libertad Avanza.
En el PRO ya se habla acerca de la posibilidad de que una eventual ruptura del bloque legislativo en la provincia de Buenos Aires sea el paso previo para dividir la bancada en la Cámara de Diputados de la Nación. A nivel nacional, los legisladores aún se mueven de forma homogénea, pese a los matices internos.
En ese marco, Macri recibió ayer a un grupo de diputados nacionales en su oficina de Vicente López. Lo visitaron el propio Ritondo, Florencia De Sensi, Martín Maquieyra, Germana Figueroa Casas, Sergio Capozzi y Verónica Razzini. Al terminar el encuentro, De Sensi subió una foto con una sugestiva frase: “Con EL JEFE. Siempre PRO”. Apeló al mismo seudónimo con el que Javier Milei llama a su hermana, Karina Milei. Días atrás, Damián Arabia, diputado nacional y dirigente íntimo de Bullrich, publicó una foto junto a la secretaria general de la Presidencia con idéntica descripción. “Con El Jefe” ¿Sutil fuego cruzado?
Son imágenes que escenifican la situación que vive el PRO desde la llegada de Milei al poder. Macri busca liderar el partido para recuperar identidad, ordenar el frente interno y “volver al origen”. Bullrich ya trabaja para una fusión con los libertarios. El puntapié formal de esa estrategia fue el sábado pasado en Luis Guillón, con un acto que encabezó ella misma junto a Sebastián Pareja, armador de La Libertad Avanza en provincia de Buenos Aires.
El miércoles, cuando Milei presentó su libro en el Luna Park, también hubo un cruce de fotos que reflejó la tensión interna en el PRO. Arabia posteó una imagen junto a Bullrich y la diputada nacional Sabrina Ajmechet, cercana al bullrichismo. Mientras que Ritondo se mostró junto a Santilli y a los legisladores Alejandro Finnochiaro y Martín Maquieyra. “Nos invitó el presi”, le dijo a este medio uno de los diputados.
La foto de Ritondo y Santilli en el Luna Park fue, acaso, un modo de mostrar apoyo a Milei. Una forma de desafiar al bullrichismo, que ostenta nivel de “mileísmo” en sangre. “Nosotros también bancamos al Presidente, pero el PRO no lo controla Patricia como quiere”, desafió un operador político del PRO en provincia de Buenos Aires ante la consulta de Infobae. En la disputa entre Macri y Bullrich, Santilli intenta mantener equilibrios. Se mueve con buena sintonía hacia Milei pero evita tener jefaturas políticas.
Para marcarle la cancha a Bullrich, Macri busca rodearse de los gobernadores del PRO, Nacho Torres (Chubut), Jorge Macri (CABA), y Rogelio Frigerio (Entre Ríos), quienes tienen buena sintonía con la Casa Rosada, pero señalan matices y se niegan a aceptar el rótulo de “oficialistas”. Idéntica postura adoptan intendentes amarillos como Soledad Martínez (Vicente López), y Guillermo Montenegro (Mar del Plata). En tanto que Ramón Lanús (San Isidro), de buena relación con Macri y Bullrich, se mantiene en un complejo equilibrio.
El macrismo respaldará a Milei hasta que se apruebe la Ley Bases en el Congreso. Luego, se mantendrá como un aliado equidistante que apoyará marcando diferencias con aquello que no concuerden de la gestión. Bullrich, en cambio, continuará moviendo piezas para fusionar al PRO con La Libertad Avanza y lograra que los dirigentes amarillos actúen como oficialistas.
De fondo, son disputas de poder que anticipan la pelea electoral de 2025. Macri se niega a que Milei y Bullrich le marquen la cancha en el armado de las listas. Idéntica postura mantiene el Presidente de la Nación: su hermana y Eduardo Lule Menem aceleran el armado de La Libertad Avanza en todo el país para lograra autonomía institucional.
Pese a la resistencia del bullrichismo, Macri logró controlar el PRO en provincia de Buenos Aires. Bullrich toma impulso para su respuesta.
Así como en el ajedrez, en política las negras también juegan.