Mitos y verdades de Invictus, la película que narra la final entre Sudáfrica y Nueva Zelanda en el Mundial de rugby de 1995
A pocas horas de que se realice la patada inicial de la final del Mundial de rugby Francia 2023 entre Sudáfrica y Nueva Zelanda, es imposible pasar por alto la multilaureada película Invictus. La misma fue dirigida por Clint Eastwood y relató el camino de los Springboks hacia la primera consagración de su historia en 1995 justo contra los All Blacks, que sirvió como cohesión detrás del deseo de unidad nacional tras el desmantelamiento del apartheid.
Pero como toda obra que se basa en hechos reales, hay algunos detalles que a veces exceden la realidad para darle mayor impacto a las escenas o momentos. Por ejemplo, se podría pensar que la escena del avión sobrevolando el Ellis Park se añadió para crear un efecto cinematográfico. Pero en realidad, ocurrió de verdad. La película también capta la angustia del momento en que la multitud del estadio ve el avión volando muy bajo. Cuando la gente leyó las palabras “Good Luck Bokke” (“Buena suerte, Bokke” en español) escritas en la parte inferior de la nave en apoyo a los Springboks, explotó la alegría.
El Boeing 747 era conducido por Laurie Kay, de South African Airways, y el sobrevuelo estaba previsto con una semana de antelación. En el avión no había pasajeros, sino una pequeña tripulación y el recorrido se había trazado con mucha precaución. Lamentablemente, el protagonista del momento falleció en abril de 2013 por un ataque al corazón en el parque natural de Kruger, en el noreste de Sudáfrica, donde participaba en labores de vigilancia aérea contra los cazadores furtivos de rinocerontes.
Matt Damon se encargó de interpretar el papel del capitán del equipo, el medioscrum Francois Pienaar. Para prepararse, el actor visitó al ex jugador en su casa en Sudáfrica y se dio cuenta de que se trataba de una persona con un físico enorme que medía 1,91 metros. Luego de varias horas de conversación para poder adentrarse lo mejor posible en el personaje, la estrella de Hollywood de 1,78 metros le acercó el problema de la diferencia de estatura a Clint Eastwood.
Uno de los datos cómicos de Invictus es que cuando se puso el tema sobre la mesa para discutir cómo solucionarlo, el experimentado director de cine esbozó una contundente frase: “Vos preocupate de todo lo demás, dejá que yo me encargue de eso”. La cabeza de la organización de la película resolvió el problema utilizando ángulos de cámara especiales que hacían que Matt pareciera mucho más grande de lo que realmente es. Para prepararse Damon recibió entrenamiento intensivo y particular en el Gardens Rugby Club.
Otro truco importante que se utilizó fue hacer que los estadios parecieran lleno cuando en realidad no lo estaban: se utilizaron sólo 2.000 personas en todo momento. La cinta también cuenta con la participación del ex jugador de los Springboks McNeil Hendricks, que interpreta el papel de Chester Williams. El wing tiene un papel fundamental en Invictus, ya que era el único jugador no blanco de la selección nacional de Sudáfrica en 1995. La película aborda todo lo que debió atravesar Williams. Sin embargo, su actuación en el campo despejó todas las dudas y se recuerda el partido contra Samoa en cuartos de final, en el que anotó cuatro tries.
Morgan Freeman, quien fue amigo de Mandela, preparó su actuación viendo videos en los que aparecía el presidente para poder perfeccionar su acento y su forma de hablar. Pero lo más difícil fue imitar el carisma y el actor admitió la dificultad. “Quería evitar actuar como él, necesitaba ser él y ese fue el mayor reto. Cuando lo conoces, sabes que estás en presencia de lo excepcional, pero es algo que simplemente emana. No estoy seguro de que la magia se pueda explicar”, ilustró. Además, tuvo que cambiar la mano de escritura para respetar hasta los mínimos detalles: Morgan es zurdo pero para ejecutar el papel aprendió a escribir con la mano derecha al igual que el líder sudafricano.
Otro detalle clave es que el título de la película procede del poema “Invictus”, escrito por el poeta británico William Ernest Henley en 1875 cuando el autor estaba en el hospital porque le iban a amputar un pie. Las palabras inspiraron a Nelson Mandela todos los años que estuvo en la cárcel por luchar contra el apartheid. El expresidente falleció el 5 de diciembre de 2013, a los 95 años, pero hasta hoy se le recuerda por esta decisión histórica que encarna con orgullo la noción de “Un equipo, un país” a través del Mundial de rugby de 1995.
De manera inesperada, la película tuvo buena recepción en todo el planeta excepto en un rincón: Nueva Zelanda. La nación es reconocida por tener a la selección más emblemática de la disciplina, pero a sus habitantes no les gustó para nada la recreación. En primer lugar la final que ganó Sudáfrica se jugó justamente contra los All Blacks, así que no tienen grandes recuerdos de dicha cita. Antes de disputar la definición, los jugadores neozeolandeses sufrieron una intoxicación alimentaria que generó vómitos de varios de los protagonistas a lo largo del partido definitorio. Clint Eastwood y su equipo decidieron dejar ese punto fuera de la película y provocó aún más disgusto de los isleños.
Lo que sí permitió el director es que su hijo fuera parte del proyecto: Scott Eastwood interpreta a uno de los jugadores de la selección sudafricana, Joel Stransky. El apertura fue fundamental en la consagración de Sudáfrica e incluso marcó los 15 puntos de los Springboks para derrotar a los All Blacks en el tiempo extra de la final.